Volver a lo básico.
En
el periodismo hay un futuro que no acaba de llegar y un presente que no se
acaba de ir.
El
periodista es alguien que ejerce el periodismo como lobo estepario, solitario y
soltero, el periodismo no se ejerce en manada, desgraciadamente esto último es
una costumbre que se ha vuelto un hecho constante y cotidiano.
Rafael Cano Franco, periodista de
Hermosillo, Sonora.
Presidente del Foro Nacional de
Periodistas.
Conferencia
dictada en la Universidad Autónoma de Yucatán, promovida por el presidente del
Foro de Periodistas de Yucatán, Iván Duarte.
Me pidieron que platicáramos sobre el
futuro del periodismo. Pero más allá del futuro del periodismo, nos tiene aquí
“el futuro de los medios de comunicación y los medios de comunicación del
futuro”.
En
el periodismo, la técnica informativa ha tenido algunos cambios. Por ejemplo,
la entrada de la nota de 22 caracteres ya no necesariamente tiene que responder
a las 6 w’s (qué, quién, cuándo, dónde, cómo y porqué). También ha quedado en
desuso la pirámide invertida, ese esquema de invertir la nota con lo más
importante arriba. Salvo estos detalles, el periodismo como tal no tiene muchos
cambios, no ha mutado.
Lo
que ha cambiado en forma trascendente y a ritmo vertiginoso es la forma en que
los periodistas entregamos la información a los usuarios finales, a los
lectores, a los televidentes, etc. Estos procesos son más rápidos, son casi
inmediatos.
El punto es si nosotros los periodistas
estamos preparados para asimilar estos cambios y si podemos convertirlos o no
en un negocio, porque a final de cuentas los periodistas no vivimos del aire,
de alguna parte sale nuestra comida y tenemos la costumbre de comer tres veces
al día, pero en este apartado estamos mal educados.
Cambios
en el periodismo
Los cambios afectan al espacio de la
comunicación pública, los blogs, la información en las redes sociales, la
inmediatez de lo que recibimos. Pero el asunto no es si nos enteramos de los
hechos o no, el caso es si estos hechos informativos reúnen las características
para ser una nota informativa, una noticia, algo confiable. Esto es lo
fundamental.
Internet
cambió para siempre nuestro modo de informarnos al generar una nueva cultura,
un nuevo proceso para el tratamiento de la información y para la presentación
de noticias. Con el hipertexto, la versión 2.0 etc., la web se convirtió en un
constante transformador del quehacer de los medios de comunicación y fuimos
conociendo mejor las potencialidades de la era digital, no solo agregamos
texto, de pronto podemos construir noticieros de radio y agregarle audio y
video a las notas informativas y, en este sentido, a través de una plataforma
digital relativamente barata, construimos medios de comunicación múltiple,
porque tiene múltiples funciones (texto, audio, imagen).
Esto
generó la proliferación de medio digitales, pero el problema en México es que
no han evolucionado, de pronto se quedaron atorados, estancados, y tampoco han
sabido capitalizar el boom de las redes sociales, porque los periodistas, en
términos generales, cometemos un error, queremos hacer medios de comunicación a
nuestro gusto, en lugar de generar narrativas y generar información al gusto de
los usuarios. Para conectar con ellos tenemos que generar los temas que a ellos
les interesan. Y luego medir el impacto para saber cuánto dinero va a generar.
Porque, insisto, esto tiene que ser un negocio. No puede ser de otra manera si
no cómo nos vamos a mantener, a dónde vamos a ir, de dónde saldrán los dineros
que nos permitan tener la canasta básica. Ningún periodista va al súper a
comprar un kilo de azúcar y pagar con dos toneladas de credibilidad.
Hay
que transformar todo esto en ingreso para los medios, claro, ingresos que estén
dentro de la norma, no convertirse en chantajistas.
Información
y noticia
El futuro es de la información, no de
los medios. Es decir, la información seguirá fluyendo. Todos los días nos
informamos de hechos que trascienden y de hechos que no trascienden. Hay quien
publica hechos cotidianos y banalidades que no nos cambian para nada la vida.
Esa es información, pero no es noticia. Lo que tenemos que hacer los
periodistas es convertirnos en el tamiz dentro de las redes, hacer que la
información se convierta en noticia, aquella que tenga las características y
atributos necesarios para serlo.
Los
medios que comprendan esta transición, serán los medios con futuro, los que no
la comprendan y se nieguen a cambiar simplemente tenderán a desaparecer, ésta
es la triste realidad. Los medios deben entender que este cambio se da aún
cuando no lo quieran.
Los
medios impresos tienen circulación a la baja, en todo el territorio nacional.
No digo que vayan a desaparecer al 100%, pero aquellos que presumían tener
tirares de 80,000 o 100,000 periódicos diarios, pues hoy tiran 20,000 o 30,000
si bien les va. Sus usuarios han cambiado.
Periodismo
ciudadano
Otro impacto de internet y las redes
sociales es el fenómeno que algunos llaman “periodismo ciudadano”. Se da cuando
alguien, por ejemplo, ve un choque, toma una foto y la suba a internet. ¡Listo!
Ya está haciendo periodismo ciudadano. Pero como no tiene conocimientos de
periodismo, escribe “vi que estaba sangrando dentro del carro y estaba muerto”.
Ya lo mató y lo sube. Y ya en las redes se convierte en verdad histórica,
aunque el sujeto haya estado inmóvil por haber perdido el conocimiento y bañado
en sangre por una cortada en la frente, pero vivo.
Considero
que el término periodismo ciudadano no es adecuado. Lo que publican siempre es
algo de apreciación personal, algo muy diferente al proceso periodístico que
comienza por la verificación de los datos. Esta es la diferencia entre alguien
con conocimientos periodísticos y otro sin ellos.
El
periodismo ciudadano es un ejercicio informativo que puede hacer cualquiera y,
precisamente por esto, es por lo cual debemos ser muy cuidadosos al darle o no
cabida como algo creíble. Millones están pegados a las redes, suben fotos,
escriben lo que ven, opinan, etc., viven una vida virtual en un mundo real.
Otro
aspecto son los "blogeros” convertidos en líderes de opinión. Pero no se
convirtieron en líderes por el hecho de ser blogeros. Ellos ya traían algo de
solvencia, ya tenían credibilidad en otros espacios, ya habían generado un
nombre en el mundo real que lo llevaron al mundo virtual. No surgieron de la
nada. No porque yo me ponga a escribir un blog, mañana voy hacer el blogero de
moda. Lo que hace el blog es darles visibilidad, los expone en una plataforma
más amplia, de mayor difusión y, a partir de ahí, ellos crecen con su nombre,
pero no los fabrica.
¿Cómo
lograr que el público nos voltee a ver? Simple y sencillamente es un proceso
lento que se llama generación de credibilidad. Es el activo más importante de
cualquier periodista y se logra al paso de mucho tiempo, de muchos aciertos, de
ser siempre preciso y muy honesto en el manejo de la información. Para que ese
público me busque, me tiene que buscar porque me cree.
Facultades
de Periodismo obsoletas
Otro aspecto complicado: las facultades
de comunicación y periodismo enseñan periodismo y comunicación del siglo XIX y
un poquito del siglo XX. Los egresados de estas escuelas salen con
conocimientos y teorías del siglo pasado y algunas francamente ya rebasadas por
mucho.
Todavía
en algunas facultades les enseñan a los muchachos la visión marxista de la
comunicación. Eso no sirve para nada, es una soberana tontería, una pérdida de
tiempo, distorsión de la realidad periodística y de la mente. Todavía hablan de
estructuralismo de la comunicación. Y hay universidades que ya ni siquiera
enseñan los géneros periodísticos. Así estamos en algunas partes de México. En
materia periodística, no enseñan periodismo fundamentado en el quehacer de los
medios impresos, pensando en los propios medios y en sus necesidades.
Las facultades de periodismo y comunicación
tiene que repensar cuales son las destrezas que les van a dar a los jóvenes. Es
cierto, estoy de acuerdo en que hay que regresar a lo básico del ejercicio del
periodismo, pero también hay que conocer las nuevas exigencias que nos plantea
la tecnología.
¿Qué
nos demandan los usuarios? ¿Cuáles son los nuevos lenguajes que debo utilizar?
Y no hablo del idioma, sino de la narrativa. Pero seguimos narrando: El
funcionario precisó, dijo que, estableció que, cuando las nuevas técnicas de la
narrativa periodística nos hablan de una redacción circular, de una redacción
incluyente, una redacción que haga que el individuo, el usuario, se conecte de
inmediato. Pero pocos conocen la técnica de la redacción circular una técnica
usada ya por la mayoría de los medios en Europa y en algunos estados de los
Estado Unidos, pero aquí la desconocemos.
En
algunas universidades es más importante conocer la teoría marxistas de la
comunicación que la redacción circular. Ahí tenemos un problema serio, muy
serio para el futuro del periodismo en México.
La
universidad y los medios de comunicación son sistemas que deben cambiarse desde
dentro, cambiar las materias de enseñanza, como en cualquier otra profesión,
con gente que pertenezca a la nueva cultura. Hay que oxigenar los espacios del
conocimiento. Hay que permitir que las nuevas generaciones accedan para formar
a las nuevas generaciones. Si hay que transformar la universidad, hay que
transformar a los medios.
Hay
universidades que no existen en el mundo real, son virtuales. La Universidad de
Arizona lo único que tienen en físico es el estadio de fútbol, todo el proceso
de enseñanza está en línea.
Nuestro
Foro de Periodistas promueve en línea una Licenciatura en Periodismo, a partir
de este año.
Sí,
hay que cambiar, pero será en la medida en que interese el periodismo, la
comunicación, y éste es el reclamo, porque recibimos una educación académica
fundamentada en el siglo pasado y debería estar a tono con el ritmo de cambio
y, simplemente, no lo está.
El
futuro de los medios
El papel, durante muchos años ha sido el
medio del periódico. Ya no es así. La pantalla, en sus infinitas modalidades,
ha suplido buena parte de las funciones del periódico y si queremos generar
medios para el futuro tenemos que pensar en la pantalla, en ser altamente
visuales. Una información en papel no podemos copiarla, le tomamos una foto y
la mandamos al archivo, no podemos pegarla con un simple click, ni
actualizarla, ni ver si le subieron algo nuevo, si hay nota relacionada, si
alguien opinó, no podemos reenviarla.
Entonces,
visto así, el papel periódico es un lienzo, una herencia del pasado. Es un
muerto que camina todavía, porque no sabe que está muerto. Los periódicos responden
a su periodicidad, diario porque sale una vez al día, semanario, mensual,
bimensual, semestral, un proceso de producción del siglo pasado.
Primero
cuánto tiempo lleva redactar una nota, clasificara, llevarla a la imprenta,
meterla a la rotativa, compaginar el periódico y luego una distribución con
logística. Ahora, en un portal en internet la periodicidad es continua. Antes
la hora ideal para una conferencia de prensa era entre las 10 y las 12 del día,
para dar tiempo al periodista de llevar la información a su medio impreso.
En
las pantallas de los medios virtuales la periodicidad es cada segundo, un
permanente cambio. Así lo han demostrado las redes. No lo invento, ya está
plenamente investigado y documentado. Así ya son las cosas. Por eso, por el
bien del futuro de los medios impresos en papel periódico, hay que cambiar.
Pero lo primero que hay que cambiar es a las personas que están ahí.
Los
retos de los medios actuales
Primero, la empresa. Hay que repensar
los modelos de organización de los medios en papel, porque tienden a ver
reducidos sus ingresos. Son carísimos. Los portales digitales les dan
competencia constante, porque son, si funcionan bien, medios de la era del conocimiento
y operan con esquemas de la sociedad del conocimiento. Son más rápidos, más
ágiles, informan y tienen cambios constantes, actúan con esa periodicidad. Las
empresas tienen que repensar su modelo de negocio.
Algunos
periódicos diarios, como El Universal, han pasado de publicar todo en sus
páginas electrónicas a solo incluir encabezados, sin costo. Pero lograron
encontrar un punto intermedio: ahora publican las noticias del día a día, sin
costo, y se reservan para la edición impresa y para su área digital de paga los
reportajes y las entrevistas. Así ya no le plagian sus notas con trabajo
periodístico real, de peso, y las cobran. En el gratuito cumplen su misión de
informar. Encontraron su modelo de negocio.
Los
medios tienen que encontrar un modelo de negocio de acuerdo a sus
características. Los medios digitales deben encontrar el suyo. Los blogeros,
también. Todos tienen que ser empresas. Hoy ya no hablamos de empresas con
edificio, hoy la persona es su propia empresa, el conocimiento es su capital y
ese conocimiento lo transforma, en el caso de los periodistas, en credibilidad
y esa credibilidad debe convertirse en ingresos. Pues, nosotros, cuando
pensemos en términos de empresa, pensemos que estamos generando bienes de
consumo. La información es un bien de consumo, la nota es un bien de consumo.
Pero,
¿cómo me voy a financiar? Si tengo reporteros, ¿cómo les voy a pagar? Y los
gastos de internet. Y, además, el espacio físico, porque Hacienda te pide un
domicilio fiscal donde te van a ejecutar. Y la renta… Hacer periodismo cuesta.
Por esto hay que explorar los diferentes tipos de financiamiento. Y en este
punto, la publicidad lo define todo, quien sepa sacarle provecho a esta venta
de publicidad en medios, estará del otro lado.
Las
facultades de comunicación y periodismo enseñan periodismo y comunicación del
siglo XIX y un poquito del XX. En algunas, aún enseñan la visión marxista de la
comunicación. Eso no sirve para nada, es una soberana tontería, una distorsión
de la realidad periodística y de la mente, y todavía hablan de estructuralismo
de la comunicación. Y las hay que ya ni siquiera enseñan los géneros periodísticos.
En materia periodística, no enseñan periodismo fundamentado en el quehacer de
los medios, pensando en los propios medios y en sus necesidades. Sus egresados
salen con algunos conocimientos ya rebasados por mucho. Así estamos en algunas
partes de México.
La
formación
La narrativa primero. Hay que recuperar
el ritmo de narrativas largas. Hoy todos se informan en párrafos. Queremos
saberlo todo rápido. Un caso especial se vio en la captura del Chapo en el
noticiero de Carlos Loret. Le dedicaron 20 minutos describiendo como pasó el
suceso, porque saben que la gente busca narrativas largas, quiere saber el
detalle, todavía nos mueve el morbo. Incluso en los medios impresos, uno las
lee, las degusta, las paladea, las saborea, claro, cuando están bien
redactadas, bien llevadas, casi al nivel de literatura, pero con técnica
periodística.
Algo
triste y penoso es cuando dos o más reporteros se ponen de acuerdo para cubrir
una serie de hechos. Tú vas a éste, tú al otro, éste a aquel y yo cubro tal.
Luego se intercambian las notas y todos los medios publican lo mismo, sin
diferencias sustanciales.
La
unificación de criterios va en contra del ejercicio del periodismo y más si
somos nosotros los periodistas los que los unificamos. Por flojos. Y un actuar
de esta forma, es un fraude a la empresa para la cual se trabaja y para el
público receptor. Desgraciadamente ésta es una costumbre que se ha vuelto un
hecho constante y cotidiano en el periodismo mexicano. El periodista debe ser
alguien que ejerza el periodismo como lobo estepario, solitario y soltero, el
periodismo no se ejerce en manada,
Hay
que competir como profesionales. El periodismo es un ejercicio de competencia.
El periodista sale todos los días de su casa a buscar la nota informativa, la
exclusiva, y a que nadie se la gane. Y le exige y le pide a sus fuentes:
“dámela a mí, ya la estoy trabajando, es producto de mi esfuerzo, de mi
capacidad, yo me enteré primero y la quiero para mí”. Esto es una competencia y
así debemos de pensar.
Hay
que recuperar la iniciativa. Hay que trabajar con mayor creatividad, no somos
nada creativos. Hay quienes solo se van al café y reciben el boletín y no hacen
nada, no reportearon, no llamaron, no consultaron otras fuentes, no buscaron
otras opiniones, no contrastaron la información, no fueron al campo, no fueron
a la calle. El periodista es de calle, no de oficina. Hay que apostar por esa
diferencia, hay que difundir la formación académica como una tarea permanente.
Quienes piensen que ya la hicieron porque en 1994 lograron su título de Licenciado
en Periodismo, están muy equivocados. De 1994 a 2016 han transcurrido muchos
años, han cambiado muchas cosas y si no se han actualizado, no se han preparado
y si esa preparación no ha sido constante y recurrente, estamos fritos.
Por
eso nuestra propuesta es que el periodista se debe certificar. Debemos buscar
al periodista certificado, para que digan: este tipo cumple con las condiciones
éticas, técnicas, condiciones humanas, conocimiento de tecnología, ciertos
parámetros que todos debemos de manejar y operar.
Los
medios del futuro
La identidad. Antes, generalmente quien
tenía la tecnología tenía la fuerza y ésta era su identidad. Quien poseía la
imprenta podía editar periódicos, revistas o libros. Hoy, la digitalización de
la información y la red permiten que cualquiera pueda tener esta tecnología.
Entonces, la identidad de los medios se da por producir y difundir información.
Esto indica la necesidad de cambiar, entender que los medios son productores
del conocimiento en la actualidad.
Los
medios también han descubierto que el contenido ya no es el rey, es una simple
excusa para que la gente converse. ¿Qué tenemos que hacer? Darle contenido a la
gente que no sabe expresarse. Vuelvo a lo mismo, lo que importa aquí es hacer
medios de comunicación con información que le interese al usuario, no que me
interese a mí.
¿Dónde
están los medios de comunicación? Donde estén sus usuarios. Y el tiempo ya no
es el de la periodicidad, sino de la continuidad. Medios que generen
información en forma continua.
Yo
soy director de un portal en Hermosillo, se llama Ehui.com y está obligado a
generar 12 periódicos digitales en el día, es decir, hacemos el equivalente a
12 periódicos impresos diarios. Presentamos al menos 12 veces diferentes
portadas. La información es continua, debido a la posibilidad de la tecnología
para escribirla y subirla en el momento. La redacción son ellos, los reporteros
que suben las informaciones y no tienen que ir a la oficina.
Un
medio, hoy, debe ser accesible con aplicaciones en la red, con texto, audio e
imagen. La nueva multiplataforma digital, es el nuevo estándar. No conozco en
México algún medio que lo haya hecho, ni los grandes. Lo aplican solo en una o
en dos notas. Pero sí los hay en España, Francia, Inglaterra, EE. UU. Y no
cuestan más, el reportero estuvo ahí, ¿por qué no grabar audio y video? Y subir
todo desde su propio celular. ¿Por qué no se ha hecho? A esto los periodistas
le llamamos ubicuidad.
El
periodista
La tecnología ha democratizado los
medios de comunicación, pero las máquinas no hacen periodismo, el periodismo lo
hacen las personas independientemente de sus herramientas, con datos o sin
ellos, con el mejor celular o uno barato. El periodista debe ser de excelencia,
estar preparado, con condiciones personales para el desarrollo, tener el
conocimiento y saber aplicarlo. Comportase de manera ética. La excelencia
implica que los medios y los periodistas sean profesionales. Esta no es una
labor para improvisados, disculpen si ofendo a alguien, lo dijo un señor que se
llamaba J. Chester: "El periodismo era una profesión que cualquiera podía
desempeñar, el único requisito para ser periodista era haber fracaso en
cualquier otra profesión".
El
periodista es aquel que vive el y del periodismo, se prepara día a día, sale y
busca noticias, sabe y conoce como se desarrollan los términos y domina los
géneros informativos. Ese es periodista.
El
periodista no va a cambiar, no debe cambiar, los que han cambiado son los
medios. Los periodistas debemos regresar a lo básico, porque más allá de las
innovaciones tecnológicas y del impacto de los medios de comunicación, el
periodismo es un oficio que conserva sin cambios sus principios básicos. El
tamiz, el manejo de la información, su recopilación, acceso y análisis es un
proceso que no ha variado mucho, puede cambiar la técnica, pero se sigue
rigiendo por la precisión, claridad y capacidad de redacción.
El
periódico de hoy, como lo será el de mañana o como lo fue el de ayer, requiere
de elementos que lo diferencien del resto de las personas que comunican en las
redes sociales. Es decir, tienen que diferenciar quién está haciendo una labor
periodística al informar o quien simplemente está dando a conocer algo sin el
proceso periodístico previo.
No
necesito ser médico para informar sobre los avances de la medicina, pero por
favor sí tener conocimiento mínimo sobre las enfermedades. Un periodista debe
haber estudiado y tener conocimientos de filosofía, de las bellas artes, de
ciencias, geografía, ortografía, redacción y algunas materias más.
Tenemos
que volver a lo básico, tener un amplio lenguaje, vocabulario extenso. Quienes
a través de alguna red comunica su incapacidad para expresarse correctamente,
desemboca en la vulgaridad, y en lugar de educar a un pueblo lo mal forman. Un
buen periodista no puede actuar así. La regla básica para adquirir lenguaje y
vocabulario extensos, es la lectura, leer, leer… Para escribir una palabra es
necesario leer cien y para redactar un buen texto es necesario haberlo escrito
cien veces. La única forma de adquirir lenguaje es leyendo.
También
necesitamos precisión, es lo básico del periodismo, ser honestos. Hay que ser
breves, concisos. Hay que alejarse de la declaración, somos muy dados a lo que
dijo el funcionario se convierta en nota. Porque lo dijo el funcionario es una
verdad periodística, pero no la contrastamos, no vamos a ver si lo que dijo es
cierto, no buscamos información adicional que nos permita formar y formarnos un
criterio.
Finalmente,
el periodista tiene que trabajar bajo los fundamentos de la ética. El
periodista debe saber lo que es bueno y lo que es malo, tanto para sí como
respecto al contenido informativo. No hablo de censura.
Los
principios básicos nos deben indicar cuándo alguien nos quiere usar, cuándo
alguien no pretende informar sino hacer propaganda a través de nosotros. Cuándo
son mensajeros de un grupo, para llegar a otro. La ética nos marca las acciones
positivas o negativas en las que podemos incurrir y se vuelven un ente normando
nuestra actividad cotidiana, no solo profesional si no también familiar. Los
periodistas deben tener un linaje ético, por eso hablo de regresar a lo básico.
Los medios cambian, pero no todos los periodistas se han percatado. En este
asunto hay un futuro que no acaba de llegar y un presente que no se acaba de
ir. En definitiva, estamos en esa transición.
Muchas gracias.