lunes, 16 de abril de 2018

LIDERAZGO Y ESTILOS DE INFLUENCIA.


Dr. Francisco G. Barroso Tanoira
Universidad Anáhuac Mayab. 

¡Gran e importante reto es ser líderes! Y se habla mucho sobre el liderazgo, pero a veces no se comprende bien el significado de esta palabra. Para comenzar, hay que diferenciar entre “líder” y “liderazgo”. El líder es quien conduce a otros hacia metas organizacionales. Para lograrlo puede usar el liderazgo, que es influir en el comportamiento de otros a través de la convicción, pero también puede utilizar el poder, entendido como influir en ellos a través de la dependencia. Sin embargo, sea como sea, él tiene que llegar porque, como indica el empresario y consultor estadounidense Jack Welch, a un líder se le juzga por los resultados. Desde la óptica humanista, lo ideal es que el líder llegue a sus metas usando su liderazgo y no por el mero uso del poder, lo que implica la necesidad de un grupo maduro y que pueda aceptar las responsabilidades. El problema surge cuando se usa un estilo de liderazgo inadecuado o cuando se cree que con el poder se soluciona todo, recordando el dicho de Maquiavelo… “es mejor ser temido que ser amado…, aunque hay que evitar ser odiado” (El Príncipe… Capítulo XVII).

En las organizaciones de ahora se necesita, más que nunca, líderes participativos que promuevan el trabajo en equipo, la innovación y el emprendimiento. Se requieren líderes inspiradores que logren que su personal haga las cosas convencidas de que las hicieron ellos mismos. Gente que trabaje, conviva, comparta y se divierta haciendo sus labores. Sin esto, el empowerment (empoderamiento) es imposible, relegando a la organización a una mera ejecución de órdenes y eliminando así la creatividad, la innovación y el emprendimiento. Ante esto, Warren Buffett, empresario estadounidense, ha dicho: “Contrata a los mejores y déjalos hacer lo que saben… Contrata a los más baratos y harán lo que tú dices”. El reto, entonces, consiste en ser líderes visionarios, inspiradores, formadores y delegadores más que líderes basados en un puesto o en el recuerdo de glorias pasadas.

Al reflexionar sobre el liderazgo es necesario hablar de estilos de influencia, que se refieren a la manera como uno tiene injerencia en el comportamiento de otros.  Mediante un cuestionario publicado por el Dr. Iván Filby, académico estadounidense, pueden verse dichos estilos (ver figura 1). Los resultados reflejan la aplicación de este cuestionario a 860 personas a lo largo de dos años, entre las que hay directivos, gerentes, coordinadores y profesionistas de empresas privadas y de dependencias públicas…, esto es, personas que tienen gente a su cargo. Estos resultados son generales, por lo que más adelante será interesante desglosar los resultados por puesto, tipo de organización y hasta por edad. La escala va de 1 a 16, dividida en tres intervalos: de 1 a 6 (el estilo de influencia es débil), de 7 a 11 (intermedio) y de 12 a 16 (fuerte o evidente). Los estilos, dominante (aparentemente se da libertad, pero finalmente se hace lo que dice el jefe) e institucionalizador (influir en los demás por medio del puesto) son inversos, es decir, los puntajes más bajos son más deseables para un liderazgo inspirador. 

jueves, 12 de abril de 2018

El Puente Editores

JOVENES TALENTOS MUSICALES,
EN CONCIERTO.

Atilano González Villa
Director General
El Puente Editores

La Orquesta de Cámara “Fritz Kreisler”, integrada por 18 jóvenes estudiantes de preparatorias y universidades, originarios de Mérida, Timucuy, Acanceh, Kanasín, Valladolid y Motul, presentará el sábado 14 de este mes el Concierto “Tuba, Clarinete y Cuerdas” en la sede del Museo de la Canción Yucateca, A.C., a las 20:00 h.
      
José Luis Chan Sabido, director titular y artístico de la orquesta, consideró notable el avance en el conocimiento instrumental y de la música de estos jóvenes talentos yucatecos, los cuales han logrado ya un elevado nivel de interpretación del repertorio clásico.

En rueda de prensa, el maestro Chan Sabido explicó la trascendencia del concierto por no ser común escuchar a los alientos como solistas. “Queremos dar a conocer las respectivas características y posibilidades de estos dos instrumentos tan poco difundidos, a través de los destacados intérpretes José Carlos Rodríguez Arreola (de 41 años de edad) con la tuba y César A. Reyes Jiménez (33) con el clarinete”.

Por su parte la presidenta del Consejo Directivo del Museo de la Canción Yucateca, A.C., Elena Fernández Moral, apuntó “la magnitud del concierto como ejemplo de la interpretación, el desarrollo y producción de la música clásica, hecha en el Estado de Yucatán por jóvenes yucatecos para disfrute de los propios yucatecos y de todo invitado de cualquier parte del mundo”.

El clarinetista originario de Oaxaca, graduado del Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán (Italia), forma parte de la Orquesta Sinfónica de Yucatán. Tocará como solista y dirigirá al mismo tiempo, y explica: “Así era antes en las cortes reales europeas, con espíritu muy juvenil y en forma dinámica y emotiva, el solista también dirigía a la orquesta”.

Por lo tanto el director titular de la orquesta, maestro Chan sabido, será concertino durante todo el programa.

En cuanto al tubista, José Carlos Rodríguez Arreola, originario de la Ciudad de México, también es integrante de la Orquesta Sinfónica de Yucatán. “Quiero motivar a los jóvenes y demostrarles las bondades de este instrumento, a veces tan olvidado”, dijo en la rueda de prensa.

PROGRAMA
1- Concierto para clarinete y cuerdas No. 3, de Carl Philipp Stamitz, alemán (1745-1801).
I- Allegro Moderato. II- Romance. III- Rondó.

2- Serenata para cuerdas op. 20, de Edward W. Elgar, inglés (1857-1934).
I- Allegro piacevole. II- Larghetto. III- Allegretto.

Intermedio

3- Concierto para tuba y orquesta de cuerdas, de Arild Plau, noruego (1920-2005).

La Orquesta de Cámara “Fritz Kreisler”, es parte de la Vienna Music & Art Academy-Yucatan, dirigida también por el maestro José Luis Chan Sabido.

lunes, 9 de abril de 2018


Volver a lo básico.

En el periodismo hay un futuro que no acaba de llegar y un presente que no se acaba de ir.


 El periodista es alguien que ejerce el periodismo como lobo estepario, solitario y soltero, el periodismo no se ejerce en manada, desgraciadamente esto último es una costumbre que se ha vuelto un hecho constante y cotidiano.

 
Rafael Cano Franco, periodista de Hermosillo, Sonora.
Presidente del Foro Nacional de Periodistas.

Conferencia dictada en la Universidad Autónoma de Yucatán, promovida por el presidente del Foro de Periodistas de Yucatán, Iván Duarte.

Me pidieron que platicáramos sobre el futuro del periodismo. Pero más allá del futuro del periodismo, nos tiene aquí “el futuro de los medios de comunicación y los medios de comunicación del futuro”.

             En el periodismo, la técnica informativa ha tenido algunos cambios. Por ejemplo, la entrada de la nota de 22 caracteres ya no necesariamente tiene que responder a las 6 w’s (qué, quién, cuándo, dónde, cómo y porqué). También ha quedado en desuso la pirámide invertida, ese esquema de invertir la nota con lo más importante arriba. Salvo estos detalles, el periodismo como tal no tiene muchos cambios, no ha mutado.

             Lo que ha cambiado en forma trascendente y a ritmo vertiginoso es la forma en que los periodistas entregamos la información a los usuarios finales, a los lectores, a los televidentes, etc. Estos procesos son más rápidos, son casi inmediatos.

              El punto es si nosotros los periodistas estamos preparados para asimilar estos cambios y si podemos convertirlos o no en un negocio, porque a final de cuentas los periodistas no vivimos del aire, de alguna parte sale nuestra comida y tenemos la costumbre de comer tres veces al día, pero en este apartado estamos mal educados.

Cambios en el periodismo
Los cambios afectan al espacio de la comunicación pública, los blogs, la información en las redes sociales, la inmediatez de lo que recibimos. Pero el asunto no es si nos enteramos de los hechos o no, el caso es si estos hechos informativos reúnen las características para ser una nota informativa, una noticia, algo confiable. Esto es lo fundamental.

             Internet cambió para siempre nuestro modo de informarnos al generar una nueva cultura, un nuevo proceso para el tratamiento de la información y para la presentación de noticias. Con el hipertexto, la versión 2.0 etc., la web se convirtió en un constante transformador del quehacer de los medios de comunicación y fuimos conociendo mejor las potencialidades de la era digital, no solo agregamos texto, de pronto podemos construir noticieros de radio y agregarle audio y video a las notas informativas y, en este sentido, a través de una plataforma digital relativamente barata, construimos medios de comunicación múltiple, porque tiene múltiples funciones (texto, audio, imagen).

             Esto generó la proliferación de medio digitales, pero el problema en México es que no han evolucionado, de pronto se quedaron atorados, estancados, y tampoco han sabido capitalizar el boom de las redes sociales, porque los periodistas, en términos generales, cometemos un error, queremos hacer medios de comunicación a nuestro gusto, en lugar de generar narrativas y generar información al gusto de los usuarios. Para conectar con ellos tenemos que generar los temas que a ellos les interesan. Y luego medir el impacto para saber cuánto dinero va a generar. Porque, insisto, esto tiene que ser un negocio. No puede ser de otra manera si no cómo nos vamos a mantener, a dónde vamos a ir, de dónde saldrán los dineros que nos permitan tener la canasta básica. Ningún periodista va al súper a comprar un kilo de azúcar y pagar con dos toneladas de credibilidad.

             Hay que transformar todo esto en ingreso para los medios, claro, ingresos que estén dentro de la norma, no convertirse en chantajistas.

Información y noticia
El futuro es de la información, no de los medios. Es decir, la información seguirá fluyendo. Todos los días nos informamos de hechos que trascienden y de hechos que no trascienden. Hay quien publica hechos cotidianos y banalidades que no nos cambian para nada la vida. Esa es información, pero no es noticia. Lo que tenemos que hacer los periodistas es convertirnos en el tamiz dentro de las redes, hacer que la información se convierta en noticia, aquella que tenga las características y atributos necesarios para serlo.

             Los medios que comprendan esta transición, serán los medios con futuro, los que no la comprendan y se nieguen a cambiar simplemente tenderán a desaparecer, ésta es la triste realidad. Los medios deben entender que este cambio se da aún cuando no lo quieran.

             Los medios impresos tienen circulación a la baja, en todo el territorio nacional. No digo que vayan a desaparecer al 100%, pero aquellos que presumían tener tirares de 80,000 o 100,000 periódicos diarios, pues hoy tiran 20,000 o 30,000 si bien les va. Sus usuarios han cambiado.

Periodismo ciudadano
Otro impacto de internet y las redes sociales es el fenómeno que algunos llaman “periodismo ciudadano”. Se da cuando alguien, por ejemplo, ve un choque, toma una foto y la suba a internet. ¡Listo! Ya está haciendo periodismo ciudadano. Pero como no tiene conocimientos de periodismo, escribe “vi que estaba sangrando dentro del carro y estaba muerto”. Ya lo mató y lo sube. Y ya en las redes se convierte en verdad histórica, aunque el sujeto haya estado inmóvil por haber perdido el conocimiento y bañado en sangre por una cortada en la frente, pero vivo. 

             Considero que el término periodismo ciudadano no es adecuado. Lo que publican siempre es algo de apreciación personal, algo muy diferente al proceso periodístico que comienza por la verificación de los datos. Esta es la diferencia entre alguien con conocimientos periodísticos y otro sin ellos.

             El periodismo ciudadano es un ejercicio informativo que puede hacer cualquiera y, precisamente por esto, es por lo cual debemos ser muy cuidadosos al darle o no cabida como algo creíble. Millones están pegados a las redes, suben fotos, escriben lo que ven, opinan, etc., viven una vida virtual en un mundo real.

             Otro aspecto son los "blogeros” convertidos en líderes de opinión. Pero no se convirtieron en líderes por el hecho de ser blogeros. Ellos ya traían algo de solvencia, ya tenían credibilidad en otros espacios, ya habían generado un nombre en el mundo real que lo llevaron al mundo virtual. No surgieron de la nada. No porque yo me ponga a escribir un blog, mañana voy hacer el blogero de moda. Lo que hace el blog es darles visibilidad, los expone en una plataforma más amplia, de mayor difusión y, a partir de ahí, ellos crecen con su nombre, pero no los fabrica.

¿Cómo lograr que el público nos voltee a ver? Simple y sencillamente es un proceso lento que se llama generación de credibilidad. Es el activo más importante de cualquier periodista y se logra al paso de mucho tiempo, de muchos aciertos, de ser siempre preciso y muy honesto en el manejo de la información. Para que ese público me busque, me tiene que buscar porque me cree.

Facultades de Periodismo obsoletas
Otro aspecto complicado: las facultades de comunicación y periodismo enseñan periodismo y comunicación del siglo XIX y un poquito del siglo XX. Los egresados de estas escuelas salen con conocimientos y teorías del siglo pasado y algunas francamente ya rebasadas por mucho.

             Todavía en algunas facultades les enseñan a los muchachos la visión marxista de la comunicación. Eso no sirve para nada, es una soberana tontería, una pérdida de tiempo, distorsión de la realidad periodística y de la mente. Todavía hablan de estructuralismo de la comunicación. Y hay universidades que ya ni siquiera enseñan los géneros periodísticos. Así estamos en algunas partes de México. En materia periodística, no enseñan periodismo fundamentado en el quehacer de los medios impresos, pensando en los propios medios y en sus necesidades.

              Las facultades de periodismo y comunicación tiene que repensar cuales son las destrezas que les van a dar a los jóvenes. Es cierto, estoy de acuerdo en que hay que regresar a lo básico del ejercicio del periodismo, pero también hay que conocer las nuevas exigencias que nos plantea la tecnología.

             ¿Qué nos demandan los usuarios? ¿Cuáles son los nuevos lenguajes que debo utilizar? Y no hablo del idioma, sino de la narrativa. Pero seguimos narrando: El funcionario precisó, dijo que, estableció que, cuando las nuevas técnicas de la narrativa periodística nos hablan de una redacción circular, de una redacción incluyente, una redacción que haga que el individuo, el usuario, se conecte de inmediato. Pero pocos conocen la técnica de la redacción circular una técnica usada ya por la mayoría de los medios en Europa y en algunos estados de los Estado Unidos, pero aquí la desconocemos.

             En algunas universidades es más importante conocer la teoría marxistas de la comunicación que la redacción circular. Ahí tenemos un problema serio, muy serio para el futuro del periodismo en México.

             La universidad y los medios de comunicación son sistemas que deben cambiarse desde dentro, cambiar las materias de enseñanza, como en cualquier otra profesión, con gente que pertenezca a la nueva cultura. Hay que oxigenar los espacios del conocimiento. Hay que permitir que las nuevas generaciones accedan para formar a las nuevas generaciones. Si hay que transformar la universidad, hay que transformar a los medios.

             Hay universidades que no existen en el mundo real, son virtuales. La Universidad de Arizona lo único que tienen en físico es el estadio de fútbol, todo el proceso de enseñanza está en línea.

             Nuestro Foro de Periodistas promueve en línea una Licenciatura en Periodismo, a partir de este año.

             Sí, hay que cambiar, pero será en la medida en que interese el periodismo, la comunicación, y éste es el reclamo, porque recibimos una educación académica fundamentada en el siglo pasado y debería estar a tono con el ritmo de cambio y, simplemente, no lo está.

El futuro de los medios
El papel, durante muchos años ha sido el medio del periódico. Ya no es así. La pantalla, en sus infinitas modalidades, ha suplido buena parte de las funciones del periódico y si queremos generar medios para el futuro tenemos que pensar en la pantalla, en ser altamente visuales. Una información en papel no podemos copiarla, le tomamos una foto y la mandamos al archivo, no podemos pegarla con un simple click, ni actualizarla, ni ver si le subieron algo nuevo, si hay nota relacionada, si alguien opinó, no podemos reenviarla.

             Entonces, visto así, el papel periódico es un lienzo, una herencia del pasado. Es un muerto que camina todavía, porque no sabe que está muerto. Los periódicos responden a su periodicidad, diario porque sale una vez al día, semanario, mensual, bimensual, semestral, un proceso de producción del siglo pasado.

             Primero cuánto tiempo lleva redactar una nota, clasificara, llevarla a la imprenta, meterla a la rotativa, compaginar el periódico y luego una distribución con logística. Ahora, en un portal en internet la periodicidad es continua. Antes la hora ideal para una conferencia de prensa era entre las 10 y las 12 del día, para dar tiempo al periodista de llevar la información a su medio impreso.

             En las pantallas de los medios virtuales la periodicidad es cada segundo, un permanente cambio. Así lo han demostrado las redes. No lo invento, ya está plenamente investigado y documentado. Así ya son las cosas. Por eso, por el bien del futuro de los medios impresos en papel periódico, hay que cambiar. Pero lo primero que hay que cambiar es a las personas que están ahí. 

Los retos de los medios actuales
Primero, la empresa. Hay que repensar los modelos de organización de los medios en papel, porque tienden a ver reducidos sus ingresos. Son carísimos. Los portales digitales les dan competencia constante, porque son, si funcionan bien, medios de la era del conocimiento y operan con esquemas de la sociedad del conocimiento. Son más rápidos, más ágiles, informan y tienen cambios constantes, actúan con esa periodicidad. Las empresas tienen que repensar su modelo de negocio.

             Algunos periódicos diarios, como El Universal, han pasado de publicar todo en sus páginas electrónicas a solo incluir encabezados, sin costo. Pero lograron encontrar un punto intermedio: ahora publican las noticias del día a día, sin costo, y se reservan para la edición impresa y para su área digital de paga los reportajes y las entrevistas. Así ya no le plagian sus notas con trabajo periodístico real, de peso, y las cobran. En el gratuito cumplen su misión de informar. Encontraron su modelo de negocio.

             Los medios tienen que encontrar un modelo de negocio de acuerdo a sus características. Los medios digitales deben encontrar el suyo. Los blogeros, también. Todos tienen que ser empresas. Hoy ya no hablamos de empresas con edificio, hoy la persona es su propia empresa, el conocimiento es su capital y ese conocimiento lo transforma, en el caso de los periodistas, en credibilidad y esa credibilidad debe convertirse en ingresos. Pues, nosotros, cuando pensemos en términos de empresa, pensemos que estamos generando bienes de consumo. La información es un bien de consumo, la nota es un bien de consumo.

             Pero, ¿cómo me voy a financiar? Si tengo reporteros, ¿cómo les voy a pagar? Y los gastos de internet. Y, además, el espacio físico, porque Hacienda te pide un domicilio fiscal donde te van a ejecutar. Y la renta… Hacer periodismo cuesta. Por esto hay que explorar los diferentes tipos de financiamiento. Y en este punto, la publicidad lo define todo, quien sepa sacarle provecho a esta venta de publicidad en medios, estará del otro lado.

Las facultades de comunicación y periodismo enseñan periodismo y comunicación del siglo XIX y un poquito del XX. En algunas, aún enseñan la visión marxista de la comunicación. Eso no sirve para nada, es una soberana tontería, una distorsión de la realidad periodística y de la mente, y todavía hablan de estructuralismo de la comunicación. Y las hay que ya ni siquiera enseñan los géneros periodísticos. En materia periodística, no enseñan periodismo fundamentado en el quehacer de los medios, pensando en los propios medios y en sus necesidades. Sus egresados salen con algunos conocimientos ya rebasados por mucho. Así estamos en algunas partes de México.
  
La formación
La narrativa primero. Hay que recuperar el ritmo de narrativas largas. Hoy todos se informan en párrafos. Queremos saberlo todo rápido. Un caso especial se vio en la captura del Chapo en el noticiero de Carlos Loret. Le dedicaron 20 minutos describiendo como pasó el suceso, porque saben que la gente busca narrativas largas, quiere saber el detalle, todavía nos mueve el morbo. Incluso en los medios impresos, uno las lee, las degusta, las paladea, las saborea, claro, cuando están bien redactadas, bien llevadas, casi al nivel de literatura, pero con técnica periodística.

             Algo triste y penoso es cuando dos o más reporteros se ponen de acuerdo para cubrir una serie de hechos. Tú vas a éste, tú al otro, éste a aquel y yo cubro tal. Luego se intercambian las notas y todos los medios publican lo mismo, sin diferencias sustanciales.

             La unificación de criterios va en contra del ejercicio del periodismo y más si somos nosotros los periodistas los que los unificamos. Por flojos. Y un actuar de esta forma, es un fraude a la empresa para la cual se trabaja y para el público receptor. Desgraciadamente ésta es una costumbre que se ha vuelto un hecho constante y cotidiano en el periodismo mexicano. El periodista debe ser alguien que ejerza el periodismo como lobo estepario, solitario y soltero, el periodismo no se ejerce en manada,

             Hay que competir como profesionales. El periodismo es un ejercicio de competencia. El periodista sale todos los días de su casa a buscar la nota informativa, la exclusiva, y a que nadie se la gane. Y le exige y le pide a sus fuentes: “dámela a mí, ya la estoy trabajando, es producto de mi esfuerzo, de mi capacidad, yo me enteré primero y la quiero para mí”. Esto es una competencia y así debemos de pensar.

             Hay que recuperar la iniciativa. Hay que trabajar con mayor creatividad, no somos nada creativos. Hay quienes solo se van al café y reciben el boletín y no hacen nada, no reportearon, no llamaron, no consultaron otras fuentes, no buscaron otras opiniones, no contrastaron la información, no fueron al campo, no fueron a la calle. El periodista es de calle, no de oficina. Hay que apostar por esa diferencia, hay que difundir la formación académica como una tarea permanente. Quienes piensen que ya la hicieron porque en 1994 lograron su título de Licenciado en Periodismo, están muy equivocados. De 1994 a 2016 han transcurrido muchos años, han cambiado muchas cosas y si no se han actualizado, no se han preparado y si esa preparación no ha sido constante y recurrente, estamos fritos.

             Por eso nuestra propuesta es que el periodista se debe certificar. Debemos buscar al periodista certificado, para que digan: este tipo cumple con las condiciones éticas, técnicas, condiciones humanas, conocimiento de tecnología, ciertos parámetros que todos debemos de manejar y operar.

Los medios del futuro
La identidad. Antes, generalmente quien tenía la tecnología tenía la fuerza y ésta era su identidad. Quien poseía la imprenta podía editar periódicos, revistas o libros. Hoy, la digitalización de la información y la red permiten que cualquiera pueda tener esta tecnología. Entonces, la identidad de los medios se da por producir y difundir información. Esto indica la necesidad de cambiar, entender que los medios son productores del conocimiento en la actualidad.

             Los medios también han descubierto que el contenido ya no es el rey, es una simple excusa para que la gente converse. ¿Qué tenemos que hacer? Darle contenido a la gente que no sabe expresarse. Vuelvo a lo mismo, lo que importa aquí es hacer medios de comunicación con información que le interese al usuario, no que me interese a mí.

             ¿Dónde están los medios de comunicación? Donde estén sus usuarios. Y el tiempo ya no es el de la periodicidad, sino de la continuidad. Medios que generen información en forma continua.

             Yo soy director de un portal en Hermosillo, se llama Ehui.com y está obligado a generar 12 periódicos digitales en el día, es decir, hacemos el equivalente a 12 periódicos impresos diarios. Presentamos al menos 12 veces diferentes portadas. La información es continua, debido a la posibilidad de la tecnología para escribirla y subirla en el momento. La redacción son ellos, los reporteros que suben las informaciones y no tienen que ir a la oficina.

             Un medio, hoy, debe ser accesible con aplicaciones en la red, con texto, audio e imagen. La nueva multiplataforma digital, es el nuevo estándar. No conozco en México algún medio que lo haya hecho, ni los grandes. Lo aplican solo en una o en dos notas. Pero sí los hay en España, Francia, Inglaterra, EE. UU. Y no cuestan más, el reportero estuvo ahí, ¿por qué no grabar audio y video? Y subir todo desde su propio celular. ¿Por qué no se ha hecho? A esto los periodistas le llamamos ubicuidad.

El periodista
La tecnología ha democratizado los medios de comunicación, pero las máquinas no hacen periodismo, el periodismo lo hacen las personas independientemente de sus herramientas, con datos o sin ellos, con el mejor celular o uno barato. El periodista debe ser de excelencia, estar preparado, con condiciones personales para el desarrollo, tener el conocimiento y saber aplicarlo. Comportase de manera ética. La excelencia implica que los medios y los periodistas sean profesionales. Esta no es una labor para improvisados, disculpen si ofendo a alguien, lo dijo un señor que se llamaba J. Chester: "El periodismo era una profesión que cualquiera podía desempeñar, el único requisito para ser periodista era haber fracaso en cualquier otra profesión".

             El periodista es aquel que vive el y del periodismo, se prepara día a día, sale y busca noticias, sabe y conoce como se desarrollan los términos y domina los géneros informativos. Ese es periodista.

             El periodista no va a cambiar, no debe cambiar, los que han cambiado son los medios. Los periodistas debemos regresar a lo básico, porque más allá de las innovaciones tecnológicas y del impacto de los medios de comunicación, el periodismo es un oficio que conserva sin cambios sus principios básicos. El tamiz, el manejo de la información, su recopilación, acceso y análisis es un proceso que no ha variado mucho, puede cambiar la técnica, pero se sigue rigiendo por la precisión, claridad y capacidad de redacción.

             El periódico de hoy, como lo será el de mañana o como lo fue el de ayer, requiere de elementos que lo diferencien del resto de las personas que comunican en las redes sociales. Es decir, tienen que diferenciar quién está haciendo una labor periodística al informar o quien simplemente está dando a conocer algo sin el proceso periodístico previo.

             No necesito ser médico para informar sobre los avances de la medicina, pero por favor sí tener conocimiento mínimo sobre las enfermedades. Un periodista debe haber estudiado y tener conocimientos de filosofía, de las bellas artes, de ciencias, geografía, ortografía, redacción y algunas materias más.

             Tenemos que volver a lo básico, tener un amplio lenguaje, vocabulario extenso. Quienes a través de alguna red comunica su incapacidad para expresarse correctamente, desemboca en la vulgaridad, y en lugar de educar a un pueblo lo mal forman. Un buen periodista no puede actuar así. La regla básica para adquirir lenguaje y vocabulario extensos, es la lectura, leer, leer… Para escribir una palabra es necesario leer cien y para redactar un buen texto es necesario haberlo escrito cien veces. La única forma de adquirir lenguaje es leyendo.

             También necesitamos precisión, es lo básico del periodismo, ser honestos. Hay que ser breves, concisos. Hay que alejarse de la declaración, somos muy dados a lo que dijo el funcionario se convierta en nota. Porque lo dijo el funcionario es una verdad periodística, pero no la contrastamos, no vamos a ver si lo que dijo es cierto, no buscamos información adicional que nos permita formar y formarnos un criterio.

             Finalmente, el periodista tiene que trabajar bajo los fundamentos de la ética. El periodista debe saber lo que es bueno y lo que es malo, tanto para sí como respecto al contenido informativo. No hablo de censura.

             Los principios básicos nos deben indicar cuándo alguien nos quiere usar, cuándo alguien no pretende informar sino hacer propaganda a través de nosotros. Cuándo son mensajeros de un grupo, para llegar a otro. La ética nos marca las acciones positivas o negativas en las que podemos incurrir y se vuelven un ente normando nuestra actividad cotidiana, no solo profesional si no también familiar. Los periodistas deben tener un linaje ético, por eso hablo de regresar a lo básico. Los medios cambian, pero no todos los periodistas se han percatado. En este asunto hay un futuro que no acaba de llegar y un presente que no se acaba de ir. En definitiva, estamos en esa transición. 

Muchas gracias.