lunes, 16 de abril de 2018

LIDERAZGO Y ESTILOS DE INFLUENCIA.


Dr. Francisco G. Barroso Tanoira
Universidad Anáhuac Mayab. 

¡Gran e importante reto es ser líderes! Y se habla mucho sobre el liderazgo, pero a veces no se comprende bien el significado de esta palabra. Para comenzar, hay que diferenciar entre “líder” y “liderazgo”. El líder es quien conduce a otros hacia metas organizacionales. Para lograrlo puede usar el liderazgo, que es influir en el comportamiento de otros a través de la convicción, pero también puede utilizar el poder, entendido como influir en ellos a través de la dependencia. Sin embargo, sea como sea, él tiene que llegar porque, como indica el empresario y consultor estadounidense Jack Welch, a un líder se le juzga por los resultados. Desde la óptica humanista, lo ideal es que el líder llegue a sus metas usando su liderazgo y no por el mero uso del poder, lo que implica la necesidad de un grupo maduro y que pueda aceptar las responsabilidades. El problema surge cuando se usa un estilo de liderazgo inadecuado o cuando se cree que con el poder se soluciona todo, recordando el dicho de Maquiavelo… “es mejor ser temido que ser amado…, aunque hay que evitar ser odiado” (El Príncipe… Capítulo XVII).

En las organizaciones de ahora se necesita, más que nunca, líderes participativos que promuevan el trabajo en equipo, la innovación y el emprendimiento. Se requieren líderes inspiradores que logren que su personal haga las cosas convencidas de que las hicieron ellos mismos. Gente que trabaje, conviva, comparta y se divierta haciendo sus labores. Sin esto, el empowerment (empoderamiento) es imposible, relegando a la organización a una mera ejecución de órdenes y eliminando así la creatividad, la innovación y el emprendimiento. Ante esto, Warren Buffett, empresario estadounidense, ha dicho: “Contrata a los mejores y déjalos hacer lo que saben… Contrata a los más baratos y harán lo que tú dices”. El reto, entonces, consiste en ser líderes visionarios, inspiradores, formadores y delegadores más que líderes basados en un puesto o en el recuerdo de glorias pasadas.

Al reflexionar sobre el liderazgo es necesario hablar de estilos de influencia, que se refieren a la manera como uno tiene injerencia en el comportamiento de otros.  Mediante un cuestionario publicado por el Dr. Iván Filby, académico estadounidense, pueden verse dichos estilos (ver figura 1). Los resultados reflejan la aplicación de este cuestionario a 860 personas a lo largo de dos años, entre las que hay directivos, gerentes, coordinadores y profesionistas de empresas privadas y de dependencias públicas…, esto es, personas que tienen gente a su cargo. Estos resultados son generales, por lo que más adelante será interesante desglosar los resultados por puesto, tipo de organización y hasta por edad. La escala va de 1 a 16, dividida en tres intervalos: de 1 a 6 (el estilo de influencia es débil), de 7 a 11 (intermedio) y de 12 a 16 (fuerte o evidente). Los estilos, dominante (aparentemente se da libertad, pero finalmente se hace lo que dice el jefe) e institucionalizador (influir en los demás por medio del puesto) son inversos, es decir, los puntajes más bajos son más deseables para un liderazgo inspirador. 

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