LIDERAZGO Y ESTILOS DE INFLUENCIA.
Dr.
Francisco G. Barroso Tanoira
Universidad
Anáhuac Mayab.
¡Gran e
importante reto es ser líderes! Y se habla mucho sobre el liderazgo, pero a veces
no se comprende bien el significado de esta palabra. Para comenzar, hay que
diferenciar entre “líder” y “liderazgo”. El líder es quien conduce a otros
hacia metas organizacionales. Para lograrlo puede usar el liderazgo, que es
influir en el comportamiento de otros a través de la convicción, pero también
puede utilizar el poder, entendido como influir en ellos a través de la
dependencia. Sin embargo, sea como sea, él tiene que llegar porque, como indica
el empresario y consultor estadounidense Jack Welch, a un líder se le juzga por
los resultados. Desde la óptica humanista, lo ideal es que el líder llegue a
sus metas usando su liderazgo y no por el mero uso del poder, lo que implica la
necesidad de un grupo maduro y que pueda aceptar las responsabilidades. El
problema surge cuando se usa un estilo de liderazgo inadecuado o cuando se cree
que con el poder se soluciona todo, recordando el dicho de Maquiavelo… “es
mejor ser temido que ser amado…, aunque hay que evitar ser odiado” (El
Príncipe… Capítulo XVII).
En las
organizaciones de ahora se necesita, más que nunca, líderes participativos que
promuevan el trabajo en equipo, la innovación y el emprendimiento. Se requieren
líderes inspiradores que logren que su personal haga las cosas convencidas de
que las hicieron ellos mismos. Gente que trabaje, conviva, comparta y se
divierta haciendo sus labores. Sin esto, el empowerment (empoderamiento) es
imposible, relegando a la organización a una mera ejecución de órdenes y
eliminando así la creatividad, la innovación y el emprendimiento. Ante esto,
Warren Buffett, empresario estadounidense, ha dicho: “Contrata a los mejores y
déjalos hacer lo que saben… Contrata a los más baratos y harán lo que tú
dices”. El reto, entonces, consiste en ser líderes visionarios, inspiradores,
formadores y delegadores más que líderes basados en un puesto o en el recuerdo
de glorias pasadas.
Al
reflexionar sobre el liderazgo es necesario hablar de estilos de influencia,
que se refieren a la manera como uno tiene injerencia en el comportamiento de
otros. Mediante un cuestionario
publicado por el Dr. Iván Filby, académico estadounidense, pueden verse dichos
estilos (ver figura 1). Los resultados reflejan la aplicación de este
cuestionario a 860 personas a lo largo de dos años, entre las que hay
directivos, gerentes, coordinadores y profesionistas de empresas privadas y de
dependencias públicas…, esto es, personas que tienen gente a su cargo. Estos
resultados son generales, por lo que más adelante será interesante desglosar
los resultados por puesto, tipo de organización y hasta por edad. La escala va
de 1 a 16, dividida en tres intervalos: de 1 a 6 (el estilo de influencia es
débil), de 7 a 11 (intermedio) y de 12 a 16 (fuerte o evidente). Los estilos, dominante
(aparentemente se da libertad, pero finalmente se hace lo que dice el jefe) e institucionalizador
(influir en los demás por medio del puesto) son inversos, es decir, los
puntajes más bajos son más deseables para un liderazgo inspirador.
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