jueves, 1 de diciembre de 2016


Los migrantes: invisibles para las autoridades.

Para la abogada Rita Marcela Robles, investigadora mexicana sobre temas de migración, los migrantes son invisibles ante la ley de los países de tránsito, Guatemala, El Salvador, Honduras y México, lo cual los hace muy vulnerables a los abusos y a las injusticias, algo que no parece avanzar hacia un cambio. La abogada respondió a los cuestionamientos del periodista Oswaldo Hernández.
Rita Marcela Robles
 
¿Por qué hasta ahora los estados se preocupan por los migrantes desaparecidos?
Tiene que ver con la denuncia de las madres. Porque las madres antes no llegaban a México a preguntar por sus desaparecidos. Es más, hace algunos años no sabían ni qué hacer. A dónde acudir o con quién hablar en sus países de origen, Honduras, Guatemala, El Salvador o Nicaragua. Les decían a las autoridades locales que no encontraban a sus hijos, pero no les hacían ni caso porque la respuesta era: “Bueno, pero no se perdieron acá”. Ellas respondían que se habían perdido en México o en Estados Unidos y las autoridades les decían: “No es nuestra competencia, búscalos allá”.
                Por eso, en la última década, se empezaron a organizar los familiares de los migrantes desaparecidos. Primero en Honduras, con el Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos del Progreso (Cofamipro); luego en El Salvador, con el Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos y Fallecidos (Cofamides). Por primera vez, se empezaron a crear las bases con datos de los familiares de los desaparecidos.
                En México, el Servicio Jesuita para Migrantes (SJM), creó una página para que las madres organizadas subieran los datos de sus desaparecidos en el país. Pero, hasta después se inició la búsqueda con trabajo de campo en estaciones migratorias, cárceles, hospitales (en Guatemala, El Salvador, Honduras y México).
                Además, se incluyó al equipo argentino forense para tomar muestras de ADN. Las denuncias y búsquedas se organizaron mejor a partir de la masacre de los 72 migrantes en Tamaulipas y de los 49 asesinados en Cadereyta, y aumentó la presión sobre los gobiernos de esas 4 naciones. Desde eso, la búsqueda se dividió en dos dinámicas: 1- Búsqueda en vida. 2- Búsqueda de restos. Pero aún está en sus primeras etapas.
                Y los países simplemente no pudieron seguir obviando el tema de los migrantes desaparecidos.
                Como antecedente, habría que fijar el inicio del Boom de los migrantes a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), con desapariciones en poca escala, pero en aumento hasta la crisis de los últimos años.
 

¿Por qué el Tratado de Libre Comercio provoca más migración?

 Yo lo contrapongo a lo que ocurrió en México: el retiro de la inversión fuerte al campo y el fortalecimiento del programa de maquiladoras. La gente del campo empezó a abandonar sus tierras y emigró a los lugares donde se producía la industrialización. Era muy prometedor el sueño de las maquilas, pero siempre hay trampa. Al mismo tiempo se dio el fenómeno de las empresas golondrinas que cambian de nombre, se desplazan, cierran y se van una vez que los trabajadores empiezan a reclamar derechos laborales. La gente, ante este panorama, empieza a irse. En Centroamérica ocurre casi al mismo tiempo. Antes del TLC no había un modelo industrializador tan fuertemente establecido. Los países de la región tenían un perfil agrícola, pesquero, artesanal, no tan industrializado. Pero con el TLC eso se sacude y se cambia por completo el factor de oportunidades. Si te vienen con que el campo no es lo de hoy sino la industria, pues hay que migrar. Además la principal migración que identificamos a partir de ese momento, tras la firma del TLC, era el de los padres de familia para sostener a sus hijos desde afuera. El segundo flujo, unos años más tarde, y que se vuelve masivo, es el de los jóvenes en busca de un reencuentro familiar. Y al mismo tiempo cambió Centroamérica. El panorama ya no era un contexto de guerra de guerrillas, sino que a partir de que muchos migrantes que no lograron cumplir con el sueño americano, se da el fenómeno de las maras. Y todo eso se convirtió en un caldo de cultivo para la migración económica y la migración por inseguridad y violencia.

¿Los esfuerzos para ayudar a los migrantes, se criminalizaban antes de 2011?
Sí. Antes, el tema no podía hacerse tan visible. Ayudarlos era visto como un delito, trata o tráfico de personas. Pero no solo la ayuda, sino que la migración como tal era vista como delito y no como falta administrativa, como se ha logrado que se vea hoy en día en México. Eso se logró con la creación de la Ley de Migración en México. Además se reconoce la figura del defensor de los Derechos Humanos en el tema migrante. Se habla también de la responsabilidad de los albergues, pero fundamentalmente de los derechos de los migrantes. Desde antes de la Ley tenían derechos, claro, pero los funcionarios públicos necesitaban de un papel que validara estos derechos fundamentales, sin el cual no existían para ellos.

¿Hubo persecución de los defensores de Derechos Humanos de los migrantes?
Tanto como persecución de forma sistemática, no. Pero la ayuda a migrantes se realizaba de manera subterránea, casi clandestina. Nadie se atrevía a salir hablando de manera pública sobre el tema. No se visibilizaba. Los únicos con perfil alto antes de 2011 o 2012, eran Sin Fronteras y el Centro por los Derechos Humanos Fray Matías de Córdoba. Pero hubo amenazas, como el caso de Fabian Bennet de Sin Fronteras. Muchos de los que ayudaban a migrantes debían bajar el perfil, de lo contrario  asomaba el peligro para ellos. Pero después de la masacre de Tamaulipas todo cambió, por el intenso cuestionamiento internacional a México. Ya no solo éramos unos cuantos tratando de abordar el tema. Y aunque la ley de migración se venía impulsando desde tiempo atrás, no había voluntad política. La voluntad política se impuso a partir de los asesinados. Hasta que ocurre algo horrible, los políticos reaccionan.

¿El Estado mexicano entró en negación a partir de los señalamientos?
Sí, primero dijo que no era responsable, que había sido el crimen organizado. Pero, vamos, ¿qué un Estado diga eso…?

¿Qué tuvo que hacer la sociedad civil para que el Estado reaccionara?
Pues el tema lo toma la fundación por el Estado Democrático de Derecho y el equipo de antropología forense argentino. Se quería  incidir mediante el litigio. Y la antropología forense daría respaldo a partir de la identificación de restos para respaldar lo legal. El problema se dio porque nadie del Gobierno sabía cómo empezar con el tema de los migrantes desaparecidos y asesinados. Comienzan con la identificación de restos, con muchas equivocaciones. Hubo repatriaciones de restos, pero en lugar del cuerpo los ataúdes contenían arena o huesos de animales. Hubo casos en que equivocaron los cuerpos, en lugar de un hombre enviaban el cadáver de una mujer. Eso vuelve todavía más incandescentes los reflectores sobre el Estado mexicano. Pero el punto de no retorno llegó con el relator de los Derechos de los Migrantes de la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH), que presentó su informe hasta 2014. Uno de los temas principales para llamar la atención al Estado mexicano, fueron la desaparición de los migrantes, la tortura y la persecución a los defensores de las personas en tránsito. Y viene una hecatombe de reclamos con base a los informes de las otras relatorías de la CIDH, como el del Comité de Tortura, el Comité contra la Desaparición Forzada y el de Ejecuciones Extrajudiciales, todos, por separado, hacen recomendaciones a México sobre los migrantes. Los desaparecidos empiezan a preocupar un poco a los gobernantes.

Entre tantos señalamientos, ¿México cómo reacciona ante los estados centroamericanos?
En algún momento dijo que eran los responsables de las masacres. Luego cambió el discurso y señaló que había corresponsabilidades. Que eran ambas partes las implicadas. También los estados centroamericanos estaban muy cómodos con esa postura de “bueno, es en México, él es el culpable”. Cuando estos Estados también tenían parte de la culpa.

       [ ]¿Cuál era la política de México sobre la migración, antes de las masacres?
No había una política como tal. México por mucho tiempo fue visto como “el buena onda”. Tenía buenas relaciones con toda Latinoamérica y Centroamérica, e incluso con los refugiados de la guerra civil española antes de los años 50. México recibía a todo el mundo. En distintas etapas recibió gente. Primero a los refugiados de España. Luego a los refugiados de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, todos los que tuvieran gobiernos dictatoriales. Esa era la postura
: recibir a todos aquellos perseguidos o excluidos por su posición política. También los pensadores rusos se refugiaron en México. Era un gran búnker para intelectuales y los críticos de los sistemas. Además recibía a los refugiados de Centroamérica que huían de la guerra y los conflictos armados de estos países, aunque no había tanta presencia centroamericana entonces, pero por motivos económicos empieza a crecer en los años 90, hasta el boom que llega con la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) y empiezan las desapariciones fuertes. La base de datos del SJM empieza en 2007, justo cuando nos damos cuenta de que en realidad este caso ya se ha convertido en un problema. Y aún no había una política migratoria de México hacia los centroamericanos. La política hasta entonces era México-Estados Unidos, por un tema lógico a causa de la cantidad de mexicanos en Estados Unidos. Nuestro problema eran los mexicanos en el exterior, no los centroamericanos en México.



Pero México también se reconfiguró internamente, declaró la guerra al crimen organizado y ¿el daño colateral han sido los migrantes?

- En efecto. Los migrantes mexicanos, durante los años 80, se iban debido a la pobreza. Luego, en años recientes hubo una transición, como la que ocurrió en Centroamérica, para huir de la violencia. Durante el sexenio de (Felipe) Calderón se declara la guerra al narcotráfico y con ello se da el tema del control territorial por parte de grupos de la delincuencia organizada. El dominio de un espacio determinado es una pugna constante entre el narcotráfico, paramilitares, grupos que trafican con personas, con los que se dedican a la venta de órganos, con los que se mueven en el negocio de las armas… El territorio está invadido por todos estos grupos. Legitimarlos con la declaración de una guerra, los obligó a organizarse en defensa de sus respectivos territorios.  Pero los muertos, para justificar cierto éxito de la guerra por parte del Estado, empiezan a ser civiles, sobre todo migrantes, que nosotros los vemos como “falsos positivos”, y que las autoridades reportaban como bajas de las estructuras criminales. Las rutas, en este panorama, convergen. Todas, ni una se queda fuera: el tráfico de drogas y los migrantes, entran y pasan por los mismos puntos. Antes, a los migrantes los dejaban pasar, se hacían de la vista gorda, pero entonces entendieron que podían ser un negocio. Te reditúa no sólo con secuestro, sino también para mano de obra barata o para fabricación de drogas sintéticas. Pero todo en función de mantener el control territorial. Es lo que deja la guerra declarada contra el narcotráfico. “La migración refleja la crisis del sistema económico actual: son los excluidos de los excluidos. Son los que no existen”.

Sin embargo, a pesar de estas reconfiguraciones, los Estados aún no tienen cifras de migrantes desaparecidos, asesinados, secuestrados. ¿A qué se debe que no manejen estadísticas de este tema?
- La falta de datos tiene que ver con la falta de denuncia. Muchas personas que pierden a alguien en México piensan que no tienen derecho a pedir nada. Otro es el tema del miedo. Las familias no denuncian porque piensan que si lo hacen los van a matar. La sociedad civil también, al igual que los Estados, nunca tendrá cifras exactas del fenómeno de los migrantes desaparecidos en ruta. La razón es porque hay un miedo real, latente, de interponer una denuncia. Además de la pobreza, los traslados, la educación, todo eso, influye en la falta de denuncia. En México, no se veía el problema de las desapariciones de migrantes como propio, sino como un problema de Centroamérica. Pero tras las denuncias, y esto es lo más importante, comienza a hacer propio el tema a partir de la justicia transnacional. En Centroamérica, lo grave, es que no se lleva el registro de quiénes salen. Porque ya casi nadie quiere decir que sus familiares están en Estados Unidos por miedo a que la información sea vendida y sean extorsionados. Sólo las deportaciones pueden dar un número, una idea de cuántos están saliendo. Y con eso los Estados pretendían hacer políticas públicas. Pero en esas cifras de deportaciones no están todos los que salen. No sabemos cuántos hay. Las denuncias son importantes porque, primero, generan un registro para iniciar búsquedas de desaparecidos. Y segundo, obliga a investigar, sobre todo a los Estados. Y tercero: alguien debe asumir responsabilidades.

¿Cómo ve Estados Unidos el fenómeno de los desaparecidos?
- Le incumbe en tanto que llegan allá. El problema es que la política migratoria de Estados Unidos es algo que afecta a México y a Centroamérica. Ser migrante allá es un crimen, y todos se vuelven ilegales. La migración centroamericana no era un problema para Estados Unidos, porque apenas era comparable con la mexicana. Lo curioso es que hasta hace muy poco lo vieron como problema, con la llegada de los niños menores no acompañados.

¿Estados Unidos crea fenómenos como los niños migrantes, para obligar a los Estados a aceptar algunas condiciones?
- No pueden decir que no ocurría, eso está claro. Desde hace más de cinco años, como sociedad civil, ya habíamos documentado el tema de desaparecidos. Desde hace tres años, abordamos el tema de los niños no acompañados. Y claro, entre uno y otro, existe un pretexto puntual que le sirve a Estados Unidos para intervenir regionalmente. A México le impone que tome decisiones sobre su frontera sur y se crea, en efecto, el programa Frontera Sur. Con los niños no acompañados, entre abril y junio de 2014, se da paso en agosto a las redadas masivas entendidas dentro del nuevo plan mexicano y su tratamiento de la frontera con Guatemala. El Ejército, la policía federal y las estatales, empiezan una cacería de migrantes acompañados por el Instituto Nacional de Migración. México, hay que entenderlo, ha corrido y ampliado sus fronteras en miles de kilómetros luego de la imposición de Estados Unidos. Los operativos empiezan en el istmo de Tehuantepec, en Oaxaca. Y la frontera norte empieza en Jalisco. Muchos migrantes se están quedando en el centro, atascados.

¿Es o no es una contradicción entre la nueva Ley de Migración y la nueva política migratoria de México, estos corrimientos de frontera?
- Demasiado contradictorio. Con Enrique Peña Nieto se creó un plan estratégico sobre migración para atender el tema de centroamericanos en México. Se contemplaron formas de protección para migrantes, y dijimos: “Hay líneas para construir una política pública para el tema migratorio…”. Pero con la presión de Estados Unidos, en 2014 todo cambió y se movió hacía otros intereses de Seguridad Nacional. Era la primera vez que se construía una política de este tipo y quedó borrada por un nuevo plan pedido por Estados Unidos. Las contradicciones en que tienen a los migrantes son simplemente aberrantes.

¿En cuanto al tema de refugio, la lógica mexicana de “buena onda” ha cambiado?
- Sí. El perfil de refugio, el tema migratorio, se atiende ya no por temas políticos sino por inseguridad, violencia y pobreza. México ya no es el país del asilo político. Si somos francos, México se está convirtiendo en una opción de destino. Por la ruta, la cercanía, el idioma... Es más fácil pedir refugio en México que llegar a Estados Unidos y que lo denieguen. Las autoridades aún no se dan cuenta de que esto sucede en sus narices.

¿Es posible insertar a los migrantes en estas sociedades tan complejas, con gobiernos que no aportan ni lo mínimo a sus propios habitantes?
Pienso que sí pueden ser insertados. Pero el problema real es la situación de cada estado de destino. Son demasiados retos los que se están juntando para todos los países expulsores, de tránsito y de destino. Hay algo más de fondo sobre lo que ocurre en nuestros países. Ni siquiera en nuestros países estamos siendo vistos como sujetos de derechos. El desempleo, la falta de acceso a la salud, la informalidad, la educación. Yo pienso que no es malo que se queden. Pero la cuestión está en cómo serán tratados en otros países, cuando incluso ahí no se respeta a los mismos ciudadanos. La migración refleja la crisis del sistema económico actual: son los excluidos de los excluidos. Son los que no existen. Los migrantes no existen en ninguna parte, ni en el país de origen ni en el de ruta ni en el de destino. No pueden existir de forma legal y los deportan. Están condenados a ser invisibles, a ser vulnerados, a ser explotados. Es la parte triste del modelo económico que nadie toma en cuenta. Y la incapacidad de revertirlo, al menos en este momento, es grande. Apenas las autoridades están abriendo los ojos. Pero no es suficiente. 

 
- En México, con el retiro de la inversión fuerte al campo y el fortalecimiento del programa de maquiladoras, los campesinos empezaron a abandonar sus tierras para emigrar a donde estaban las maquiladoras o donde operaban los programas de industrialización.

- El Estado mexicano no atiende, ni investiga, ni contabiliza los casos de personas migrantes desaparecidas en el país, por lo que las familias afectadas buscan a sus seres queridos con sus propios recursos y sin posibilidad de acceder a la justicia- Organizaciones civiles.

- En ese acompañamiento se ha detectado que entre los migrante los más vulnerables son los jóvenes y las mujeres padecen el mayor grado la trata de personas.  
En 2013, según la Organización Internacional del Trabajo había 232 millones de personas que se encontraban viviendo en un país diferente al suyo, lo que equivale al 3.2 por ciento de la población mundial; esto contrasta con la registrada en 2002 cuando eran 175 millones de personas.




 


 

 

 

 

jueves, 1 de septiembre de 2016


Columnas GOVA

Atilano González Villa
Muerte por hambre: realidad lacerante para la dignidad humana.

Fuentes: Banco Mundial, Base de Datos del Programa de Comparación Internacional.
               Miguel del Castillo Negrete R., Departamento Académico de Estudios Generales, ITAM. FAO. Programa Mundial de Alimentos (PMA). Diario El País (España).

La carencia aguda de comida, la inanición y la muerte por hambre no son solo material para los medios de comunicación. Es una realidad cotidiana y por esta causa, por hambre, mueren al año 3.1 millones de niños (cada minuto mueren 6 niños por hambre, en algún lugar del mundo), de un total de 7 millones que fallecen en el mundo antes de cumplir los 5 años de edad. Una realidad lacerante para la dignidad humana.
                Hasta nuestras casas, los medios nos llevan las imágenes y los informes de madres hambrientas, demasiado débiles para amamantar a sus hijos en Etiopía. Refugiados de la guerra en Siria haciendo largas colas para recibir sus raciones de comida. Africanos famélicos sin poder caminar y a punto de morir… de hambre. Ubicaciones lejanas, al otro lado del mundo.

México
Pero, ¿qué ocurre en México, en nuestro zarandeado país con un crecimiento económico-industrial sostenido? Según el Banco Mundial, el Producto Interno Bruto (PIB) “per cápita” en México se ha multiplicado por 3 en los últimos 25 años. En 2010, llegó a los 14,430 dólares anuales por persona. Este crecimiento para una economía como la mexicana, que ocupa el 11er lugar en el mundo, es sorprendente.
                Pero lo grave del caso es que esta riqueza, este progreso esplendoroso, no ha llegado a toda la población. Credit Suisse Bank ha estimado que había en México 115,000 personas mayores de 18 años con una riqueza mayor al millón de dólares. De acuerdo con la misma fuente, solo hay otros 18 países con un mayor número de ricos (2010), Estados Unidos, Japón y Francia encabezaron esta lista.
                Sí, es lamentable que este progreso no haya llegado a todos.
                El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), organismo público descentralizado del gobierno federal, ha estimado que el 35.7% de la población de México es pobre, o sea, 42 millones de personas carecen de lo necesario para vivir sana y decorosamente, de las cuales 11.5 millones padece pobreza extrema, incluida la alimentaria. (Otras fuentes nacionales estiman que el 46,2% de la población, 55.3 millones, vive en la pobreza, y de este porcentaje el 20.6% se encuentra en pobreza extrema. Del total, unos siete millones de personas enfrentan un panorama más fatalista: están en condición de pobreza extrema alimentaria).
                En términos globales, 98.5 millones no tienen una adecuada nutrición y tan sólo el 14% de la población en México, unos 14.5 millones, tiene seguridad alimentaria (no le faltan alimentos, son variados y no tienen necesidad de disminuir las raciones) porque cuentan con los recursos económico-financieros necesarios.
                Es una situación delicada, porque la carencia alimentaria y de los elementos mínimos para llevar una vida decorosa, por lo general, va asociada a la carencia de educación escolar, a la falta de seguridad social y a la mínima garantía de atención en materia de salud, entre otros aspectos.
                Además, México sufre de las dos facetas del hambre: subnutrición y malnutrición. Quien no padece por falta de comida, tiene una alimentación poco nutritiva. Los dos flagelos provocan, en buena parte de los mexicanos, un menor desarrollo intelectual y físico, enfermedades y/o sobrepeso y obesidad. Somos un buen ejemplo de lo que Raj Patel denomina “obesos, famélicos”.

        En general, las estadísticas apuntan a 20,000 muertos al año en México, víctimas de la violencia y del hambre.

 El problema del hambre en México es más grave de lo que se piensa. Quien no sufre subnutrición, está mal nutrido. La población de México está obesa o famélica. Tan sólo el 14% tiene… una nutrición adecuada.

Política asistencial
Este tipo de políticas, las asistencialistas, muy poco han ayudado al desarrollo humano y productivo de los mexicanos, porque no han funcionado bien.
                En el Plan Nacional de Desarrollo (2013-2018) el Gobierno Federal reconoció que el hambre es “la expresión más lacerante de la pobreza y es ocasionada por la falta de acceso a la alimentación, debido a la falta de ingresos económicos”.

                El interés del presidente Enrique Peña Nieto, entonces, se centró en atender esta problemática y en 2013 se instrumentó una Cruzada Nacional contra el Hambre en todo el país para “garantizar el derecho a toda persona a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad”. La estrategia consistió en unir esfuerzos y recursos de los ámbitos público, privado y social. En una primera etapa operó en 405 municipios y en la segunda en 1,012.
                Pero este principal programa social del gobierno de Peña Nieto, no ha demostrado que cumpla con su objetivo de abatir el hambre.
                La Auditoría Superior de la Federación, órgano fiscalizador de los recursos públicos, revisó el cumplimiento de los objetivos y las metas de la estrategia y encontró que las deficiencias en su implementación no garantizan que se haya disminuido el número de personas en esa condición de pobreza alimentaria.
               Para medir los resultados de la estrategia, la Auditoría Superior fiscalizó la implementación y funcionamiento del programa, la focalización de la población objetivo, así como los resultados de la estrategia en la atención de las personas en situación de pobreza extrema alimentaria. Los resultados no fueron muy alentadores.
                Encontraron que al no focalizar correctamente a las personas objetivo, hubo una incorrecta coordinación de acciones. La Comisión de la Cruzada Nacional informó que implementó 64 programas presupuestarios, pero se identificó que solo 55 implementaron acciones, sin explicar por qué los otros nueve no llevaron a cabo ninguna obra. Tampoco se puede asegurar que las 79 acciones implementadas por los programas estuvieran dirigidas a la población objetivo, ya que sólo se cuantificó el total de la población atendida, sin precisar su condición de pobreza extrema alimentaria.
                “Las deficiencias en la implementación, focalización y coordinación de acciones en el marco de la Cruzada Nacional contra el Hambre no permitieron verificar en qué proporción se garantizó el acceso a la alimentación y a los demás derechos sociales de los 7 millones de personas en pobreza extrema alimentaria, lo cual no garantizó que se haya contribuido a la erradicación de la prevalencia del número de personas en esa condición”, dice el dictamen.
               En general, la Auditoría advirtió que las acciones no ayudaron a alcanzar los objetivos de garantizar a las personas una vida digna, con alimentación suficiente y de calidad ni a estar protegidas contra el hambre. Tampoco adoptaron las mejores prácticas ni las medidas necesarias que aseguraran la posibilidad de impactar de manera positiva en los 400 municipios con pobreza extrema seleccionados para el programa federal.

¿Corrupción?
No es la primera vez que un programa de la Secretaría de Desarrollo Social, del Gobierno Federal, presenta deficiencias. En una revisión anterior hecha por la Auditoría Superior, se encontró que se realizaron pagos indebidos a dos universidades y varias empresas.
                Un ejemplo de las anomalías es el pago que realizó la dependencia federal a la Universidad Autónoma del Estado de México, por casi 159 millones de pesos. El servicio era para sensibilizar a 500,000 madres en la alimentación sana y para llevar a cabo un evento social. Sin embargo, se erogó el dinero sin establecer condiciones y sin darle seguimiento a la realización de las acciones convenidas.

¿Yucatán?
Con poner un pie dentro del campo yucateco, se hacen evidentes las condiciones de nuestros campesinos.
                El reportero gráfico, José Pallota, lo ha documentado muy bien con sus reportajes gráficos en poblados del sur del estado y en la frontera misma de Mérida, publicados en un periódico local. Panoramas deprimentes. Sus moradores lejos, pero muy lejos de lo que podría llamarse “dignidad mínima”. Y también al margen de las cifras alegres que justifican el avance económico estatal, cifras inyectadas por una planta cervecera que ya ha sentado sus reales en el estado, y por el “boom” inmobiliario que, no sería nada raro, un día de estos explote.

Se necesitan unos 3,300 millones de dólares por año, para llegar a todos los 66 millones de niños con hambre en edad escolar, en todo el mundo.
¿Escasez alimentaria?

El mundo produce lo suficiente para alimentar a toda la población mundial de 7,000 millones de personas. Sin embargo, en el planeta, uno de cada 7 se va a la cama con hambre cada noche.
                La realidad es dura, como triste y penosa, porque un tercio del total de alimentos producidos en el mundo (1,300 millones de toneladas) nunca es consumido. Este desperdicio de alimentos representa una oportunidad perdida en la lucha por mejorar la seguridad alimentaria global, en un mundo donde una de cada ocho personas sufre de hambre.
                Además, para producir estos alimentos se utilizan preciados recursos naturales necesarios para alimentar al planeta. Cada año, los alimentos no consumidos aglutinan un volumen de agua equivalente al flujo de agua del rio Volga (Rusia). Producir estos alimentos, también libera un aproximado de 3,300 millones de toneladas de gases de invernadero.

Esto sin contar la comida que se “tira, se desperdicia” en restaurantes, casas particulares y fábricas.

 
Los pobres sufren hambre y, al mismo tiempo, el hambre los mantiene en la pobreza.
Un círculo vicioso que alguien o algunos deberán romper.
 

 La Edición completa del Magazine El Puente, No. 32, en:
https://issuu.com/magazineelpuente/docs/el_puente_no32issuu

 

 

 


martes, 30 de agosto de 2016


DESCONCIERTA A CIENTIFICOS : POTENTE SEÑAL DE RADIO, DESDE UNA ESTRELLA A 95 AÑOS LUZ.

 
Tiene una gran potencia y procede de un punto concreto del espacio, con posibilidades de haber sido emitida por una civilización extraterrestre. La señal procede de “HD164595”, una estrella similar al Sol, en la constelación de Hércules, con una edad estimada de 6,300 millones de años y a una distancia de 95 años luz de la Tierra. La detectaron científicos con el radiotelescopio ruso Ratan-600, en Zelenchukskaya, en el Cáucaso. Los científicos son: N.N. Bursov, L.N. Filippova, V.V. Filippov, L.M. Gindilis, A.D. Panov, E.S. Starikov, J. Wilson y Claudio Maccone.

Detectaron la señal el 15 de mayo de 2015, pero hasta hoy lunes 29 de agosto hicieron el anuncio. Tiene una longitud de onda de 2.7 centímetros y es, según sus descubridores, demasiado fuerte para ser atribuida a causas naturales. Por ahora solo afirman: “Tiene una gran potencia y procede de un punto concreto del espacio, lo que la convierte en buena candidata para futuros estudios”. Más telescopios deberán confirmarla y analizarla para afirmar si la señal tiene, o no, un origen intencionado de una civilización extraterrestre.


Según los científicos del Ratan-600, si la señal procediera de una baliza alienígena, su potencia solo podría ser alcanzada por una civilización Kardashov del tipo II, esto es, capaz de obtener su energía directamente de las estrellas. Aunque si se tratara de un haz estrecho y centrado en nuestro Sistema Solar, su potencia sería accesible para una civilización del Tipo I, aún mucho más avanzada que la nuestra.                  
(Medios y agencias)                                                                   
 
GRAFICA: Señal de radio detectada por el telescopio ruso Ratan-600.
 
 
 
 


 
 
 


 
 

martes, 23 de agosto de 2016


“Realidad del cambio climático: sí tiene solución”- Veerabhadran Ramanathan.


Veerabhadran Ramanathan (Madurai, India, 1944)
Climatólogo indio y profesor de Ciencias Climáticas y Atmosféricas de la Scripps Institution of Oceanography- Universidad de California.
Profesor en la Universidad TERI, Delhi, India.

El Dr. Ramanathan descubrió en 1975 el efecto invernadero de los halocarbonos, en particular los clorofluorocarbonos (CFC) derivados de los hidrocarburos saturados, obtenidos mediante la sustitución de átomos de hidrógeno por átomos de flúor y/o cloro principalmente. Son una familia de gases que se emplean en diversas aplicaciones, principalmente en la industria de la refrigeración y de propelentes de aerosoles. Están también presentes en aislantes térmicos. Los CFC tienen una gran persistencia en la atmósfera, de 50 a 100 años. Y, junto con R. Madden, predijo en 1980 que el calentamiento global podría ser detectado en 2000. En España acaba de recibir el Premio BBVA: “Fronteras del Conocimiento, en Cambio Climático”.
                El premio se le otorga por descubrir que “hay otros gases y contaminantes, además del CO2, afectados por la actividad humana con un enorme poder para alterar el clima de la Tierra, y sobre los que se puede actuar ya para ayudar a combatir el calentamiento global.
                En 1985, dirigió la primera evaluación internacional / PNUMA-NASA / OMM sobre los efectos climáticos de los “no-CO2”, gases también de efecto invernadero, y llegaron a la conclusión de que son tan importantes como el CO2 para el cambio climático global. Formó parte de un equipo de 4 personas que desarrolló la primera versión del modelo climático en una comunidad de Estados Unidos, en la década de 1980. En 1989 dirigió un estudio de la NASA, con instrumentos de radiación satelital, para descubrir el gran efecto de enfriamiento global por parte de las nubes. Al frente de un experimento de campo, internacional, en la década de 1990 con Paul Crutzen, descubrió los efectos devastadores para la salud y el cambio climático de las generalizadas nubes atmosféricas marrones sobre el Sudeste Asiático.
                Su más reciente hallazgo es que con la disminución de los contaminantes climáticos de vida corta (negro de carbono, metano, ozono y los CFC) se disminuirá significativamente el calentamiento global durante este siglo. Esta propuesta ha sido adoptada por las Naciones Unidas y 30 países, incluyendo EE.UU. Ahora lidera el Proyecto de Surya, para eliminar emisiones de calentamiento climático a partir de la cocción de biomasa sólida en el Sudeste Asiático y Kenia, en donde documenta los efectos en la salud pública y el medio ambiente. Trabaja en equipo con California Air Resources Board y R. K Pachauri, y ha iniciado un proyecto patrocinado por el Banco Mundial para reducir las emisiones de hollín del sector transporte en la India.
 
¿Cuáles son esos otros gases y partículas y qué resultados tendría actuar sobre ellos?
De los contaminantes que contribuyen al calentamiento, el 50% proviene del CO2 y el resto de otros, los gases “traza”, derivados de la quema de combustibles fósiles y de otros procesos industriales. Cuando en 1975 publiqué el efecto de estos otros contaminantes, provocó una gran sorpresa. Demostré que una tonelada de clorofluorocarbonos (CFC) equivalía a 10,000 toneladas de CO2. Esta es la mala noticia. La buena es que sabemos cómo recortar estos otros contaminantes. Y, además, son contaminantes de corta vida. En el caso del hollín, está en el aire como una semana, y 10-15 años en el caso de los gases “traza”. Si el mundo entero dejara de emitir hollín o carbón negro, resultante de la combustión del diesel, dentro de una semana el planeta empezaría a enfriarse.


¿Y qué supondría para el calentamiento del planeta?
Reduciendo las emisiones de metano en un 50%, de hollín en un 90% y dejando de usar del todo los CFC, en 2030 habremos reducido a la mitad el calentamiento previsto para los próximos 35 años. Reducir las emisiones de estos contaminantes de vida corta, tendrá un impacto inmediato y puede ralentizar enormemente el calentamiento global de aquí a unas décadas. Esto nos daría un tiempo que necesitamos desesperadamente para cambiar radicalmente nuestra dieta energética.

Entonces, ¿actuar contra estos gases daría una oportunidad para actuar contra el CO2?
Sí, y si no lo hacemos en 30 años el calentamiento será enorme, de 2º C sobre el nivel preindustrial, lo cual traerá como consecuencia grandes sequías, inundaciones, destrucción de los humedales a lo largo de la costa..., etc. Puedo ver cien millones de refugiados, si eso ocurre. Ya sabemos lo que pasa en Europa con solo un millón de ellos. Por eso necesitamos retardar el calentamiento de inmediato y se puede lograrse si actuamos sobre esos contaminantes de corta vida. Digamos que tenemos dos palancas: una es la de los contaminantes de corta vida y la otra es la del CO2. Además, reduciendo los contaminantes de corta vida reducimos también la contaminación del aire. Muchas ciudades tienen problemas con la contaminación por el diesel. Y es que una tonelada de diesel es igual a 2,000 toneladas de CO2. Lo curioso es que muchos de esos lugares tienen la tecnología para hacerlo. El ejemplo está en California. Ha reducido su contaminación de hollín en un 90%.

¿Y cómo lo ha hecho?
Con dos cosas muy sencillas. La primera, un filtro electrónico incorporado a la mayoría de los coches nuevos fabricados en Alemania y en California. La segunda, tenemos que eliminar el azufre del diesel. Y en el caso de los CFC utilizados para la refrigeración, 4,000 veces más potentes que el CO2, ya tenemos refrigeradores sin esos gases. La gran tragedia del cambio climático y de la contaminación del aire es que existen las soluciones para ponerles fin, pero hay un mito creado por la industria de que estos cambios resultarían muy caros. Nos dicen que la gente va a perder sus puestos de trabajo, que la economía se caerá... La realidad es que por cada dólar que California ha dedicado a la limpieza del aire, ha obtenido beneficios de 30 dólares. Es un problema que podemos resolver y, en vez de hacerlo, estamos arriesgando la vida de nuestros hijos.

El cambio climático es una cuestión moral, ética, porque afecta de lleno a los más pobres y a las generaciones que aún no han nacido.

Usted asesora al papa Francisco. ¿En qué circunstancias lo hace?
Personalmente no puedo decir que estoy cercano al Papa, aunque sí soy miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias y él recibe nuestros informes. Dos veces al año tenemos reuniones científicas e informamos de ellas al Papa. Pero sí puedo decirle, que hace diez años, cumplidos los 60, veía que nos estábamos acercando al abismo y que no se estaba haciendo nada, pensé que mi vida había sido en balde, una pérdida de tiempo... Fue entonces cuando Juan Pablo II me invitó a formar parte de la Academia Pontificia de las Ciencias, y ahí me di cuenta del poder de la religión para luchar contra el cambio climático. El cambio climático es una cuestión moral, ética, porque afecta de lleno a los más pobres y porque afecta a las generaciones que aún no han nacido. En la encíclica “Laudato si” hay una frase que lo explica muy bien, es algo así como que “El llanto de la Tierra debe vincularse al grito de los pobres”.

¿Qué le dijo al papa Francisco y cuál fue su reacción?
Yo organicé una reunión en 2014 en el Vaticano con los científicos más importantes del mundo. Me pidieron que informara al Papa sobre el asunto que íbamos a tratar. Yo le dije cómo el cambio climático iba a impactar en los pobres. Y él me preguntó, en español: ¿Qué podría hacer yo? Y le dije que en sus discursos hablara sobre el cambio climático y pidiera a la gente que cuidara de la Creación. Si hablamos de proteger la Creación en cada iglesia, cada mezquita, cada templo, entonces estaremos actuando contra el cambio climático. Con el Acuerdo de París tenemos la firma de todos los líderes políticos, pero ahora todos nosotros tenemos que actuar.

¿Hay tiempo? Los científicos dicen estar abrumados con el clima, este año especialmente.
Bueno, sí, es una locura. La tremenda ola de calor en la India. El año último, España la sufrió también. California en llamas... En 10 o 15 años los cambios serán tan grandes, tan extremos, que sé que todo el mundo va a querer resolver el problema. Pero, quizá ya sea demasiado tarde. Tenemos que empezar, ya. Soy consciente de que estamos luchando contra la industria del petróleo y por eso creo que necesitamos un apoyo masivo, y ahí es donde las religiones pueden echar una mano. (EL PUENTE y agencias)

 
 
La industria dice que los cambios para controlar las emisiones de gases en la atmósfera, resultarían muy caros, además que se perderían puestos laborales y la economía colapsaría… La realidad es que por cada dólar que California ha dedicado a la limpieza del aire, ha obtenido beneficios de 30 dólares. Es un problema que podemos resolver y, en vez de hacerlo, estamos arriesgando la vida de nuestros hijos.


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