jueves, 2 de junio de 2016



TECNOLOGIAS DE LA INFORMACION

Estado de Yucatán: EMPRESAS DE BASE TECNOLOGICA, 
con capacidad de competencia muy alta.

Cuando nos ponemos a contratar, los aspirantes no llenan las expectativas.



Lic. Reyes Aguilar Medina
Socio fundador de Blue Ocean Technology. Egresado de la Facultad de Matemáticas-UADY, de la licenciatura en Ciencias de la Computación.

Ha trabajado en el desarrollo de todos los sistemas computacionales de la Universidad Autónoma de Yucatán (5 años), así como en los sistemas de los gobiernos estatal de Yucatán y municipal de Mérida (10 años). Su trabajo consistió en el desarrollo de sistemas y el análisis de los procesos, hasta convertirlos en procesos automatizados.

En esta etapa conocí al que ahora es mi socio en Blue Ocean, Iván Espadas, y juntos analizamos lo que realmente queríamos y fundamos esta empresa en 2008. En 2009 se promulga la Ley General de Contabilidad Gubernamental que obliga a todos los entes públicos a sistematizarse. Nosotros ya traíamos el camino de desarrollo de un GRP, un sistema que contempla los procesos administrativos gubernamentales integrados al 100%, y alinearlo a la ley fue fácil.

Comenzamos la empresa con dos personas, ahora somos 106, y muchas ganas de hacer sistemas que ayuden a nuestro gobierno a tener hacia el interior un control presupuestal, una gestión correcta del gasto y una aplicación correcta de los recursos. Pero ahora también orientamos nuestros esfuerzos a establecer una fábrica de software, y aprovechamos el esfuerzo general por convertir al Estado de Yucatán en un polo tecnológico y también la sinergia de Estados Unidos como mercado líder en el mundo. El esfuerzo lo concentramos en estos momentos en lograr las certificaciones internacionales que nos den una buena credibilidad.
Respecto a las TIC’s, Yucatán va creciendo, repunta cada vez más y avanza para convertirse en un polo tecnológico a mediano plazo, unos 5 años. Está, por ejemplo, el Centro de Investigación en Sierra Papacal, la nueva Universidad Tecnológica que comenzará en 2017, los convenios con entidades de Estados Unidos y el impulso a las empresas para que inviertan más en tecnología. Y algo importante es la triple hélice que empuja este esfuerzo: gobierno, academia y empresas. 
Pero algo ha pasado con el recurso humano inteligente, se va a Guadalajara, a Monterrey, al extranjero. Trabajar en Estados Unidos es una expectativa de muchos por el campo de trabajo, solo en Miami hay 46,000 empresas de tecnología. Y cuando nos ponemos a contratar, se nos complica todo, los aspirantes no llenan las expectativas que necesitamos. Siento que no salen de las ingenierías o de las licenciaturas con el nivel adecuado. No sé qué está pasando. Los siento dispersos. Muy pocos se quieren dedicar al desarrollo de sistemas o a la ingeniería en software, todos quieren ser implementadores, consultores porque ganan más ahí y muy pocos se quieren dedicar a desarrollar. 
Pero el caso es que los muchachos que salen de las carreras relacionadas con esta área cojean mucho en ciencias básicas, en la solución de problemas, en su capacidad de análisis, su preparación no está bien aterrizada en estos temas. Como que esperan que uno les diga que hacer. Yo creo que todas las empresas están deseosas de tener a gente que nos ayude a solucionar nuestros problemas y que cada quien haga su lugar, haga su rol, a ver tú eres esto pues crea, genera, crece, no esperes que yo te de la instrucción para que lo hagas, tú dime cómo porque eres el experto, llegas de estudiar una carrera, eres el especialista en desarrollo de software, yo tengo una necesidad, te la digo y tú debes decirme cómo resolverla. En definitiva, deben demostrar que estudiaron bien y salieron bien de la carrera, pero no se da de esta forma.
Sí, algo está pasando. Necesitamos, como empresas, empezar a convivir con las instituciones educativas para que, juntos, estructuremos un plan que haga aterrizar a los chavos. Hay que meterlos a ambientes reales, aporrearlos con el mundo real, donde hagan cosa reales para que crezcan y aprendan. 
Hay que crear empatías, sentarnos con la Facultad, con los estudiantes, hacer foros y buscar entre todos la solución con lluvia de ideas, tormenta de ideas y que expresen lo que sienten. Creo que sí se puede lograr, en beneficio para todos.


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