viernes, 9 de noviembre de 2018


¿Dolo o mala leche?

 

Por Atilano González Villa
       Director General
       El Puente Editores

 
La Secretaría de Fomento Económico, del flamante nuevo gobierno de Mauricio Vila Dosal, intenta vendernos cifras alegres muy optimistas sobre el desarrollo y avance económico de Yucatán. Y está bien. Es una realidad que el estado avanza, hay positivo desarrollo palpable en algunos ámbitos, aunque no en todos, pero lo que ya no es honesto es festinar las cifras, muy puntuales, en términos absolutos (crecimiento del 5.8% en el segundo trimestre de este año) y bailar la danza del triunfalismo rotundo al afirmar la supremacía sobre la mayoría de los estados y del propio promedio nacional, sin considerar el contexto general de la economía yucateca.

            En términos absolutos, es cierto. Pero la falacia cae cuando se desgranan las cifras y los porcentajes, es entonces cuando el panorama vuelve, de golpe, a la cruda realidad de nuestro Estado de Yucatán.
 
Cifras de Fomento Económico de Yucatán
Con base en datos del INEGI, la Secretaría  de Fomento Económico indica que Yucatán tuvo un crecimiento del 5.8%, en el segundo trimestre, de este año con respecto al mismo período de 2017.

En este punto, agrega la dependencia estatal, Yucatán destaca en el segundo lugar nacional solo por debajo de Baja California Sur y muy por encima del promedio nacional del 2.3% (según datos del INEGI).

Visto a través de la lente de Fomento Económico, Yucatán va excelente. Pero, aquí unos ejemplos de la realidad “real” de nuestro estado:  

PIB estatal en 2016
Si analizamos otras cifras económicas, la situación ya no se ve tan optimista. Por ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) del Estado de Yucatán en 2016 fue de 274,000 millones de pesos y su contribución al PIB nacional de solo el 1.5%, con lo cual se sitúa en el lugar número 23 en la lista de la participación de todos los estados.

o en su dinámica económica con relación al mismo trimestre del año anterior.Cifras
En 2016, Yucatán (3.8%) creció más que Nuevo León (1.4%).

2016                          PIB                    Crecimiento              En pesos
                      (millones de pesos)                                        (millones)
Nuevo León….    1’228,744.                    1.4%                  17’202,416

Yucatán………       242,744.                    3.8%                    9’224,272

Así tenemos que el crecimiento de Nuevo León, casi tres veces menor que el de Yucatán, en pesos representa casi el doble del aumento en nuestro estado, poco más de 17,000 millones de pesos contra poco más de 9,000 millones.

Inversión extranjera directa
Nuevo León recibió 1,875 millones de dólares por concepto de inversión extranjera directa (IED) en 2017, dirigida principalmente a la industria manufacturera, lo que representó el 6.3% del total recibida por México.

Yucatán en cambio recibió solo 110 millones de dólares por concepto de inversión extranjera directa (IED) en 2017, focalizada al sector de transportes, correos y almacenamiento, o sea, a servicios.
         La orientación de cada inversión en estos estados necesariamente repercute en la actividad económica. Veamos:

Valor de las exportaciones:
Nuevo León: 32,187.3 millones de dólares.
Yucatán:          1,262.7 millones de dólares.
En otras palabras, el estado de Nuevo León exportó 2,549% más que el Estado de Yucatán.

 
Aportación al PIB del Estado de Yucatán
De acuerdo con el INEGI, en 2016 las actividades primarias (agricultura) contribuyeron al 4% del Producto Interno Bruto (PIB) estatal. Las secundarias (industria), con el 28%. Y las terciarias (servicios y comercio) con el 68%.

Estas cifras indican con claridad un campo abandonado, sin recursos y, por lo tanto, con una bajísima productividad en su conjunto.
 

La industria es limitada, con algunos puntos en desarrollo entre los que se destacan una recién inaugurada cervecería y un inesperado “boom” inmobiliario, que de pronto elevó las cifras del PIB estatal y no se espera sea una constante para el futuro.

Y un sector de servicios y comercio, a todas luces próspero y deslizándose por una vía rápida a muy buena velocidad.

 
En este último punto encaja a la perfección el dicho, muy popular en Yucatán: “todos compran, pero pocos, muy pocos producen algo”.
 

 
Lastres
No, el Estado de Yucatán no va lo bien que dicen sus autoridades. El gobernador saliente, Rolando Zapata Bello, manipuló las estadísticas y se infló personalmente con ellas.

El actual, Mauricio Vila Dosal, ya se ha entregado al capital y esta mancuerna no vira hacia el campo, como tampoco a la inversión, pero sí a la mejoría de sus condiciones de operación y de comercio, sus muy propios intereses.

La nueva administración estatal deberá recapacitar y mirar con mucha seriedad hacia los de abajo y hacia afuera de la capital del estado, en dirección al campo, hasta ahora tan abandonado, salvo pequeños enclaves productivos.

Sí, el Estado de Yucatán espera mucho más de su

nuevo gobierno.

…........


La ortografía: distintivo de la

personalidad intelectual del que escribe.

 
Por Alex Grijelmo
       Periodista

 
Quien tiene un problema de ortografía no sufre solamente este problema. Los errores en la puntuación o en las letras van siempre asociados a una deficiente expresión sintáctica y a un vocabulario pobre. La ortografía es el indicativo para conocer con quién dialogamos, con quien nos escribimos.

Las personas acostumbradas a leer buenos libros y buenos periódicos no suelen cometer faltas cuando escriben, porque su memoria inconsciente ha ido almacenando las palabras exactas y ha deducido las relaciones gramaticales que mantienen entre sí. Y cuando las necesiten para expresar una idea, brotarán casi sin esfuerzo.

Frente a eso, las faltas involuntarias afloran en quienes no quisieron o no pudieron recibir una enseñanza de calidad y no han enriquecido luego su pensamiento con las cuidadas lecturas que conducen siempre a cuidadas reflexiones.

Se supone que quien escribe con corrección sí ha leído y ha incorporado a su pensamiento una estructura gramatical que le permite ordenar mejor las ideas y analizar, con más competencia, tanto lo que oye como lo que piensa. La buena ortografía ayuda además a relacionar unos vocablos con otros (y también a distinguir unos conceptos de otros), así como a utilizar una mayor variedad de palabras.

Hoy en día salimos a la plaza pública más con la palabra escrita que con la expresión oral. Redactamos mensajes en WhatsApp, en correo electrónico, escribimos en Twitter, en Face… Y paseamos por esa calle de multitudes vestidos solamente con nuestra ortografía y nuestra sintaxis. Así nos mostramos a los demás, quienes se formarán una opinión al respecto del mismo modo que se establece una impresión general de quien lleva siempre dobladillos deshilachados o mugre en la ropa.

En definitiva, la ortografía es sobre todo un indicio de la personalidad intelectual del que escribe.

Por el contrario, cabe suponer que quien comete faltas de ortografía no dispone de esas herramientas y tal vez tenga una menor capacidad para la argumentación. Muy probablemente sea, por todo esto, una persona poco preparada, manipulable y, por lo tanto, con poca capacidad para un diálogo con ideas de elevado contexto.
 
 
 

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