Facultad de Ingeniería de la UADY (FIUADY)- Worcester Polytechnic Institute (WPI)
LA FACULTAD DE INGENIERÍA DE LA UADY PROPORCIONA CAPACIDADES Y CONOCIMIENTOS PARA SER COMPETITIVOS EN CUALQUIER PARTE DEL MUNDO
Con el objetivo de ampliar la movilidad de estudiantes de posgrado en el extranjero, el CONACyT creó una nueva modalidad de becas para estancias de un mes en universidades de alto nivel académico de los Estados Unidos y Francia, dentro del marco del Fondo Bilateral para la Educación Superior de Innovación e investigación (FOBESII). La beca CONACyT-FOBESII tiene una particularidad, cuando van dos o más estudiantes a una misma universidad se autoriza el acompañamiento de un profesor como asesor.
Cuatro estudiantes de la Maestría en Ingeniería, especialidad en Construcción, de la Facultad de Ingeniería de la UADY (FIUADY) obtuvieron esa beca para hacer una estancia en el Worcester Polytechnic Institute (WPI), en Massachusetts, EEUU, para complementar sus conocimientos en construcción, en particular en la tecnología BIM (Buil-ding Information Modeling): los ingenieros Carlos Alberto Ortiz Cajún y Sarahí Morfín García, y las arquitectas Pamela Leticia Alcalá Cetz y América Baas. Los acompañó el Dr. Sergio Álvarez Romero, profesor investigador de la FIUADY. La beca cubrió una estancia del 5 de febrero al 4 de marzo de este 2015, 28 días efectivos.
Los cuatro ya conocían la tecnología BIM para la construcción. Ésta permite desarrollar un modelo tridimensional del proyecto a construir, desde la conceptualización física hasta que está concluido, pasando por todas las etapas, incluido el diseño para operarlo y al final construirlo con todo y las especificaciones de volúmenes y materiales y sus respectivos costos. En Estados Unidos el 85% de los proyectos se realiza con esta tecnología.
La FIUADY lleva con el WPI una relación de casi 20 años. Hace seis se integraron, con la participación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en una red académica ahora ya consolidada. El Dr. Álvarez Romero rea-lizó su doctorado en el WPI.
El WPI (Worcester Polytechnic Institute, Massachusetts)
Es una universidad pequeña, pero de mucho prestigio. Es la escuela número 1 respecto al nivel de ingreso ($) de sus egresados y este indicador atrae a muchos alumnos, porque todos quieren ganar muy bien al egresar. El WPI se especializa en preparar gente para ser emprendedora, factor que la distingue de las demás. Le da oportunidad al estudiante de integrar su carga académica y los profesores se desempeñan más bien como guías. La educación es muy personalizada, tienen pocos alumnos y, por esta razón, su atención es mayor que en otras escuelas. Entonces, éste es su sello distintivo: egresados con un excelente desempeño.
Desde antes del viaje, los cuatro becarios y su asesor comenzaron a preparar un programa de acuerdo con el profesor Guillermo Salazar, coordinador del cuer-po académico del WPI y encargado de la Red Académica en esa institución. Así, al llegar al WPI ya se había concretado la idea general de lo que querían. Finalmente, terminaron haciendo todas las actividades programadas: 11, de las cua-les 10 fueron grupales y una individual. En los apenas 28 días que estuvieron, los mismos becarios se sorprendieron de la efectividad de su trabajo y de la trascendencia que dejaron durante su estancia.
Percepción de su nivel académico y tecnológico
América Baas explicó: “Comentaba con mis compañeros lo mucho que me impactó que ellos estuviesen tan impresionados con nuestro trabajo. Porque bueno, uno aquí en la Facultad está inmerso en este aprendizaje y en la Maes-tría lo vemos como algo cotidiano que cualquiera puede desarrollar, pero entonces llegas a Estados Unidos, a ese Politécnico, y te das cuenta que estás al mismo nivel y puedes ser un estudiante y un profesionista con capacidad para ser propo-sitivo y para intercambiar experiencias. Como es el caso de una constructora, en la que interactuamos de ‘tú a tú’ con sus directivos y personal experto. Esto nos demostró que poseemos las capacidades y conocimientos para ser competitivos en cualquier parte del mundo”.
Sus trabajos con Infraworks
Un nuevo software, con menos de dos años en el mercado, es el Infraworks, con un nivel más avanzado al del BIM. Se trata -explica Sergio Álvarez- de un BIM, pero para toda una ciudad, o sea, incluye varios modelos BIM.
Previo acuerdo con el profesor Salazar, del WPI, les dieron a los becarios 22 edificios de ese campus, para ver que podían hacer. Entonces comenzaron con instalar el software. “Es una tecnología acorde a lo que habíamos trabajado, como parte de nuestra materia, aquí en la Facultad. Pero allá, deberíamos determinar sus aplicaciones al campus de la WPI”, refiere Pamela Alcalá.
Así, ya instalado el software, investigaron sus aplicaciones y una vez definidas dividieron el trabajo entre los cua-tro. América se encargó de integrar los 22 modelos en uno solo y Carlos de investigar las formas para lograrlo. Pamela y Sarahí se encargaron de modelar las calles, banquetas y la vegetación.
Entre las aplicaciones que les indi-caron para el campus del WPI se incluyeron: su uso para situaciones de emergencia y, también, para hacer propuestas de renovaciones y nuevas construcciones.
Los cuatro becarios trabajaron el campus con las canchas, edificios de departamentos, casas para estudiantes, etc. Bajaron, por default, imágenes o modelos que les daba el programa, pero que no eran acordes con la realidad. Entonces, su interés fue investigar cómo debían ser y hacer los ajustes co-rrespondientes.
Se dedicaron a hacer calles, banque-tas, coberturas de áreas verdes y a ubicar correctamente los edificios. De esta manera, ubicaron los modelos tridimensionales dentro del campus, en donde antes sólo había cajas volumétricas, con fachadas pegadas, que no correspondían fielmente a la realidad. Por último, insertaron la vegetación con base en imágenes satelitales.
Posteriormente crearon un video y lo presentaron en dos ocasiones. La primera vez, el 24 de febrero, despertó el interés de la encargada de cómputo y de los sistemas de información que utilizan para la operación y mante-nimiento del campus. A raíz de esta presentación se les extendió una invitación para presentarla de nuevo, pero ahora ante el pleno del Departamento de Facility Management (Administración de la infraestructura del campus).
Con todo ese trabajo los becarios edi-taron el video y los del Departamento de Facility Management quedaron gratamente sorprendidos, porque no sabían que los 22 modelos que tenían estaban aislados y en el video los visualizaron y comprendieron que todo ese trabajo se podía concentrar en un solo lugar.
Éste fue uno de los trabajos que causó mucho impacto dentro del Politécnico y “realmente sentimos que lo realizado era muy valioso para ellos, pues el Jefe del Departamento de Ingeniería mostró un genuino interés por nuestro trabajo y nos preguntó cómo se podía mejorar la estancia que realizábamos en el WPI”, recuerda Pamela. Y agrega: “Resultó un buen precedente en cuanto a la calidad de los entregables y a nivel del trabajo también, porque para la segunda presentación nos preguntaron cómo se podría mejorar, o sea, no sólo se quedaron en la felici-tación, sino preguntaron con insistencia la forma en que pudiera trabajarse en conjunto para seguir el avance en el conocimiento de esta tecnología y llevarla a un mejor posicionamiento”.
El trabajo le llevó a los becarios sólo dos semanas, un detalle que también sorprendió a profesores y alumnos del WPI, por lo corto del tiempo.
Carlos Ortiz comenta: “Estaban tan sorprendidos que querían más información para incluirla en el modelo y nos decían ‘y si les paso mis hidrantes, y esto, y aquello ¿funcionará? ¿Se los pue-do dar mañana?’ Pero ya nos íbamos, la estancia de 28 días se había terminado. Ellos querían hacer un modelo más completo, cuando les enseñamos que sí se podía hacer”.
Impacto evidente
“El modelo se los dejamos –apunta Sergio Álvarez-. Actualmente lo aplican con sus estudiantes y van a seguir trabajando en él. Algunas cosas las aprendimos en el camino, vimos que no las hicimos de la manera más ade-cuada, pero lo logrado fue algo impresionante, incluso para mí. Yo no sabía que podía hacerse un modelo de tal nivel, y estamos hablando de una parte de la ciudad, en sólo 15 días. Ellos cua-tro, partiendo de cero, y sin siquiera conocer el software que va más allá del BIM, comenzaron por instalarlo, a-prenderlo, integrarlo y sacarle el mayor provecho posible. Ha sido algo que no había visto y los del WPI quedaron muy impactados”.
Por su parte, Sarahí Morfín comenta que algo de lo que más le impresionó fue tratar en directo con los desarrolladores y proveedores de un nuevo software, en el programa Asamble.
“Tuvimos una reunión con ellos, quienes vendían el software para un edificio en construcción -comenta Sa-rahí- y con nuestra experiencia en trabajos sobre mantenimiento de edificios y administración de espacios vimos la oportunidad de explorarlo para ese uso, para el cual ellos pensaban no se podía utilizar. Exploramos el programa y como no estaba definido para ese fin, le encontramos algunas deficiencias y algunos problemas. Así que definimos ciertos mapas y los presentamos en una reunión con ellos, así como deficiencias, problemas y lo que podrían mejorar. Nos pidieron un resumen de todo y a los pocos días nos contestaron diciendo que ya tenían una versión beta de ese programa al que habían incorporado nuestras sugerencias. Entonces te quedas con esa buena experiencia de decir ‘sí me toman en cuenta con los conocimientos que tengo y utilizan lo que les digo’. Sería bueno que aquí en México se pudiera tener una relación similar con desarrolladores de software, para que las cosas se hagan de manera más fácil y más óptima”.
Sobre esta experiencia de los becarios, Sergio Álvarez reflexiona: “Les quedó claro que son un grupo de México y la próxima vez que ellos escuchen que hay gente de México sabrán el grado de avance en conocimiento tecnológico que hay en el país. Sabemos que ahora los desarrolladores de este nuevo software están en negociaciones con el WPI para incorporarlo a su esquema tecnológico”.
Experiencia académica
Los cuatro becarios, con sus tesis actualmente en la etapa final, afirman haber tenido un amplio campo de experiencias y aprendizaje que se reflejarán en los contenidos de sus trabajos para obtener la Maestría en Ingeniería-Construcción, este mismo semestre. Los cuatro pudieron interactuar, cada uno por separado, con un especialista o experto en su tema de tesis.
Pero, además, mucho del bagaje tecnológico que traen lo podrán aplicar de inmediato. Es el caso de Pamela Alcalá, quien trabaja en un sistema de administración de edificios para la UADY.
Los becarios pudieron comprobar su nivel de conocimientos al cotejarlos con los de los estudiantes del WPI y descubrieron estar a la par con ellos en términos generales y, en algunas áreas específicas, por encima.
Pamela lo refleja al referir “estamos a la par con ellos y se podría decir que a la vanguardia”. El hecho de haber explorado cosas en el software y descubrir nuevas aplicaciones, que allá no se habían planteado, dice mucho del nivel de los estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la UADY.
Otro de los becarios, Carlos, considera “muy padre ver que platicas con los alumnos del WPI y te das cuenta que estás a su nivel. No te sientes menos, al contrario, ellos se sorprenden que uno sepa más en muchas cosas, entonces es cuando te das cuenta que aquí en la Facultad de Ingeniería nos enseñan y aprendemos conocimientos a un nivel internacional”.
Ya casi al final de su estancia, el grupo con su asesor, el Dr. Sergio Álvarez, fueron invitados como consultores a una reunión en la cual el WPI plantea-ba a un cliente la complejidad de un proyecto que pensaron podían realizar con el BIM. Los becarios dieron sus puntos de vista sobre la estrategia que ellos estaban utilizando en una interacción a nivel de los expertos, tanto del lado del WPI como de la empresa.
“Esto fue muy significativo, por el reconocimiento que implicaba al nivel de competitividad de nuestros beca-rios”, dice Sergio Álvarez.
Es importante señalar que en el área de tecnología BIM, el WPI es de vanguardia en la región y muchas empresas establecen vínculos con ellos para consultorías, sobre todo cuando se sale del alcance del conocimiento de los constructores.
América lo relata así: “Se da una vinculación muy estrecha entre las universidades o centros de estudios superiores y la iniciativa privada y desarrolladores de la obra pública. Hay un ambiente de colaboración que rara vez se ve aquí y nosotros, con la experiencia que vivimos en el WPI, nos damos cuenta de que sí es posible”.
Desde otra perspectiva lo contempla Sarahí, cuando dice “me impactó conocer el vínculo de las instituciones de educación superior con la iniciativa privada y con sus ex alumnos que ahora son gerentes y dueños de constructoras. Llegan para pedir apoyo para resolver nuevos problemas y los expertos académicos trabajan con ellos hombro con hombro. Es grande el compromiso del estudiante con su institución”.
En una empresa
Una de las actividades llevó a los 4 becarios a una constructora, en donde estarían una hora para que les mostraran las aplicaciones del BIM en los trabajos de la empresa y cómo las habían mejorado. Los alumnos de la Facultad de Ingeniería de la UADY comentaron a los directivos lo que ya habían hecho y les indicaron que lo tenían en sus computadoras. Estos se interesaron en verlo y la interacción se prolongó por más de 3 horas. (Sigue)
Carlos comenta: “Intercambiamos opiniones y enriquecimos el programa de la empresa con lo que estábamos haciendo en el Infrawoks. Uno de los directivos manifestó su interés por conocer los avances tecnológicos que les exponíamos y dijo que se acercaría al WPI para preguntar en qué podrían mejorar sus programas. Esto nos indica que las empresas se apoyan mucho en el conocimiento de universidades y centros de estudios superiores”.
Así, el Dr. Sergio dice: “Ellos, los becarios, tuvieron que hacer cosas que a lo mejor no pensaban hacer. Y es que todo lo que hicieron fue de tal impacto que allá les organizaron una conferencia, abierta a todo tipo de público, para que expusieran sus conocimientos”.
Y agrega, “Al final hubo algo que me sorprendió aún más, les dieron un reconocimiento en una ceremonia, un gesto poco común allá. El Jefe del Departamento donde estuvieron vio de mucho provecho la visita, hasta el punto de preguntar si este tipo de estancia se podría hacer de manera permanente y le preguntó a Pamela qué podría hacerse el siguiente año para mejorar la estancia de los estudiantes que quisieran ir. Sin duda, nuestros estudiantes superaron en calidad y en cantidad las expectativas que llevaron”.