A una semana de entrar por primera vez al mercado accionario, Bolsa, la aerolínea Volaris ganó por acción un 23.2% para un valor de capitalización de $19,225 millones. En tanto la veterana Aeroméxico tuvo una ganancia por acción de solo el 2.3%, para situarse en $13,219 millones, de acuerdo a cifras oficiales.
Estas cifras indican el enfrentamiento de las dos líneas aéreas en un nuevo panorama, que se suma a la dura batalla diaria por ganar pasajeros, boletaje vendido, rutas, calidad y servicios.
Pero por encima de la competencia por el mercado, destacan las grandes diferencias entre ambas.
Aeroméxico mantiene una plantilla de 13,745 empleados de los cuales el 66% son sindicalizados, un poderoso sindicato al viejo estilo ante el cual la empresa tiene un margen de maniobra muy reducido. Y su elevada nómina solo le es posible enfrentarla al dominar el 37.7% del mercado aeronáutico nacional y el 14.5% del internacional.
Mantiene oficinas en sus destinos nacionales, en Estados Unidos y en Europa. Y terminó 2012 con 600 vuelos diarios, en promedio, 46 destinos nacionales y 37 internacionales, con 116 aeronaves con antigüedad promedio de 9 años.
Todo esto la hace una empresa complicada de manejar, poco ágil, muy burocratizada, pese a lo cual es la mayor aerolínea del país con los mayores activos, flota y número de rutas, y pasajeros del sector premium.
Un analista del Grupo Financiero Monex, Valeria Romo, atribuye a estos factores característicos de Aeroméxico su pérdida de mercado ante el empuje de las aerolíneas de bajo costo, como Volaris.
Desde su fundación en 1934, ha tenido una trayectoria de claroscuros, hasta que en 1994, Aeroméxico pasó a ser propiedad del gobierno federal a través de Cintra. En 2007 se desincorporó, al obtener el 100% de su capital social 16 mexicanos y Telecom Holding (Citigroup, Inc.). En la actualidad tiene una relación de negocios con Delta Airlines.
Estrategias- Ambas las tienen muy diferentes. La agilidad de Volaris como empresa, para Aeroméxico es, de hecho, imposible en estos momentos. Para comenzar, Volaris solo tiene unos 1,400 empleados.
En 2012 concentró en una sola sede, en el Complejo Samara de Santa Fe (DF) sus cuatro oficinas del DF y de Toluca. Y creó un ambiente de muy bajo costo y de gran confianza entre sus empleados. El fundador y director general de la empresa, Enrique Beltranena, despliega como bandera laboral “volver a lo básico”. Dice que cada uno sabe qué, cómo y cuándo realizar sus responsabilidades, lo cual, afirma, da un margen muy grande a la flexibilidad del corporativo.
Lo más caro en este negocio son los aviones, por lo cual los directivos de una línea aérea trabajan muy intensamente por mantenerlos el mayor tiempo posible en el aire y con la mayor ocupación. Por eso la Dirección de Volaris, en su último informe indica una ocupación promedio del 84%, en 2012, muy por encima de su competencia, de acuerdo con la Dirección General de Aeronáutica Civil. Volaris mantiene a su flota de 43 aviones en vuelo durante 13 horas diarias, contra el promedio de 10 horas de todo el sector. En forma adicional ya ha encargado 44Airbus A320, de los cuales 30 serán los nuevos A320neo.
Para Volaris la norma general es la economía de escala para bajar costos, el 60% de su boletaje es vía Internet y el resto por teléfono, bajar costos del staff de tierra, tercerizar todo lo que no sea la actividad central de la aerolínea como pago en tiendas o bancos y optimizar el uso de sus aviones.
Punto importante para Volaris, también, es cumplir sus horarios de llegada, estancia en tierra y salida, porque de otra forma tendría que pagar costos muy elevados a los aeropuertos y, en caso de enlaces perdidos por incumplimiento de horarios, la estancia completa de los pasajeros en el punto de transbordo. Y este punto es una verdadera "sangría económica" para Aeroméxico.