lunes, 9 de diciembre de 2013

La salud del Sistema de Salud Pública



Tirso Suarez-Núñez
*Doctor en Estudios Organizacionales. Profesor-investigador/UADY, México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)


“La naturaleza de la medicina hace difícil decir quién está haciendo un buen trabajo y quién no”.
T. Lee y J. Mongan ( médicos).


Del conjunto de reformas que ha anunciado el  gobierno federal  en funciones, destaca por sus alcances el de la salud, pretende lograr una mayor integración de sus elementos componentes, los cuales son: el IMSS que atiende al 46 % de la población total, el ISSSTE al 10% y el Seguro Popular al 44% . La intención declarada es la búsqueda del mejor aprovechamiento de los recursos y lograr el acceso universal, es decir: que cualquier ciudadano con un padecimiento sea atendido en cualesquiera de los establecimientos de los componentes del sistema ya señalados. Ante de las nuevas responsabilidades que la mencionada reforma le asigna al sistema de salud, vale la pena hacer una rápida  revisión de sus capacidades y el estado que guarda.

En primer lugar vale la pena señalar que dos de sus componentes principales ( IMSS e ISSSTE) están dedicados a la medicina social, es decir, a atender a trabajadores asalariados quienes junto con sus empleadores y de manera obligatoria pagan cuotas que son independientes de los servicios que reciben, adicionalmente las cuotas son diferenciadas, es decir el que gana más, paga más, de allí el adjetivo social.
                Sin embargo el estado de las finanzas de ambos organismos es muy preocupante y sus capacidades están al límite, por varias causas: entre ellas el envejecimiento de la población que atienden, lo que impacta no sólo en el costo de su atención médica sino en el monto de las pensiones tanto de los trabajadores jubilados como de los empleados del propio organismo que son, por cierto, generosas.

El tercer componente del sistema es más complejo, se denomina asistencial, porque atiende a los no-asalariados, quienes por su condición no pagan cuotas y tienden a ser más numerosos en la medida que la economía no crezca. Por otra parte, sus establecimientos hospitalarios están operados por la Secretaria de Salud federal, en coordinación con los gobiernos de los estados y con el apoyo financiero del Seguro Popular, figura que actúa como comprador de servicios de salud para atender a los beneficiados y ello le da derecho a imponer ciertas condiciones y requisitos...

Sigue leyendo en El Puente No. 13 (pág 24)
               





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