Tirso
Suarez-Núñez
*Doctor en Estudios Organizacionales. Profesor-investigador/UADY, México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)
“La naturaleza
de la medicina hace difícil decir quién está haciendo un buen trabajo y quién
no”.
T. Lee y J.
Mongan ( médicos).
Del
conjunto de reformas que ha anunciado el
gobierno federal en funciones,
destaca por sus alcances el de la salud, pretende lograr una mayor integración
de sus elementos componentes, los cuales son: el IMSS que atiende al 46 % de la
población total, el ISSSTE al 10% y el Seguro Popular al 44% . La intención
declarada es la búsqueda del mejor aprovechamiento de los recursos y lograr el
acceso universal, es decir: que cualquier ciudadano con un padecimiento sea
atendido en cualesquiera de los establecimientos de los componentes del sistema
ya señalados. Ante de las nuevas responsabilidades que la mencionada reforma le
asigna al sistema de salud, vale la pena hacer una rápida revisión de sus capacidades y el estado que
guarda.
En
primer lugar vale la pena señalar que dos de sus componentes principales ( IMSS
e ISSSTE) están dedicados a la medicina social, es decir, a atender a
trabajadores asalariados quienes junto con sus empleadores y de manera
obligatoria pagan cuotas que son independientes de los servicios que reciben,
adicionalmente las cuotas son diferenciadas, es decir el que gana más, paga
más, de allí el adjetivo social.
Sin embargo el estado de las
finanzas de ambos organismos es muy preocupante y sus capacidades están al límite,
por varias causas: entre ellas el envejecimiento de la población que atienden, lo
que impacta no sólo en el costo de su atención médica sino en el monto de las
pensiones tanto de los trabajadores jubilados como de los empleados del propio
organismo que son, por cierto, generosas.
El
tercer componente del sistema es más complejo, se denomina asistencial, porque
atiende a los no-asalariados, quienes por su condición no pagan cuotas y tienden
a ser más numerosos en la medida que la economía no crezca. Por otra parte, sus
establecimientos hospitalarios están operados por la Secretaria de Salud
federal, en coordinación con los gobiernos de los estados y con el apoyo
financiero del Seguro Popular, figura que actúa como comprador de servicios de
salud para atender a los beneficiados y ello le da derecho a imponer ciertas
condiciones y requisitos...
Sigue leyendo en El Puente No. 13 (pág 24)
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