Rafael Heredia Abuxapqui
En México este auge tecnológico nos ha llevado por diversos caminos, muchos de ellos benéficos como la creación de los medios de comunicación en línea, utilizados por muchas empresas para dar a conocer sus servicios y ofrecer a sus clientes respuestas casi inmediatas. Sin embargo uno de los aspectos que también ha crecido con este auge tecnológico, es el consumo de software ilegal.
Hasta 2013, México ocupaba el tercer lugar de venta y consumo de piratería de software en el mundo, con una tasa del 57% de implementación de software ilegal por parte de los consumidores mexicanos, empresas y particulares. Por muchos años se ha difundido que la piratería debilita y en ocasiones desaparece a las empresas que producen el software, sin embargo en México el consumo de software ilegal parece aumentar con los años.
En parte esto se debe a que el acceso a software legal y de calidad es económicamente difícil para muchos mexicanos, que prefieren “hackear” los programas en vez de pagar por uno que puede costar algunos miles de pesos, ahorrando de esta manera dinero para otras necesidades.
Lo que a veces no se contempla al consumir algún tipo de software pirata es que su uso puede dañar parcial o totalmente nuestro sistema operativo, ya que el “hackeo” de programas consiste básicamente en sustituir archivos originales que hacen funcionar óptim-mente al software, por otros similares que han sido modificados por usuarios con cierto grado de experiencia. Con esto aparentemente se obtiene la versión tal cual, como si se hubiese adquirido la correspondiente licencia de uso. Sin embargo el hackeo, la mayoría de las veces, crea “versiones de prueba permanentes” o inhabilita la detección del software pirata por parte de la empresa creadora.
En cualquier caso el software ilegal viene incompleto o llega el punto en el que deja de recibir las actualizaciones necesarias para su buen funcionamiento y protección. De esta manera, sin darnos cuenta, nuestros dispositivos tecnológicos poco a poco presentan menor rendimiento o, en el peor de los casos, existen fallas mayores que lo inhabilitan.
Por supuesto que este fenómeno tiene diferentes aristas, perspectivas y razones, que no se pueden erradicar a corto plazo ya que el trabajo, la comunicación y varios aspectos de la vida de muchos mexicanos dependen de éste.
La “nube” una alternativa al consumo de software ilegal
Ante este panorama se han propuesto diferentes soluciones, sin embargo el problema del precio elevado del software legal sigue estando latente. Por esta razón las empresas creadoras de software han cambiado su estrategia y le están apostando a una nueva forma de distribución de sus programas, la Cloud Computing o computación en la nube.
Con esto, sin importar las características y la potencia de los dispositivos tecnológicos, los usuarios pueden acceder a sus archivos e información desde cualquier parte y ya no solo desde un único equipo personal, es decir la nube funciona como un disco duro virtual al que puedes acceder en cualquier momento. Muchos de nosotros ya usamos este sistema sin darnos cuenta, Facebook, Hotmail, Google, Twitter e Instagram son algunos ejemplos.
Hay discusión sobre el uso y la seguridad de la nube, sin embargo una realidad es que puede ser una opción viable al consumo de la piratería en México. Empresas como Adobe, Microsoft, Apple, Eset y Norton utilizan este sistema para distribuir las nuevas versiones de su software. La distribución mediante la nube es dimensionalmente más económica que la distribución convencional mediante CD´S o DVD´S.
Al no haber costos de producción de medios físicos para su distribución en todo el mundo, el precio de venta disminuye considerablemente, ayudando a que los usuarios puedan acceder más fácilmente al software, mediante un único pago o una suscripción periódica a los programas. El uso de la nube como sistema de consumo de software legal, trae consigo diversos beneficios a los usuarios como la seguridad de que el software que se instala es el indicado para el sistema y no lo dañará, el ahorro en servicios de reparación por técnicos con escaso conocimiento, la posibilidad de acceder a tus proyectos desde distintos dispositivos y por supuesto el notable abaratamiento de las licencias originales.
Esta alternativa para el consumo de software legal y de calidad puede ser una opción que no solo beneficie a las empresas creadoras sino también a nosotros, los usuarios, quienes seremos los que decidamos el rumbo de la piratería en nuestro país.
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