viernes, 31 de agosto de 2018


Teoría de las aptitudes
mentales primarias de Thurstone.

 
Por Alex Figueroba
 

 




Louis Leon Thurstone (1887-1955) es considerado uno de los autores más influyentes en el campo de la psicometría. Su aportación principal es su teoría de las 7 aptitudes mentales primarias, opuesta a los modelos unitarios y jerárquicos de la inteligencia propuestos por otros pioneros como Charles Spearman o P. E. Vernon.


Thurstone criticó la idea de inteligencia unitaria y propuso que esta se dividía en habilidades.

La teoría de las 7 aptitudes mentales primarias de Thurstone, que apareció en la década de 1920, es uno de los modelos psicológicos sobre la inteligencia más importante hasta hoy.

La característica diferencial de este autor, con relación a otros, fue su focalización en el carácter múltiple de las aptitudes intelectuales, oponiéndose así al factor “g” de Spearman.

Teoría de la inteligencia de Thurstone
De modo muy particular, Thurstone negaba la existencia de un factor general de inteligencia (el célebre “factor g”) al que se subordinarían el resto de capacidades cognitivas. Para este autor la inteligencia debía ser entendida como un conjunto de aptitudes mentales primarias no reductibles a una única dimensión de nivel superior.

Junto con autores como Charles Spearman y Raymond B. Cattell, Thurstone es considerado uno de los principales responsables del establecimiento de los métodos de análisis factorial en la psicología. Estas pruebas matemáticas tienen el objetivo de identificar el número y la estructura de los distintos factores que pesan en algún tipo de medida psicológica.

El objetivo de Thurstone era hallar una configuración de la inteligencia que fuera fiel a los datos empíricos pero manteniéndose lo más sencilla posible, es decir, procuró explicar las diferentes aptitudes que forman la inteligencia con unos pocos factores de orden superior. Cada uno de ellos mantenía una fuerte correlación con un tipo concreto de pruebas intelectuales.

La influencia de la obra de Thurstone ha sido muy notable en los desarrollos posteriores de la psicología de la inteligencia. Así, podemos encontrar la inspiración del modelo de las aptitudes mentales primarias en las versiones más recientes de pruebas tan importantes como las Escalas de Inteligencia de Wechsler y la Escala de Inteligencia Stanford-Binet.


Las 7 aptitudes mentales primarias
Tras su primera investigación, para la cual se valió de 56 pruebas de inteligencia, Thurstone identificó 9 factores o aptitudes mentales primarias. Numerosos estudios posteriores han validado repetidamente 7 de estos factores, de modo que podemos decir que el modelo de Thurstone tiene una capacidad de medición sólida:

1- Comprensión verbal (factor v).
El factor comprensión verbal se asocia con los conocimientos relativos al lenguaje en todas sus manifestaciones. Incluiría, por tanto, el vocabulario, la semántica, la sintaxis o la pragmática. Las pruebas que ponderan en el factor “v” incluyen pruebas de comprensión lectora, de ordenación de segmentos de texto, de ortografía, de analogías verbales, etc.

2- Fluidez verbal (w).
Esta aptitud se puede definir como la capacidad de una persona para emitir secuencias verbales coherentes y estructuradas de forma rápida y natural. Para medirla se emplean diversos tipos de test que implican la producción veloz del discurso. Así, por ejemplo, se podría usar la clásica prueba de dar nombres de animales que empiecen por una letra determinada.

3- Aptitud numérica (n).
Las pruebas de aptitud numérica consisten principalmente en cálculos matemáticos básicos: sumas, restas, multiplicaciones y divisiones. Aunque pueden ser más complejos, en el factor “n” ponderan sobre todo las tareas de cálculo aritmético sencillas. Los aspectos más relevantes son la velocidad de las operaciones y la precisión en las respuestas.

4- Aptitud espacial (s).
El factor s se manifiesta en la orientación espacial, en la representación de objetos en el espacio o en las tareas de rotación. Dado que se trata de capacidades muy amplias, con frecuencia se divide la aptitud espacial en dos o tres factores secundarios. Los tests relevantes implican la predicción de movimientos, la comparación de figuras desde distintas perspectivas, etc.

5- Memoria asociativa (m).
Este factor se asocia a un aspecto específico de la memoria: la capacidad para retener asociaciones de pares de elementos. De este modo, para medir la memoria asociativa se usan pruebas que implican imágenes, palabras (en formato visual o auditivo), símbolos, etc. Se pueden presentar en la misma modalidad o en combinaciones de más de uno de estos materiales.


6- Velocidad de percepción (p).
En el factor “p” se ponderan todas aquellas pruebas cognitivas que se basan en la comparación entre distintos elementos o bien en la identificación de estructuras y secuencias. Por tanto, la aptitud que Thurstone denominó “velocidad de percepción” hace referencia a la rapidez con que encontramos las similitudes y diferencias entre varios ítems.

 
7- Razonamiento general (r) o inducción (i).
Algunas de las investigaciones que se han realizado en torno al modelo de Thurstone distinguen en parte el factor “r” del factor “i”. Mientras que el segundo se corresponde con la capacidad para el pensamiento inductivo (encontrar reglas generales con valor predictivo a partir de series de elementos), “razonamiento general” tiene un peso matemático más marcado.







 


 

miércoles, 29 de agosto de 2018

Estudio de las altas capacidades de los niños.
Por Asociación Educación Abierta (España).

 
El modelo tripartito de Steven Pfeiffer.

Steven Pfeiffer
La conferencia “El modelo tripartito y las mejores prácticas en la identificación de los más capaces”, tuvo el objetivo de dar a conocer las últimas investigaciones en el campo de las altas capacidades y ofrecer pautas de actuación con estos alumnos.
         
La impartió Steven Pfeiffer, catedrático de la Universidad de Florida y especialista en el estudio de las  Altas Capacidades, en el marco de la Jornada “Dos lecciones sobre la escuela actual y el desarrollo del talento de los alumnos”, en el Centro Regional de Innovación y Formación (CRIF) Las Acacias- Madrid.
 
En la conferencia, tuvo como colaborador a Javier Tourón – Vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo de la Universidad Internacional de La Rioja-UNIR, Catedrático de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación y Doctor en Ciencias de la Educación y Ciencias Biológicas,
Javier Tourón
El Modelo Tripartito surge como un intento de reconciliar varias posturas teóricas, aparentemente irreconciliables, en el ámbito de las Altas Capacidades. Además, se trata de un modelo que permite abordar y evaluar la Alta Capacidad desde distintas perspectivas. Finalmente, es un modelo que tiene un componente práctico y aplicado, y es de gran utilidad para el contexto escolar (Pfeiffer, 2015).

 
 
La conferencia
Pfeiffer comienza con la descripción del caso de dos niños de diez años – Cristina y Diego – y se plantea la cuestión de quién tiene alta capacidad: Cristina (con un Cociente Intelectual-CI muy alto, pero bajo rendimiento escolar, falta de motivación…) o Diego (con un CI relativamente normal y un muy alto rendimiento académico, alta motivación…).

¿Los dos tienen Alta Capacidad? ¿Es Cristina, y no Diego, quien tiene Alta Capacidad? ¿Es Diego, y no Cristina, quien tiene Alta Capacidad? Y lo dejó como tarea a resolver.
 
 

En la conferencia se analizan los modelos de la Alta Capacidad, que obviamente no son ajenos a los modelos desarrollados sobre la inteligencia humana. Pfeiffer hace un recorrido cronológico de los modelos más relevantes de la Alta Capacidad, fuente de influencia en el desarrollo de su Modelo Tripartito:

1. Los Modelos de Dominio General de la Alta Capacidad- Se trata de modelos que abogan por una Capacidad General que afecta a todas las capacidades y dominios. Surgen con Galton y están basados en los trabajos desarrollados por Binet y Simon en Francia, quienes  desarrollan pruebas para evaluar a los alumnos que presentan dificultadas. Las pruebas permitían predecir los problemas que estos alumnos pudieran presentar para alcanzar un rendimiento académico medio. Lewis M. Terman (1877-1956) psicólogo estadounidense, notable como pionero en la psicología educativa a principios del siglo XX en la Universidad Stanford, trabajó con ellos en París y adaptó el test de Binet-Simon para aplicarlo en EE. UU., pero no para detectar niños con dificultades, sino más bien para evaluar niños con alto rendimiento. Surge, de este modo, el primer modelo sobre el alto rendimiento y la identificación, por primera vez, de la Alta Capacidad.

2. Los Modelos de Dominio Específico de la Alta Capacidad- Estos modelos no postulan una capacidad general, sino más bien un conjunto de capacidades específicas. Thurstone fue uno de los primeros en desarrollar este concepto. Después de las evaluaciones que realiza a miles de niños, detecta 7 capacidades mentales que definen la inteligencia. Su trabajo favoreció el posterior gran desarrollo de los modelos multifactoriales de la inteligencia, que describen los diferentes factores o capacidades mentales que caracterizan la inteligencia.

3. Los Modelos Sistémicos de la Alta Capacidad- Son modelos que definen la Alta Capacidad como una integración o síntesis de múltiples elementos. Un ejemplo de estos modelos es el de Renzulli, que define la Alta Capacidad como una interacción o intersección entre:
a)- La capacidad intelectual.
b)- El compromiso con la tarea.
c)- La creatividad.

Cuando estos tres componentes se integran o interactúan tiene lugar la Alta Capacidad.

Lo relevante de este modelo es que:
1- Se consideran no sólo variables referidas al individuo, sino también variables relativas al entorno.
2. Se considera que para la Alta Capacidad no sólo se requiere una capacidad intelectual, sino que ésta se una a la creatividad y a la motivación.
3. Se considera, por primera vez, que la Alta Capacidad no requiere necesariamente una inteligencia o capacidad intelectual de nivel máximo, esto es, un CI sobresaliente.
4. Los modelos de la Alta Capacidad basados en el desarrollo.

Según estos modelos no solo hay que tener en cuenta el entorno y considerar la motivación y la creatividad, sino que también debe tenerse en cuenta el desarrollo del individuo. Así, la Alta Capacidad no se considera algo estático, sino más bien dinámico. Habrá niños con alto potencial que no llegarán a tener un rendimiento excepcional y, también, habrá niños que sin ser identificados como de Alta Capacidad, según los modelos más antiguos, puedan evolucionar y acceder a oportunidades de su entorno y pasar a ser personas de Alta Capacidad.

Cada modelo tiene un sistema de evaluación de la Alta Capacidad. En los Modelos de Dominio General la Alta Capacidad se evalúa a través del  Cociente Intelectual (CI). En los Modelos de Dominio Específico deben tenerse en cuenta las valoraciones en distintos dominios y tipos de inteligencia. En este punto Pfeiffer pone como ejemplo el trabajo de Gardner, quien intenta evaluar diferentes dominios.
 

¿Un solo modelo?
En el modelo sistémico y de desarrollo se requieren múltiples mediciones, en diferentes momentos y desde distintas perspectivas.

Existen muchos tipos de Altas Capacidades que se expresan en la vida de formas muy distintas. Si solo se evalúa a los niños empleando el modelo de dominio general (a partir de la valoración del CI) pueden no ser considerados con Altas Capacidades muchos niños que realmente sí las poseen. Debería existir un modelo que pudiera abordar las distintas manifestaciones de la Alta Capacidad.

Actualmente el modelo dominante sigue siendo el modelo más antiguo: el Modelo de Dominio General. Y la puntuación en el CI sigue constituyendo el criterio dominante para identificar a un alumno de Alta Capacidad, capaz de poder incorporarse a los programas de Altas Capacidades. Sin embargo, una forma más eficaz y útil de identificar y evaluar la Alta Capacidad, es desde múltiples perspectivas y no solo desde una. El modelo tripartito aborda esta cuestión.

Modelo Tripartito
Desde este Modelo (Pfeiffer, 2013), la Alta Capacidad puede ser considerada de tres formas distintas, abordada desde tres perspectivas, vista con tres lentes diferentes:

1- Alta Capacidad como alta inteligencia y capacidades cognitivas. Se establece la alta capacidad como capacidad de carácter general y se evalúa a través de las pruebas del Cociente Intelectual (CI). Sin embargo, como se ha visto, esta no es la única manera de evaluar la Alta Capacidad, existen, al menos, otras dos opciones adicionales.

2- Alta Capacidad, como alto rendimiento. Se trata del rendimiento real que tienen los alumnos en el mundo real. No interesa tanto el CI, sino qué es lo que hacen realmente los alumnos en el mundo (en clase, en deporte, etc.). La evaluación del rendimiento académico es empleado para identificar a los más capaces. “Evaluación auténtica”, motivación y creatividad son elementos importantes de esta medición.

3- Alta Capacidad como potencial para rendir de modo excelente. No necesariamente se requiere un CI alto, ni un alto rendimiento con respecto a los demás, en este caso la Alta Capacidad se muestra a través de un gran potencial. Se trata de niños que si reciben los recursos adecuados tiene un desarrollo muy alto. Esta es sin duda la faceta más difícil de evaluar, pero sí se ha evaluado a través de varias pruebas.

Estas tres perspectivas no entran en conflicto, ni son contradictorias. De hecho Pfeiffer ha desarrollado una definición de la Alta Capacidad que combina los modelos anteriores de Alta Capacidad y refleja el concepto del Modelo Tripartito.
 
 

 
“El alumno de Alta Capacidad muestra un alto potencial para rendir académicamente de modo excepcional y tiene sed de sobresalir en uno o más dominios académicos…. Es probable que se beneficie de programas educativos especiales o recursos, especialmente si están alineados con su perfil específico de alta capacidad” (Pfeiffer, 2013).

Pfeiffer finaliza la conferencia haciendo alusión a los cinco elementos que deben considerarse en los centros para valorar a los alumnos con Alta Capacidad. Todas ellas tienen que ver con los modelos analizados a lo largo de la conferencia.

Referencias:
- Pfeiffer, S.I. (2013) Serving the gifted: Evidence-based clinical and psychoeducational practice. New York: Routledge.
- Pfeiffer, S.I. (2015) El Modelo Tripartito sobre la alta capacidad y las mejores prácticas en la evaluación de los más capaces. Revista de Educación, 368, 61-87.



 

 

lunes, 27 de agosto de 2018


Corrupción en México

 
Por Atilano González Villa.

La corrupción en México se ha presentado como un fenómeno estructural, impune y sistemático. Si esta valoración fuera realidad, bastaría con desbaratar su estructura para acabarla. Algo no muy complicado. Pero no es así. La corrupción en este país no es un factor estructural, sino cultural. Es un hecho real enraizado en el conocimiento, en la moral, en las costumbres, en los hábitos, en la economía, en los modos del comportamiento del individuo dentro de su grupo social.
 
Cuando alguien comete un acto de corrupción, ya sea el funcionario público que cobra una “mordida” o el ciudadano que la paga, no siente el remordimiento de conciencia o la culpa de quien ha cometido un acto ilícito. El funcionario recibe el dinero como parte de sus ingresos en el puesto y el ciudadano, tranquilo por haber conseguido un beneficio que bien puede ser una rebaja en el costo del servicio o el ahorro de tiempo en la salida de un documento o el rápido visto bueno a una obra de construcción sin revisar detalles ni calidad de obra. Y así es siempre.


En esta forma, la moral, las costumbres, la economía y la facilidad con que se realiza este manejo se ven radicalmente enraizadas en el complejo interactuar social.


 

 El fin de la corrupción necesariamente debe pasar por la familia, por el ambiente familiar y con los valores inculcados entre sus paredes.
 
Por eso, acabar con la corrupción es algo complicado. Si fuera estructural, pues se rompería la estructura y se construiría otra y… asunto solucionado. Pero no es así. Sin duda, el fin de la corrupción necesariamente debe pasar por la familia, por el ambiente familiar y con los valores inculcados entre sus paredes.


Y eliminarla del país, el eje central del cual depende el futuro de México por ser la gran promesa del candidato electo a la presidencia del país, Andrés Manuel López Obrador, es fundamental porque de su desaparición dependen los cientos de miles de millones de pesos para respaldar absolutamente todos los proyectos de su administración. El habla de una pérdida, a nivel país, de 700,000 millones de pesos anuales, aunque algunos la ubican en hasta 900,000 millones de pesos.

Casos de la vida real
“Qué podemos hacer nosotros –me decía hace unos días un funcionario municipal-, estamos 3 años y nos vamos. Pero la base fuerte son los empleados sindicalizados de abajo, entre ellos los inspectores que se las saben de todas…, todas. Ellos estás amañados por completo. No se tientan el corazón cuando se trata de ‘arreglar’ un negocito con alguien en problemas administrativos o de lo que fuere. Lo hacen… y ya”. Y hay razón para creerle. 


¿Qué pasó con la gasolinera de la calle 21 con 14 de la colonia México? Con todo y el fallo negativo, oficial del Ayuntamiento de Mérida, para seguir con sus operaciones en respuesta a las protestas de los vecinos y ya con las cintas amarillas para impedir el paso, llegaron los inspectores del gobierno municipal para hacer valer la ley, estuvieron un rato dentro de la gasolinera, salieron y se fueron. Eso ya tiene varios meses y, desde eso, la tal gasolinera opera en forma normal sin problemas. Y como éste, hay muchos otros casos conocidos.

Cuando le pregunté a un ingeniero constructor su punto de vista sobre la promesa del presidente electo, se echó una sonora carcajada y ya más sereno me dijo: “Solo un ingenuo lo creerá. Quizá la pueda reducir un poco en algunas áreas del gobierno federal, pero…”. Para luego explicarme que las obras, la pública más que la privada, es parte del ingreso “paralelo” de los “hombres fuertes” del estado. Los priistas piden hasta el 30% del costo de la obra a manera de “gratificación” y ¿de dónde sale este dinero? Pues se rebaja la calidad de la obra o se le reducen algunos detalles… Y, dice, lo mismo es con los inspectores de Obras, si quieres que te firmen sin problemas y rápido, hay que invitarlos a comer y allá llegar a un “acuerdo” con él.
 

Si la corrupción fuera estructural, se desmontaría la estructura, se limpiaría, se corregiría y… adelante. Pero éste no es el caso.

Otro detalle es que no todas las empresas ganadoras de licitaciones merecen obtener el o los contratos. Amiguismo, compromiso, tradición o lo que fuere es factor determinante para lograr una obra o servicio. Y esto aclara el panorama empresarial en el cual vemos empresas muy rentables, pero muy por debajo del correspondiente nivel técnico y operativo.

El gran agujero en la calidad de las obras y en la mala distribución del recurso financiero se ve de inmediato cuando una dependencia estatal otorga un contrato a cambio de una “gratificación” o por cualquier otra razón que no sea el estricto apego a las normas de licitación. Pero el planteamiento actual es endurecer el estado de derecho como combate a la corrupción, una vía poco efectiva porque, como escribí arriba, no es algo estructural sino cultural. Si fuera estructural, se desmonta la estructura, se limpia, se corrige y… adelante. No es el caso.
 


 
 
La corrupción en números
En su índice Global de Corrupción 2017, Transparencia Internacional ubica a México en la posición 142 entre 183 países, una caída de 12 lugares con respecto a la última evaluación, y con la nada honrosa distinción de ser el país más corrupto del G20, muy por debajo de Brasil y de Argentina.

En una de sus encuestas, “Las personas y la corrupción: América Latina y el Caribe”, Transparencia Internacional pone a México con el mayor porcentaje de población, el 51%, en pagar un soborno para acceder a un servicio público en los 12 meses previos a la consulta. Esta se realizó a 22,000 ciudadanos de 20 países de la región.

El mismo Andrés Manuel López Obrador se ha referido a informes del Banco Mundial en los que asienta: “Los políticos corruptos del país se roban alrededor del 20% del presupuesto nacional”. Es decir, el equivalente al nueve por ciento del PIB, el cual es de 1,046 billones USD (en 2016).

Para Transparencia Internacional, reducir la corrupción es básico para lograr una sociedad justa y equitativa. Y combatirla con eficacia fortalece las iniciativas de desarrollo, la promoción de derechos humanos y libertades y la erradicación de la pobreza.

Y ahora más que nunca, la participación de los ciudadanos en el combate a la corrupción es pieza clave para combatirla y acabarla,
un objetivo que no por lejano deba enfrentarse,
también, con todo recurso legal disponible.

 
 

 
 

 


sábado, 25 de agosto de 2018

Los tres toreros de las matemáticas:
teoría KAM.

 
Por  Cristina Sardón Muñoz y Víctor Arnaiz Solórzano, investigadores del ICMAT *.

 
Simulaciones numéricas en mecánica celeste, realizadas a partir de la Relatividad General, auguran al sistema solar una buena estabilidad, ya que todo apunta a que durante los cinco mil millones de años de vida que, aproximadamente, le quedan al Sol, el sistema solar permanecerá relativamente tranquilo, sin alteraciones sustanciales.

 
Pero es muy difícil saber si la órbita terrestre está confinada dentro de
un toro invariante o por el contrario sigue un curso caótico.

 
Aprovechando el cierre de la feria taurina de San Isidro (España), vamos a hablar de toros. Aunque muchas personas lo desconozcan, la palabra toro en castellano tiene dos acepciones:

1- Del latín tauros, se refiere al macho bovino adulto, símbolo del carácter poético y vital español para algunos, mártir en un bárbaro festejo para otros.
2- Del latín torus, define la superficie de revolución engendrada por una circunferencia que rota alrededor de un eje de simetría, contenido en su mismo plano y exterior a la circunferencia.


Este volumen geométrico tiene forma de una inofensiva rosquilla, objeto con el que lidia la teoría KAM, uno de los hitos matemáticos del pasado siglo XX y la mayor aportación al estudio de los sistemas dinámicos desde los trabajos del matemático y físico Henri Poincaré en mecánica celeste, a finales del XIX.

La teoría recibe su nombre de los tres matemáticos que la descubrieron: Andréi Kolmogorov, Vladímir Arnold y Jürgen Moser (KAM). Y como en un festejo taurino, estos tres matemáticos lucharon contra sus toros geométricos.

La nueva sorprendente teoría
En 1954, durante el Congreso Internacional de Matemáticos celebrado en Amsterdam, Kolmogorov (Moscú, 1903-1987) saltó al ruedo para exponer una nueva y sorprendente teoría, que estudiaba la estabilidad de ciertos sistemas dinámicos similares al sistema solar.

Cincuenta años antes, Poincaré había señalado que en sistemas de tres o más cuerpos celestes era muy complicado predecir con exactitud la trayectoria que seguiría cada uno, debido a las interacciones gravitacionales. Sin embargo, Kolmogorov afirmó que, aunque no podamos resolver explícitamente las ecuaciones que rigen el sistema de manera global, la mayor parte de la dinámica resiste pequeñas perturbaciones, y es, por tanto, predecible. Esta afirmación podría explicar la estabilidad de las órbitas de los planetas y que el sistema solar permanezca siempre tal y como lo conocemos.

En los años posteriores, Arnold (Odesa, 1937-2010), que también estudió en Moscú, y Moser (Königsberg, 1928-1999), de la escuela alemana y posterior profesor del MIT en EEUU, recibieron la alternativa de Kolmogorov para proseguir con el desarrollo de la teoría KAM.

Sistemas físicos integrables
La teoría KAM estudia sistemas dinámicos próximos a ser integrables. Decimos que un sistema físico es integrable si las ecuaciones que lo modelizan pueden resolverse. Por el contrario, un sistema no es integrable si no tenemos “suficientes pistas” para encontrar fórmulas explícitas que determinen su evolución.

En mecánica celeste, el modelo clásico de dos cuerpos orbitando uno en torno al otro, es un sistema integrable. Por ejemplo, el sistema Tierra-Sol viene descrito por las órbitas elípticas de la tierra frente al sol y viceversa. Sin embargo, un tercer cuerpo añadido al modelo, como la Luna, introduce perturbaciones muy difíciles de predecir de manera precisa en periodos largos de tiempo (millones de años).

Gráfica

 
Así, las ecuaciones de este tipo de sistemas se formulan en el denominado espacio de fases, descrito por el conjunto de cada posición posible del sistema (configuración) y cada momento (una variable física relacionada con la velocidad).

Cuando el sistema es integrable, el espacio de fases está dividido en regiones con forma de toro y estos son invariantes bajo el régimen dinámico. Esto quiere decir que la órbita del sistema estará confinada en uno de los toros geométricos, sin abandonarlo. Además, esta órbita es aproximadamente periódica, en el sentido de que tras un intervalo de tiempo, la órbita vuelve a pasar cerca de la posición que ocupaba antes, pero no necesariamente la misma. A estas trayectorias se les denomina órbitas cuasiperiódicas. He aquí, pues, la cuestión fundamental de la teoría KAM: si se perturba un sistema integrable ligeramente (por ejemplo, añadiendo otro cuerpo relativamente pequeño), algunos de estos toros se deformarán junto con sus órbitas cuasiperiódicas, pero sobrevivirán a la perturbación, mientras que otros serán destruidos dando lugar a dinámicas caóticas.

En el caso de nuestro sistema solar, es muy difícil saber si la órbita terrestre está confinada dentro de un toro invariante o por el contrario sigue un curso caótico. Los cálculos numéricos basados en la física clásica de Newton no descartan comportamientos caóticos de la Tierra para intervalos de pocos cientos de millones de años. Sin embargo, simulaciones numéricas realizadas a partir de la Relatividad General auguran una mayor estabilidad.
 
Todo apunta a que durante los cinco mil millones de años de vida que, aproximadamente, le quedan al Sol, el sistema solar permanecerá relativamente tranquilo. En términos celestes, parece que habitamos la piel de un toro.

 
* ICMAT- Instituto de Ciencias Matemáticas. Instituto mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de España, con tres universidades de Madrid: la Autónoma, la Carlos III y la Complutense.




lunes, 20 de agosto de 2018


El insano juego
del emprendedor: un
paliativo para todos los males.

Por J. Gabriel Cabañas Marrufo
Académico en UNID, UTM y SEP.
 
Actualmente las políticas públicas gubernamentales utilizan el término emprendedor para presentar programas  que ayudan a financiar los proyectos empresariales de jóvenes y adultos. Este tipo de acciones han creado una definición tergiversada sobre el término. A continuación vamos a recapitular y explicar qué es un emprendedor desde el campo de la investigación.

El emprendedor ha sido estudiado desde tres perspectivas:
1- La económica, donde se explica la repercusión de la generación de empresas en la economía de un país.
2- La psicológica o de los rasgos, la cual explica los rasgos de la personalidad de los emprendedores.
3- Y desde el proceso de la creación de empresas, donde se explica cómo y cuál es el proceso  por el que  pasa un emprendedor para conformar su negocio.



 
Un poco de historia
Haciendo un estudio diacrónico, en un principio el término emprendedor no se usaba dentro del mundo de la empresarialidad, solo existían las empresas y los  empresarios. Fue Richard Cantillon  quien habló por primera vez del empresario, en el primer tercio del siglo XVIII. El redacta que el empresario toma un alto grado de riesgo, por el cual cobra, y otras cosas inherentes como la transportación del producto al lugar donde se venderá, lo cual origina que en la sociedad hayan dos tipos de personas: el empresario y el asalariado, siendo el empresario quien toma el riesgo de obtener una ganancia incierta y el asalariado quien recibe un pago fijo por solo hacer bien su trabajo.

Después J.B Say, en 1841, habla de los beneficios que obtiene una empresa al emplear en ella un capital. Presenta que el beneficiario es el empresario aunque éste haya puesto el capital de un préstamo, pues él asumió la responsabilidad de todas las oportunidades, buenas y malas de la producción.

Casi un siglo después llegó Schumpeter, quien explica que el ser empresario es un momento entre la idea de generar un proyecto y la puesta en marcha de la idea. Cuando se generan las ideas para establecer un negocio se es empresario y la ejecución de aquellas ideas, para Schumpeter, es la causa de dejar el papel de empresario para tomar el nuevo  rol de operador. Fue Schumpeter quien verdaderamente estudia al empresario o emprendedor, Cantilllon  y Say  tan solo redactan algunos párrafos de este personaje.

Después de Schumpeter aparecieron muchos teóricos que le dieron la justa valía al estudio del empresario y del emprendedor desde la perspectiva de los rasgos o de la psicología.
           
            La doctora Leonor López, catedrática e investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) hace lo propio y resume este estudio en la siguiente tabla con el perfil del emprendedor:

Innovadores
Necesidad de realización
Líderes
Locus interno de control
Tomadores de riesgos moderados
Confianza en sí mismos
Independiente
Implicación a largo plazo
Creativo
Tolerancia a la ambigüedad e                                               incertidumbre
Enérgicos
Iniciativa
Perseverantes
Aprendizaje
Originales
Utilización de recursos
Optimistas
Sensibilidad hacia los otros
Agresividad
Orientados hacia los resultados
Flexibles
Tendencia a inspirar confianza
Desenvueltos
Dinero como medida de              resultados

 
Por último está el enfoque del emprendedor, a partir del proceso de la creación de empresas. Kantis, autor de diversos estudios referentes al tema, en 2004 presenta un análisis del proceso emprendedor de la empresa, llamándole “el estudio de la empresarialidad”. En este  estudio  se presentan los momentos por los que  pasa un emprendedor hasta poner su empresa.
 
 

 
Después de presentar las tres posturas del emprendedor, preguntémonos:
¿Por qué los gobiernos gastan los recursos públicos en programas que impulsen al emprendedor? Supongo que la respuesta está en el estudio económico. Esto quiere decir que  si cada día hay más personas generando empresas, el país contaría con más empleos y  esto estimularía a la economía nacional.

Déjenme decirles que según el blog Vivoemprendiendo, el 90%  de los proyectos empresariales impulsados por políticas públicas son improductivos, esto quiere decir que  uno de cada diez proyectos se pone en marcha y no se cuentan los que no sobreviven los cinco primeros años.

Supongamos que todos los concursos de emprendimiento se van a fondo perdido, se estaría rompiendo con las teorizaciones de Cantillon, Say y Schumpeters, pues el riesgo del emprendedor no existiría y por consiguiente ya no se llamaría emprendedor. Y si el dinero otorgado no es a fondo perdido, en lugar de generar fuentes de empleos estos programas estarían generando más esclavos para los bancos, pues la deuda se tendrá que pagar de alguna manera u otra.

Al leer esto muchos me dirán: Gabriel por lo mismo está el Instituto Yucateco  de Emprendedores (IYEM), para darle seguimiento y apoyo a los nuevos empresarios. Sí, lo entiendo muy bien, así como entiendo que muchas universidades tienen ese apoyo desde hace ya muchos años.
 
 

Tan solo quiero advertir lo siguiente:
Entrar a un concurso de gobierno para cumplir tu sueño empresarial, no te hace emprendedor. Hay emprendedores que no quieren desarrollar un negocio, hay muchos que quieren cambiar sociedades, ayudar a los animales, borrar la huella de carbono, entre otras cosas y eso lo  hacen, a veces, con su propio dinero.

La doctora López, lo señala muy bien al hablar sobre el espíritu emprendedor: “No se manifiesta únicamente en los individuos que desarrollan actividades empresariales, sino que también se encuentra presente en personas que realizan y ejecutan proyectos relacionados con otros campos, como la educación, el gobierno o esfuerzos sociales”.  Ellos son más emprendedores que muchos que así se hacen llamar.

Esas campañas de emprendedores, que premian en base a “likes”, son lo mismo que un show televisivo de artistas que premian con el aplauso del público.

¡Ya!
Basta  de usar mi dinero para esas cosas. Si se busca fomentar la participación empresarial, es suficiente con reducir el impuesto sobre la nómina, ISR, pagos al seguro social o quitar ese sistema burocrático para abrir un negocio, ya que esos programas al parecer solo buscan endeudar.

Que sigan los programas de  emprendimiento, pero con una justa dirección y no
los conviertan en shows mediáticos alejados de los estudios empresariales. Por eso #YoNoSoyEmprendedor, no como ellos me lo quieren vender, yo emprendo al escribir esto, mis amigos al abrir centros culturales donde presentan exposiciones, música, películas, generan diálogo, al irse a la selva para no contribuir a esta contaminación, #YoNoSoyEmprendedor por que no veo el dinero como
la medida de mis resultados.

Basta de inculcar la filosofía capitalista basada en la acumulación de bienes  materiales. Si esto sigue así, vaticino jóvenes endeudados y deprimidos. Esto tiene cura y
se llama arte, filosofía, sociedad critica… #YoNoSoyEmprendedor.