El insano juego
del
emprendedor: un
paliativo para todos los males.
Por
J. Gabriel Cabañas Marrufo
Académico en UNID, UTM y SEP.
Actualmente
las políticas públicas gubernamentales utilizan el término emprendedor para
presentar programas que ayudan a
financiar los proyectos empresariales de jóvenes y adultos. Este tipo de
acciones han creado una definición tergiversada sobre el término. A
continuación vamos a recapitular y explicar qué es un emprendedor desde el campo
de la investigación.
El emprendedor ha sido estudiado desde tres perspectivas:
1- La económica, donde se explica la repercusión de la generación de empresas en la economía de un país.
2- La psicológica o de los rasgos, la cual explica los rasgos de la personalidad de los emprendedores.
3- Y desde el proceso de la creación de empresas, donde se explica cómo y cuál es el proceso por el que pasa un emprendedor para conformar su negocio.
Un poco de historia
Haciendo
un estudio diacrónico, en un principio el término emprendedor no se usaba
dentro del mundo de la empresarialidad, solo existían las empresas y los empresarios. Fue Richard Cantillon quien habló por primera vez del empresario,
en el primer tercio del siglo XVIII. El redacta que el empresario toma un alto
grado de riesgo, por el cual cobra, y otras cosas inherentes como la
transportación del producto al lugar donde se venderá, lo cual origina que en
la sociedad hayan dos tipos de personas: el empresario y el asalariado, siendo
el empresario quien toma el riesgo de obtener una ganancia incierta y el
asalariado quien recibe un pago fijo por solo hacer bien su trabajo.
Después
J.B Say, en 1841, habla de los beneficios que obtiene una empresa al emplear en
ella un capital. Presenta que el beneficiario es el empresario aunque éste haya
puesto el capital de un préstamo, pues él asumió la responsabilidad de todas
las oportunidades, buenas y malas de la producción.
Casi
un siglo después llegó Schumpeter, quien explica que el ser empresario es un
momento entre la idea de generar un proyecto y la puesta en marcha de la idea.
Cuando se generan las ideas para establecer un negocio se es empresario y la
ejecución de aquellas ideas, para Schumpeter, es la causa de dejar el papel de
empresario para tomar el nuevo rol de
operador. Fue Schumpeter quien verdaderamente estudia al empresario o
emprendedor, Cantilllon y Say tan solo redactan algunos párrafos de este
personaje.
Después
de Schumpeter aparecieron muchos teóricos que le dieron la justa valía al
estudio del empresario y del emprendedor desde la perspectiva de los rasgos o
de la psicología.
La doctora Leonor López, catedrática e investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) hace lo propio y resume este estudio en la siguiente tabla con el perfil del emprendedor:
Innovadores
|
Necesidad
de realización
|
Líderes
|
Locus
interno de control
|
Tomadores de
riesgos moderados
|
Confianza en
sí mismos
|
Independiente
|
Implicación a
largo plazo
|
Creativo
|
Tolerancia a
la ambigüedad e
incertidumbre
|
Enérgicos
|
Iniciativa
|
Perseverantes
|
Aprendizaje
|
Originales
|
Utilización de
recursos
|
Optimistas
|
Sensibilidad
hacia los otros
|
Agresividad
|
Orientados
hacia los resultados
|
Flexibles
|
Tendencia
a inspirar confianza
|
Desenvueltos
|
Dinero
como medida de resultados
|
Por
último está el enfoque del emprendedor, a partir del proceso de la creación de
empresas. Kantis, autor de diversos estudios referentes al tema, en 2004
presenta un análisis del proceso emprendedor de la empresa, llamándole “el
estudio de la empresarialidad”. En este
estudio se presentan los momentos
por los que pasa un emprendedor hasta
poner su empresa.
Después de presentar las tres posturas del emprendedor, preguntémonos:
¿Por
qué los gobiernos gastan los recursos públicos en programas que impulsen al
emprendedor? Supongo que la respuesta está en el estudio económico. Esto quiere
decir que si cada día hay más personas
generando empresas, el país contaría con más empleos y esto estimularía a la economía nacional.
Déjenme
decirles que según el blog Vivoemprendiendo,
el 90% de los proyectos empresariales
impulsados por políticas públicas son improductivos, esto quiere decir que uno de cada diez proyectos se pone en marcha
y no se cuentan los que no sobreviven los cinco primeros años.
Supongamos
que todos los concursos de emprendimiento se van a fondo perdido, se estaría
rompiendo con las teorizaciones de Cantillon, Say y Schumpeters, pues el riesgo
del emprendedor no existiría y por consiguiente ya no se llamaría emprendedor. Y si el dinero otorgado no es
a fondo perdido, en lugar de generar fuentes de empleos estos programas
estarían generando más esclavos para los bancos, pues la deuda se tendrá que
pagar de alguna manera u otra.
Al
leer esto muchos me dirán: Gabriel por lo mismo está el Instituto Yucateco de Emprendedores (IYEM), para darle
seguimiento y apoyo a los nuevos empresarios. Sí, lo entiendo muy bien, así
como entiendo que muchas universidades tienen ese apoyo desde hace ya muchos
años.
Tan solo quiero advertir lo siguiente:
Entrar
a un concurso de gobierno para cumplir tu sueño empresarial, no te hace emprendedor.
Hay emprendedores que no quieren desarrollar un negocio, hay muchos que quieren
cambiar sociedades, ayudar a los animales, borrar la huella de carbono, entre
otras cosas y eso lo hacen, a veces, con
su propio dinero.
La
doctora López, lo señala muy
bien al hablar sobre el espíritu emprendedor: “No se manifiesta únicamente en
los individuos que desarrollan actividades empresariales, sino que también se
encuentra presente en personas que realizan y ejecutan proyectos relacionados
con otros campos, como la educación, el gobierno o esfuerzos sociales”. Ellos son más emprendedores que muchos que
así se hacen llamar.
Esas
campañas de emprendedores, que premian en base a “likes”, son lo mismo que un
show televisivo de artistas que premian con el aplauso del público.
¡Ya!
Basta de usar mi dinero para esas cosas. Si se
busca fomentar la participación empresarial, es suficiente con reducir el
impuesto sobre la nómina, ISR, pagos al seguro social o quitar ese sistema
burocrático para abrir un negocio, ya que esos programas al parecer solo buscan
endeudar.
Que
sigan los programas de emprendimiento,
pero con una justa dirección y no
los conviertan en shows mediáticos alejados
de los estudios empresariales. Por eso #YoNoSoyEmprendedor, no como ellos me lo
quieren vender, yo emprendo al escribir esto, mis amigos al abrir centros
culturales donde presentan exposiciones, música, películas, generan diálogo, al
irse a la selva para no contribuir a esta contaminación, #YoNoSoyEmprendedor
por que no veo el dinero como
la medida de mis resultados.
Basta
de inculcar la filosofía capitalista basada en la acumulación de bienes materiales. Si esto sigue así, vaticino
jóvenes endeudados y deprimidos. Esto tiene cura y
se llama arte, filosofía,
sociedad critica… #YoNoSoyEmprendedor.
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