Organiza: Revista Proceso, en la pasada Feria Internacional de la Lectura Yucatán.
Gerardo Villamil
Esta es la segunda vez que estoy en la FILEY y espero que sea la segunda de varias. Ojalá puedan haber más patrocinadores, para que no tengan que ponerle el logo de la CNOP a los de la organización, que se ve, la verdad, muy, pero muy feo.
Hace tres años presenté aquí el libro “El gran montaje”, sobre Peña Nieto. Y el retorno del PRI a la presidencia de la república nos confirmó que durante 12 años vivimos no solo una transición fallida, sino también una gran mascarada, un gran fracaso.
En Yucatán eso es lo que se está viviendo y se vive también como efecto de una alternancia fallida. Ineficaces en el manejo del presupuesto público y tanto o más autoritarios que los gobiernos del PRI. La gran ventaja de Yucatán, fue que no padeció directamente, como en otras entidades, la guerra criminal de esa mente criminal de Felipe Calderón.
Hay un poco de sadomasoquismo en los mexicanos. Nos engatusamos con aquel “en 15 minutos terminaré el conflicto de Chiapas”. Que Fox metería a la cárcel a las víboras prietas, a las tepocatas, mientras alimentaba a otra víbora prieta y tepocata: Martha Sahagún y a sus hijos. Nivel de corrupción impresionante.
Y ¿qué pasó con la izquierda en esos12 años? Nunca logró construir un proyecto alternativo nacional. Aquí en Yucatán, la izquierda partidista organizada es absolutamente marginal y con la insistencia de no salir de ella. Tiene complejo de “tuch”, se están mirando el ombligo todo el tiempo, y no salen hacia la sociedad.
Pero tiene espacios de poder importantes en Guerrero, Morelos, Oaxaca, los tenía en Michoacán y ha gobernado la capital durante los últimos 15 años.
Llegamos a 2012 y lo que estaba absolutamente cantado, publicitado y financiado en los medios era el retorno del PRI a la presidencia y se cumplió. Pero el retorno fue amargo. Ganó por el impresionante derrumbe de Josefina Vázquez Mota (PAN), por la incapacidad de López Obrador (PRD) y de las izquierdas para convencer de su proyecto nacional.
Para ganar, calculo que el PRI invirtió más de $10,000 millones, en el período oficial de campaña, que no diga ahora el IFE que Peña no rebasó el tope de $345 millones, un insulto para cualquier mexicano. Y en el seno de la campaña, surgió el movimiento político más importante en años o en décadas, el “yo soy 132”, ahora desarticulado por el gobierno de Peña Nieto.
Al PRI ya no le importa el PRD. Dicen: “hay los chuchos”, incluso creen que ya tienen hasta comprado a Cuauhtémoc Cárdenas. Ahí está el papel lamentable, desde mi punto de vista, de Cuauhtémoc Cárdenas en la reforma energética, se escondió, se ocultó.
El PAN tampoco les importa mucho, porque se están deshaciendo entre ellos. Les preocupa MORENA, porque es algo distinto, no saben cómo controlarlo, pero MORENA no es un reto, ni desafío fuerte para 2015 ni para 2018.
A MORENA le pasa lo mismo que a la izquierda durante sus proyectos de reorganización, se ven el ombligo y se organizan en función de los criterios regionales electorales. No tienen proyecto nacional.
Les preocupa el sector de los jóvenes, los que votaron en contra en 2012. Siguen organizándose y planteando un desafío para el gobierno priista que, para ellos, no representa nada. Y tan es un desafío, que en la edición de este número de Proceso, la que circulará este domingo, se leerá: “Telecomunicaciones, ley secundaria viene represora”.
Esta ley va a regular el uso de la radiodifusión, del internet y de la telefonía. No leeré el reportaje, plantearé su esencia: “Es la vuelta al control de la comunicación: vía redes sociales, vía internet, vía telefonía. La iniciativa de ley plantea incluso la intervención de las comunicaciones privadas y la geolocalización a partir de los dispositivos móviles”. Ojo, van por el control de ese espacio, de ese sector, que no controlan. Es un proyecto maquiavélico de recuperación del poder real…
¿Qué quiere decir esto? Pues que van a bloquear las señales si hay una manifestación, si hay una mega mentada de madre organizada en Twitter como la hubo este año. Si ellos, simplemente, consideran que va contra la seguridad pública, las van a bloquear. El gobierno, a un año, no ha podido revertir la “ciberdisidencia”, como le llamo, o sea la disidencia social expresada a través de los medios cibernéticos. Por eso van por una ley restrictiva, muy autoritaria. Ojalá la sociedad reaccione, porque éste es uno de los ejemplos del regreso del PRI a un modelo de autoritarismo más fuerte y reforzado que el de antes de 2000.
Yo creo que con esto los dejo suficientemente optimistas y alentados…
Lee esta y muchas más conferencias de la Feria Internacional de Lectura Yucatán en: El Puente Num 19 FILEY
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