sábado, 6 de octubre de 2018


Arquitecto del año 2018: Hernán Gómez Amaro.

Por Víctor Lara Martínez 



El arquitecto Hernán Gómez Amaro recibió el “Premio al Arquitecto del año 2018” en el marco de la celebración del Día Nacional del Arquitecto, no solo por “su trayectoria, sino además por representar
al profesional de la libre arquitectura”.

 El homenaje se realizó el 1 de octubre en el Centro de Enseñanza de la Arquitectura, en la colonia Montebello de la capital del Estado de Yucatán, organizado por el Colegio de Arquitectos de la Zona Metropolitana de Mérida, en reconocimiento a sus 40 años de fructífera carrera, con destacada presencia en los campos del diseño, la construcción, la docencia y la investigación.

El presidente del Colegio, Carlos Escalante Marín, consideró al arquitecto Gómez Amaro un ejemplo para las nuevas generaciones por sus conocimientos y experiencia, expuestos con creces en sus trabajos de docencia y de investigación, así como su vocación para la libre creación arquitectónica.


Consideraciones del galardonado
El arquitecto Hernán Gómez Amaro, originario de Baca con 64 años de edad, priorizó el trabajo de los arquitectos en 4 líneas de interés:
1- Recuperar la cultura.
2- Recuperar la tecnología.
3- Recuperar los conocimientos del pueblo maya.
4- Trabajar en conjunto, sumar esfuerzos y conocimientos y, además, hacerlo con base en las inteligencias múltiples.

 
Característica singular
Durante la ceremonia se insistió en la relación de la arquitectura con el arte, pero a diferencia una obra arquitectónica no solo se puede disfrutar y admirar, porque también es posible vivir en ella.

El teatro José Peón Contreras
En el local del homenaje se expuso en láminas una selección de 20 obras realizadas por el arquitecto Hernán Gómez Amaro, entre las que destaca el rescate del teatro José Peón Contreras en 1980.

Esta obra le fue adjudicada, explicó, porque en ese tiempo en el estado solo se contabilizaba poco más de una centena de arquitectos, muy lejos de los 3,600 en la actualidad y solo había una escuela de arquitectura, en tanto ahora hay 18. Por eso antes de su egreso, los estudiantes ya estaban involucrados en alguna obra.

Recordó a la Arq. Valeria Prieto, al Ing. Santiago Martínez Ríos y al Lic. Jorge Lizcano Esperón, por su apoyo y cobijo para realizar la obra. “Jamás me imaginé el tamaño de este encargo: un teatro de seis niveles, abandonado por muchos años”.

Y rememora: “Acompañado de Frank Solís, secretario particular del Oficial Mayor del Gobierno del Estado, Carlos Carrillo Vega, tuve el privilegio de romper el candado, sin saber qué podría encontrarme en su interior”.

Una vez adentro, encontró toda clase de animales muertos, gatos, perros, zarigüeyas y en la cúpula más de 400 palomas.

La cúpula del teatro
Detalló que la cúpula fue el evento más relevante. Durante el proceso de remodelación colapsó el último techo de galería, un gran susto, pero sin lesionados. Sin embargo, le permitió descubrir el prodigio y la audacia en la construcción de la estructura del edificio, porque tiene no una sino dos cúpulas, una de ferro-cemento y la otra con el fresco conocido como “La alegoría de las artes y de las ciencias”, del italiano Nicolás Alegreti, cuya cúpula apareció flotando en el aire por estar sujeta a una estructura rectangular apoyada en los borde de los palcos, los cuales también son de estructura metálica con tensores ocultos en la mampostería.

También destacó una estructura de polines, maderos prismáticos de longitud variable sobre los cuales se apoya lo que se desea mantener en alto, construida por los albañiles la cual va del techo de la cúpula hasta el sótano de luneta, clara evidencia del ingenio de los trabajadores.

Otras obras exhibidas
También se exhibieron obras realizadas en el Campus Tizimín, en la Prepa 3 de la UADY y en el complejo del Consejo para la Acreditación de las Ciencias Exactas e Ingenierías, en el Parque Científico y Tecnológico.

A la entrega del premio acudieron familiares y amigos, así como representantes de los gobiernos estatal y municipal, entre los que se contaron el Director de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Mérida, Federico Sauri Molina, y el titular del IMPLAN, Edgardo Bolio Arceo.

El Centro de Enseñanza
Previa a la ceremonia el galardonado ofreció a los asistentes un recorrido por el Centro de Enseñanza que desarrolla con otros 5 arquitectos, entre los que se cuenta Evangelina Loroño. El grupo da continuidad a un proyecto surgido en 1986 cuando compró cuatro terrenos, entonces en pleno campo abierto lleno de maleza, y acordaron realizar una obra asociada a la naturaleza.

Por eso todos los árboles fueron respetados y complementados con otras plantas que dan forma y ambiente a un pequeño paraíso natural.

Hoy, resultado de su trayectoria.
El arquitecto Hernán Gómez Amaro sintetizó su realidad actual como “el resultado de mi trayectoria: mismo ímpetu, más experiencia y menos físico”.


 

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