miércoles, 25 de marzo de 2015

CICY 35º Aniversario

Parte de la muestra Audiovisual Científica de la UNAM (itinerante), presentada en el Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CICY) como parte de los festejos por su 35º Aniversario.


Divulgación científica


Los “industriales” en México tienen “mente de maquiladora”. Lo único que tienen son técnicos bien capacitados y no les importan las ideas innovadoras. ¡Qué les va a importar! Es terrible la situación.


Manuel Martínez Velázquez 

Ingeniero Químico Metalúrgico y
Director Cinematográfico. UNAM

El humano es el único ser capaz de hacer y crear imágenes. Desde la prehistoria dibuja, graba y crea algunas imágenes en movimiento. Pero es hasta el siglo XIX cuando el desarrollo de la ciencia permite fijar la imagen con una cámara oscura, con la cual nacería la fotografía, “la retina del científico”, paso definitivo para el nacimiento del cine, a fines de ese siglo. Una máquina, dirían algunos, para imprimir la realidad.

De hecho, el cine nació mucho antes de la proyección de los Lumiére, por necesidades de la investigación sobre la persistencia de la imagen en la retina y sobre la fisiología del movimiento. En 1874, Pierre Jensen construyó el revólver fotográfico para registrar el tránsito de Venus a través del disco solar. Y en 1882 un francés se basa en este experimento para construir lo que algunos llaman “la primera cámara de cine”, el fusil fotográfico, aparato que registró el vuelo de las aves en una placa de fotografía fija.

Cuando el estadounidense George Eastman produjo en 1891 la primera película flexible, Mareyc construyó el cronofotógrafo de placa móvil, para investigar el movimiento del cuerpo de algunos animales.

Así, 20 años antes de las exhibiciones populares de los Lumiére ya existían en Francia aplicaciones de esta nueva tecnología visual para la investigación científica, pero reducida a pequeños grupos.

En México, el cine hizo su aparición en agosto de 1896 con la primera exhibición de Gabriel Veyre y Bon Bernard, enviados de los Lumiére. El cinematógrafo se recibió como uno más de los grandes momentos científicos. Algunas de las primeras de carácter científico fueron de un eclipse de sol (1922). Lo filmó Ramón Ambar, empleado del Observatorio Nacional y él mismo construyó la cámara para registrar el fenómeno. Otra de carácter científico y educativo fue la de un médico en Chiapas, en los años 20, extrayendo quistes de la cabeza de una persona.

En México todavía es escasa la producción de este tipo de materiales, aun cuando hay muestras importantes que es necesario dar a conocer.



Pocos científicos y poca infraestructura

Hoy en día ya no hablo del cine ni de la televisión sino de las computadoras, tecnología que entreteje toda una red de comunicación humana con enorme potencial didáctico y que, además, se puede utilizar para difundir ampliamente la cultura. Pero hay personas que todavía creen que la ciencia no es parte de la cultura. En México, se dedica a la ciencia el 0.7% de la población, con muy poca infraestructura. Es terrible.

Los datos duros, serios, como la matrícula nacional de universidades privadas o públicas, “patito” o “no patito”, todas, en Contaduría y Administración es del 27%. Pero en Química, Física, Matemáticas y Biología, las cuatro juntas, es menos del 3%.

Obviamente, la escasez de científicos es evidente y repercute en el desarrollo del país. Yucatán va más o menos con entre 200 y 500 investigadores. Hay otro dato duro, los científicos en México envejecen. En la UNAM, la edad promedio es de 51 años, en el Sistema Nacional de Investigadores, de 35 años, y según algunos fisiólogos la edad productiva, para su desarrollo pleno, es de los 25 a los 35 años.



Industriales con mente de maquiladores
Y esto se da realmente porque no hay apoyo. En general, parece que mucha gente se va por falta de infraestructura física y regresa solo para enfrentar una situación terrible con los “industriales”. Estos en México tienen “mente de maquiladora”. Lo único que tienen son técnicos bien capacitados y no les importan las ideas innovadoras. ¡Qué les va a importar! Es terrible la situación. Sin embargo insisto, aunque es penoso vale la pena, valga la redundancia, “para que en este país se haga ciencia, lo que hay que hacer es divulgar la ciencia”. Creo es una de las cosas muy importantes y necesarias en México.

Si uno analiza con detalle la vida cotidiana, vemos que la mayoría usa la televisión, la radio, la internet y todo eso que llaman tecnologías de información y comunicación. En el cine, no hay nada de ciencia seria. Normalmente si vemos un documental sobre ciencia, lo vemos en la televisión. Si tienen cable, hay canales de ciencia las 24 horas, son de divulgación científica. Pero no es así en la televisión abierta.

Un dato de 2009, los programas de ciencia en la tele abierta eran del 3%. Pero, algo grave, de ese 3% dos terceras partes eran importados. Pareciera que en este país no hay científicos o nada importante que difundir de lo que ellos hacen.




“Tocamos puertas y puertas, y nos mandaron…”

Entonces, la divulgación de la ciencia es algo muy importante, es necesaria y útil en nuestro país. Se dice, a veces, que no se transmiten porque son “muy chafas”, porque ponen al científico a hablar frente a la cámara como si fuera el aula. No es cierto. La divulgación científica puede tener todos los ingredientes y factores del espectáculo y hay algunas técnicas interesantes. Se cree, también, que se necesita una gran tecnología y un gran aparato para hacer cosas. No, no es tan complicado, por ejemplo, añadir una cámara a un microscopio.

Hicimos un programa piloto: “Xochimilco: La lucha por la supervivencia”. Lo quisimos vender a la televisión privada, como universitarios. Tocamos puertas y puertas y “nos mandaron al diablo”. A un congreso en Bristol llevamos nuestro documental y nos topamos con unos españoles que compraron la serie y la televisaron en su país. Este documental lo filmamos a 5,000 cuadros por segundo, con una cámara de medio uso que sus dueños vinieron a enseñarnos a utilizar, pues se requieren conocimientos de óptica.

Hay casos en que no es fácil ni barato captar algunos fenómenos, porque se necesitan equipos de alta tecnología y personal capacitado. Ya se ha dado cuenta el duopolio Televisa-Azteca y no lo utilizan para la ciencia, pero sí para el box o para el fútbol…


Isla Bermeja

México tiene 2 buques oceanográficos, con toda la tecnología para hacer cualquier cosa. Cuando Fox entró al poder, los gringos de repente empezaron a hablar de definir otra vez la zona económica exclusiva. Entonces hicieron un planteamiento y se empezó a armar una bronca, porque alguien dijo “nos están quitando parte de la zona económica”. Todo inició por la isla Bermeja, en el centro del Golfo de México, de acuerdo a una cartografía que data de los tiempos de la conquista. Si se demuestra que existe, México sería dueño de una zona petrolera muy rica, porque quedaría dentro de su zona económica exclusiva.

La cuestión es que dieron 10 años para demostrar su existencia...


La divulgación científica puede tener todos los ingredientes y factores del espectáculo y algunas técnicas interesantes.



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