GRECIA: RECELO GRIEGO A SU PROPIO GOBIERNO COMUNISTA

Por: Atilano González Villa

No es un secreto: el nuevo gobierno griego está integrado por comunistas de la vieja guardia, aunque no habría que decir “vieja” porque simplemente no hay “nueva”. Comunistas furibundos del partido en el poder: Syriza, que ya se han topado con la cruda realidad que intentaban destrozar y que, precisamente, fue la plataforma que en poquísimo tiempo los catapultó al gobierno de Grecia.

Su ofrecimiento a sus electores se basó en, palabras más palabras menos, reducir la deuda soberana griega ante la Unión Europea, obtener plazos más amplios para el pago y liberar al pueblo de la dura política de austeridad impuesta por la situación económico financiera del país ante el evidente peligro de bancarrota.

En la primera ronda de encuentros entre el primer ministro griego, Alexis Tsípras, y su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, éste último se “peleó” literalmente con sus homólogos europeos. En Bruselas hubo gritos y, por lo bajo, algunos ministros comentan “en algún momento temimos que se fueran a las manos”.

Horas después, en Berlín, Varoufakis puso rojo de cólera a su homólogo alemán Wolfgang Schäuble, mientras éste escuchaba incrédulo las “exigencias” del griego, para minutos después casi abrirle las puertas para que saliera, no sin antes decirle que Alemania “no hará quitas a la deuda de Grecia y exigiría el cumplimiento de los acuerdos”.

Resultado: los gobiernos de la Unión Europea han “renunciado de hecho” a tratar con Varoufakis, quien ha perdido toda capacidad de diálogo. Ahora solo hablan con Tsípras, el primer ministro.

Varoufakis, comunista convencido y economista de primerísima línea con un amplio y muy valioso currículum, de siempre, y las reuniones con los gobiernos europeos no han sido la excepción, porta un atuendo muy original para su posición intelectual y política: pantalones vaqueros, camisa por fuera y aspecto desenfadado. En Atenas, por si fuera poco, se traslada de su casa al trabajo en una potente motocicleta.

RESULTADOS: El gobierno griego ya no llama “troika”, en forma despectiva, a los negociadores económico- financieros de la Unión Europea (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional, ahora los llama, con todo respeto, “socios”. Lo único logrado por Grecia, hasta ahora, es un aplazamiento de 4 meses en el pago de las parcialidades de su deuda, originado por el rescate a sus finanzas. Pero deberá entregar un plan (“creíble”) del “cómo” pagará a sus acreedores, el sábado 28 de febrero, lo cual ya no cumplió y los gobiernos de la Unión Europea esperan por él entre hoy domingo y mañana lunes.

El ministro del Exterior de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, ha dejó ayer clara su postura en declaraciones a medios europeos: “De ningún modo hemos llegado a una solución. Hablando claro: Alexis Tsipras tiene ahora que explicar a la Unión Europea cómo pretende cumplir con las legítimas expectativas de los acreedores”.

Así, este fin de semana, el primer ministro griego acusó a España y a Portugal de intentar sabotear su proyecto político dificultando su programa ante la Unión. Rajoy le respondió: “No soy culpable de la frustración creada por Syriza”.

Y es que a poco más de un meses en el poder, los griegos comienzan a inquietarse y a desconfiar de su gobierno lleno de comunistas.

De acuerdo a cifras oficiales del país, en enero la fuga de depósitos nacionales en bancos griegos llegó a cerca de 13,000 millones de euros, una tendencia que ha ido en aumento hasta llegar a 1,000 millones de euros los días jueves 26 y viernes 27 de febrero.

Pero el caso es que si Grecia no cumple con el pago de sus deudas o con el documento explicatorio del “como” pagará, deberá afrontar dos consecuencias: 1- La extensión de 4 meses para el pago de sus plazos de pago, correría peligro. 2- No recibiría los fondos del rescate agendados, el siguiente de los cuales sería de 11,000 millones de euros, mucho menos de lo retirado de los bancos griegos.

En todo caso, el peligro de bancarrota sigue sobre Grecia.

Wolfgang Schäuble y Yanis Varoufakis, ministros de Finanzas de Alemania y de Grecia, respectivamente.