Estados
Unidos pierde influencia mundial
Atilano González
Villa
El nuevo orden mundial será definido por quienes
llenen los vacíos de poder que deje EE. UU.
Pero, aunque
este alejamiento se ha acentuado con Trump, ya se veía venir desde hace algunos
años. Ya en 2015, el ex secretario del Tesoro de EE. UU., Larry Summers,
alertaba sobre el peligro para el país que su Congreso no aprobara reformas
destinadas a fortalecer instituciones como el Fondo Monetario Internacional
(FMI), reformas que 188 de sus 189 países miembros ya habían aprobado. Y no se
han implementado porque sin Estados Unidos es imposible hacerlo.
Resultado: China creó
el Banco
Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), un nuevo organismo financiero internacional con 7 países
miembros y a punto de integrarse otros 25 más, Irlanda, Canadá y otros. A
Estados Unidos le extendieron una invitación para sumarse como miembro, pero
sin influencia directa en su organización, la cual hasta ahora no ha
contestado.
Washington pierde
liderazgo e influencia internacional,
no solo en el
comercio.
El presidente chino, Xi Jinping, a la vista de la facilidad con la que creó su Banco Asiático, decidió impulsar una idea ya anunciada poco antes: reestructurar con los adelantos modernos la legendaria red de caminos que en la antigüedad conectaba a China con el resto de Asia y llegaba hasta el Mediterráneo, conocida como Ruta de la Seda.
Lo
primero que hizo fue convocar a 64 países a unirse al enorme proyecto de
construcción de carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, que unirían a
China con Asia, el Medio Oriente, Africa, Europa y hasta con países
latinoamericanos como Argentina y Chile. En estos 64 países, más China, vive el
60 % de la humanidad y juntos representan un tercio de la economía mundial.
Para
rematar la posición mundial poco afín ya al gobierno de Estados Unidos, 44
jefes de Estado reunidos en Pekín firmaron un comunicado en el cual afirmaron:
“Nos oponemos a todas las formas de proteccionismo… y defendemos un comercio
internacional universal y abierto, basado en reglas, que no discrimine y que
sea equitativo”. Un planchón para la actual política proteccionista del
gobierno Trump.
Y lo que ocurre en
Estados Unidos y con sus relaciones con el resto del mundo, necesariamente
tiene alguna repercusión en México.
Puentes rotos
Al parecer, la
cumbre de la OTAN en Bruselas y del G7 en Taormina (Italia) han
abierto los ojos a los principales líderes europeos. Nada menos que Angela
Merkel de Alemania ha sentenciado (hoy domingo 28 de mayo): “Los puentes (con
Estados Unidos y con Reino Unido) se han roto... Los europeos tenemos que tomar
el destino en nuestras manos… Ahora
nos toca mirar hacia dentro y buscar la fuerza en la unidad europea con el eje
franco-alemán como motor…”. Y matizó: “Naturalmente, con la amistad con Estados
Unidos, Reino Unido y con relaciones de buena vecindad con otros países, cuando
sea posible, y también con Rusia”. Para agregar: Esta es mi experiencia en los
últimos días”.
Comercio alemán
La poca
experiencia diplomática y política del presidente Trump quizá lo llevó a
calificar a los alemanes de “malos, muy malos. Fíjense en los millones de
coches que venden a EE UU y por eso el gran superávit a su favor. Es terrible.
Hay que pararlo…”, según la revista Der
Spiegel.
Y como siempre ocurre, un
asesor, en este caso el de Economía, Gary Cohn, trató de minimizar las
afirmaciones del presidente.
Merkel, afirma otra versión,
le contestó que el superávit alemán responde a razones que exceden el margen de
maniobra de Berlín y la competitividad del “made in Germany” tiene, además, que
ver con la calidad de los productos destinados a la exportación y la buena aceptación
de sus destinatarios.
Campos en retroceso
-
El Tratado Comercial Transpacífico (Trans-Pacific Partnership-TPP) luego de años de negociaciones y de la
incorporación de Estados Unidos, en su primer día en la Casa Blanca el presidente
Trump decretó su salida. Pekín, casi de inmediato, inició contactos al más alto
nivel con los otros 11 países miembros del TPP para proponerles un atractivo
acuerdo comercial. Un esfuerzo por llenar el vacío que dejó Estados Unidos.
-
La lucha contra el calentamiento global. La salida de EE. UU. del Acuerdo de
París, logrado con tanto esfuerzo, lo echó abajo.
¿Quién
llenará estos vacíos de poder?
Otros
-
La proliferación nuclear, la ayuda al desarrollo y el control de pandemias
globales, la intervención para contener las crisis financieras, la regulación
de Internet, la gestión de la actividad humana en los océanos, el aire, el
espacio, el Artico y la Antártida, son solo algunas de las otras áreas en las
cuales la importancia de EE. UU. va en declive.
Y
la reunión del G20, programada para julio en Hamburgo, ya no se ve con tanto
optimismo, al menos Angela Merkel ya ve nubarrones en sus relativamente
modestas aspiraciones de sacar adelante un fortalecimiento de la
multilateralidad del Grupo. Sus experiencias, y sus declaraciones con base en
éstas, así lo dejan entrever.
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