viernes, 3 de julio de 2015

COLUMNAS GOVA
Periodista: ése gran desconocido…




Atilano González Villa

Miguel Angel Jimeno (Pág. 22 de la edición impresa), ése gran periodista español, se lee un total de hasta 50 periódicos al día… (ojo) a más de blogs, páginas web y otros muchos contenidos en internet. Todo como parte de su trabajo cotidiano. Cualquiera que lea esto entrecerrará los ojos, arrugará un poco el entrecejo y mirará desconfiado. Y es que para una inmensa mayoría de los mortales, todos en contacto con medios de comunicación de todo tipo, color y sabor, la actividad periodística ha sido, es y seguirá siendo, “no sé por cuánto tiempo más”, ése gran desconocido.
Ser periodista, como una vez me dijo mi nuera Marisol, “no es un trabajo, es un sistema de vida”. Una gran verdad. Y es un sistema de vida porque una vez dentro de la actividad solo te quedan dos caminos: 1.- Salirte a los pocos días (conozco decenas de casos). 2- Pensar que saldrás del “trabajo” cuando te jubiles, si es que tienes la fuerza de voluntad de hacer a un lado el periodismo o, como decía uno de mis tíos, cuando te “saquen en una camilla con los tenis por delante”.

¿Y, por qué esta realidad tan radical de la actividad periodística? Pues, simplemente por el objeto y naturaleza propia de su razón de ser. Su gran objeto es el ser humano y su razón de ser es contar a miles y miles de personas lo que rea-liza ese ser humano. Este es su real compromiso y responsabilidad. Y el ser humano no es programable, no es predecible, nadie conoce lo que ocurrirá dentro de 10 minutos o dentro de 2 o 3 o 4 horas, o si va a ser por la mañana, por la tarde a medianoche o la madrugada. Nadie sabe. Y es un contenido noticioso que no puede esperar “ para mañana”, ni siquiera “para dentro de un rato”, hay que reportarlo a la redacción de inmediato. Por eso el periodista no realiza un “trabajo”, como en otras profesiones o actividades, sino que adopta un sistema de vida siempre con el ojo abierto y el oído atento. El periodista no puede, simplemente “no puede”, programar lo que hará al día siguiente. Sí es posible estructurar un programa de actividades, pero en más de una ocasión “algo” lo desbarata, un accidente, una crisis en un sindicato, en el gobierno, un alboroto en algún lado o una rueda de prensa convocada por el gobernador para “ayer”.
Conozco a muchos, muchos colegas cuyo “trabajo” es en realidad un sistema de vida. Uno de ellos, al cual admiro mucho, es Hansel Vargas del Diario de Yucatán. Entregado en cuerpo y alma a su actividad periodística. El deber para con sus lectores y su medio ha sido el “pan de cada uno de sus días”. Ha dejado actividades familiares de trascendencia, por cumplir como periodista. Si alguien checa su página electrónica a media noche o por la madrugada, se dará cuenta que está en actividad. Al igual que Miguel Angel Jimeno, quien termina de checar correos y revisar páginas electrónicas a eso de las 2 de la madrugada, para estar en pie a primera hora para una nueva jornada periodística.
En lo personal, después de haber andado 50 años por el camino periodístico ahora tengo una actividad un poco por debajo de lo normal. Pero recuerdo mis años como corresponsal, de Televisa (10 años), Excélsior (15), Agencia France Presse-AFP (37), Reuters (5), MVS (3), etc., etc., cuando mis jefes me llamaban a las 2 de la madrugada para pedirme información “urgente para las 7 a.m.”. Algo que parecería “monstruoso” para el común de las personas, pero no para un periodista. Y era así porque, por ejemplo, Televisa tenía y tiene noticieros desde la primera hora de la mañana. Excélsior tenía tres ediciones que había que alimentar, la del mediodía, la vespertina y la del día siguiente a primera hora. AFP, como agencia, trabajaba las 24 horas del día y a veces me pedían algo para enviar a Asia o a Europa y había que ajustarse a los horarios de esos lugares. A más de que cumplía un horario de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Yucatán… Sí fueron años complicados. Pero así es esta actividad, el periodismo por sí mismo conlleva estas exigencias.
Por eso futur@s periodistas, si no quieren enfrentar recriminaciones o miradas sesgadas por ser “desordenados”, por no “prever las cosas”, por “no tener tu oficina o escritorio limpio, ordenado y sin esos montones de periódicos”, déjenles bien claro a sus novi@s la naturaleza del periodismo, actividad central y fundamental de la comunicación.

Hoy por hoy hay muchos periodistas, corresponsales, reporter@s o fotógraf@s, que viven esta realidad. Mis respetos por ell@s y quizá más para las personas que conviven con ell@s. Pero por encima de todo, es una actividad plena de felicidad, con todo y los sinsabores que nunca faltan.   

No hay comentarios.:

Publicar un comentario