ACADEMIA DE INGENIERIA
ENSEÑAR PARA LO NO CONOCIDO
Síntesis del trabajo presentado por Mario I. Gómez Mejía en la ceremonia de su ingreso a la Academia de Ingeniería el 27 de junio de 2013, en el Auditorio del Campus de Ciencias Exactas de la Universidad Autónoma de Yucatán.
Mario I. Gómez Mejía, Ingeniero civil- Facultad de Ingeniería de la
Universidad Autónoma de Yucatán. Maestría en Ingeniería, especialidad en Estructuras-
Facultad de Ingeniería de la UNAM.
Ante las intensas inquietudes manifestadas en la Academia de Ingeniería con relación al estado del arte y la prospectiva de la ingeniería en México, se considera pertinente este trabajo que presenta información sobre lo que ocurre en la educación en ingeniería, pero en esta ocasión fuera del manejo de datos estadísticos de los cuales, de alguna manera, ya se tienen muy buenos referentes.
Se reflexiona sobre los contenidos de los foros organizados en los últimos años, así como de las experiencias del autor durante su vida académica, como profesor y directivo en el campo de la educación en ingeniería, y su interacción directa con instituciones y en foros nacionales e internacionales, relacionados con este tema.
No hay duda que desde 1792, cuando se fundó el Real Seminario de Minería, ha existido la preocupación de contar con ingenieros bien formados y con el perfil adecuado para alcanzar algún objetivo de desarrollo buscado por la sociedad.
De 1792 a 1821 se matricularon 323 alumnos, pero solo se graduaron 42 (13%), con las consecuentes críticas para el sistema. Fausto de Elhuyar, su primer Director, señaló al respecto: “La educación se inicia en el seno de las familias, continúa en la escuela, prosigue en el trabajo y la vida entera es insuficiente para cultivar con plenitud las ciencias”. Y ante la imposibilidad de que los estudios se prolongaran al infinito, introdujo dos cambios sustanciales: 1- Los estudios teóricos durarían 5 años, por el bajo nivel académico de ingreso de los alumnos. 2- Las prácticas de campo se redujeron a solo 2 años.
Durante ese lapso, la educación en ingeniería en México padecía de 2 grandes males, aún vigentes: 1- La baja formación con que llegan los estudiantes. 2- La baja eficiencia terminal. Pero a pesar de todo lo anterior, el Real Seminario de Minería fue reconocido como “una de las instituciones de mayor valía en mundo científico”, como en su momento declaró el mismo Alexander Von Humboldt.
De 1792 a nuestros días, mucho ha cambiado la concepción de la educación superior y en particular de la ingeniería. Del principio original, formar ingenieros capaces de definir procedimientos y técnicas para la óptima explotación de las minas al servicio de la realeza española, a la concepción actual que contempla la ingeniería en sus diversas facetas y en muy distintas áreas de especialidad, dentro de las cuales se trata de cubrir la mayor cantidad de necesidades de la sociedad mexicana, siempre pendiente del desarrollo mismo que se da en el mundo.
Así, sobre los aspectos que se tomaban en cuenta en los inicios de la educación en ingeniería en México, estaban las ciencias básicas, la vinculación y la eficiencia terminal.
Al día de hoy, más de 480 instituciones en el país ofrecen alguna carrera de ingeniería, con 2,800 programas educativos diferentes y matrícula de 750,000 alumnos, en más de 130 especialidades.
Tendencias actuales en la educación superior
En la educación en ingeniería, muchas orientaciones actuales no son novedosas, porque los modelos modernos de aprendizaje se basan en propuestas y experiencias que los grandes pedagogos de la historia aplicaron en la educación del niño, como: aprender haciendo uso de la razón, más que de la memoria.
Algunas ideas de grandes pedagogos:
Aristóteles (384-322 a.C.)- Lo más importante del pensamiento educativo aristotélico fue su originalidad, pues al no parecerle correcto el pensamiento de su maestro creó su propia filosofía. La educación dura tanto como dure la vida de la persona, es un proceso de perfeccionamiento.
Juan Jacobo Rousseau (1712-1778)- La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna. Es libre aquel que desea solamente lo que es capaz de realizar y hace lo que le agrada. La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir, nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras.
María Montessori (1870-1952)- Los niños obtienen su recompensa en la satisfacción de realizar solos su trabajo. El verdadero educador está al servicio del niño y debe cultivar en él la humildad, la responsabilidad y el amor. Debe respetar el derecho del niño a protestar y a opinar: ello con-lleva las capacidades de observación, análisis y síntesis.
Con estas referencias, se puede ver que la educación en ingeniería está “descubriendo”muchos, por no decir todos, de los principios pedagógicos de todos los tiempos, ahora aplicables a la educación superior.
Educación en ingeniería
Los cambios más radicales en la educación en ingeniería tienen sus orígenes en la iniciativa de la American Society for Engineering Education (1953). Estos resultados se conocen como Reporte Grinter (1955), un parte aguas sobre la forma como se conceptuaban los conocimientos, que establece 2 objetivos:
1-El técnico. Preparación para ejecutar las funciones de análisis y diseño creativo o las funciones de construcción, producción u operación, en las cuales es esencial el conocimiento pleno del análisis y diseño de estructuras, procesos y máquinas. Involucra también el dominio de los principios científicos fundamentales, asociados a cualquier tipo de ingeniería, así como el conocimiento de sus limitaciones y aplicaciones a un problema en particular, además de la habilidad de hacer el análisis crítico de la ciencia y el análisis económico, y organizarlo todo en un reporte oral o escrito, claro, conciso y convincente.
2-El social. Desarrollo de liderazgo con un profundo sentido de la ética de la profesión y de la educación general del individuo. Incluye, también, la comprensión del impacto de la tecnología en la sociedad y la apreciación de otros campos culturales. El desarrollo de una filosofía personal que asegure la satisfacción en el desarrollo de una vida productiva, así como valores éticos y morales consistentes con la profesión de ingeniero. Estos objetivos deben proveer el antecedente para el propio crecimiento personal, antes y después de egresar de la escuela. El currículo debe servir a los propósitos de preparar a algunos individuos para el empleo inmediato y a otros para estudios de posgrado.
Perfil
Entre los aspectos específicos para llegar al perfil deseado del ingeniero, está la disyuntiva de formar: 1- Un ingeniero generalista. 2- Con una especialidad definida.
La tendencia mundial es la primera, para lo que se requiere de una formación muy fuerte en ciencias y bien capacitado en el autoaprendizaje, más que llenarlo de conocimientos que, a corto plazo, podrían ser obsoletos.
La segunda tendencia lo orienta a campos específicos, sin saber si al terminar se dedicará a esa especialidad.
Pero el gran reto de la educación superior en ingeniería es formar ingenieros cuando todavía no existen muchos de los trabajos que se demandarán en los próximos años, en los que usarán tecnologías que no han sido inventadas, con las que se resolverán problemas que todavía no sabemos si lo serán.
Tomando en cuenta que la información generada actualmente en un año es más que lo generado en los 5,000 años anteriores, la cantidad de información se duplica cada dos años, esto significa que para un estudiante que inicia su formación técnica de cuatro o cinco años, la mitad de lo aprendido en su primer año, será obsoleto en su tercer año.
Todo lo anterior, acompañado del fenómeno de la globalización y del continuo desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC’s), ha hecho que en el mundo se dé una preocupación por adaptar la educación en ingeniería al nuevo estilo de vida en nuestros países.
Para lograr esta meta, el Reporte Grinter consideró esencial:
a) Fortalecer las ciencias básicas, incluyendo matemáticas, química y física, particularmente de sus principios científicos básicos, conocidos como “fundamentales”.
b) Identificación e inclusión de 6 ciencias de ingeniería, con uso pleno de las ciencias básicas, como eje común del currículo de ingeniería: mecánica de sólidos, mecánica de fluidos, termodinámica, mecanismos de transferencia, teoría eléctrica y propiedades de los materiales.
c) Estudio integrado del análisis y diseño en ingeniería, y la ingeniería de sistemas, como antecedente profesional que estimule el pensamiento creativo y la imaginación, haciendo uso de las ciencias básicas y de las ciencias de ingeniería.
d) Inclusión de materias optativas que desarrollen el talento individual, satisfagan una variedad de necesidades de la sociedad y den flexibilidad de oportunidades para estudiantes con talento.
e) Esfuerzo continuo para integrar y fortalecer las humanidades y las ciencias sociales en los programas.
f) Insistencia de un alto nivel de ejecución en la habilidad oral, escrita y comunicación gráfica de ideas.
g) Estímulo a la experimentación en todas las áreas de ingeniería.
h) Fortalecimiento de los programas de posgrado necesarios para satisfacer las demandas de la profesión.
i) Esfuerzo para lograr mantener la capacidad intelectual y profesional del cuerpo docente, con el propósito de implementar las recomendaciones sugeridas.
j) Consideración de estas recomendaciones, antes que la educación en ingeniería se convierta en un “problema crítico”.
Nótese que lo propuesto hace ya casi 60 años, no difiere de manera sustancial en lo que ahora tratamos de inducir en el perfil del ingeniero, no sólo en México, en todo el mundo.
Alianza
En el caso del sector productivo se debe dar un compromiso mutuo. Este cuenta en la academia con una aliada para la solución de sus problemas técnicos y de organización, y ésta tiene en el sector productivo el mejor laboratorio para formar a los ingenieros en la verdadera práctica de la ingeniería. Sin embargo, se ha hecho muy difícil esta interacción por varios factores:
a) La gran dificultad que se da en la interpretación de las palabras por parte de cada sector.
b) La concepción de los tiempos de respuesta, según la academia y según el sector productivo.
c) Falta de claridad entre la academia y la empresa en el sentido de que, por conveniencia de ambos, tienen el compromiso de formar a los futuros ingenieros. La diferencia entre los objetivos específicos de cada sector (educativo e industrial) impide detectar entre ambas partes que, por un lado, haya un interés común en la formación de ingenieros y, por otro lado, las Instituciones de Educación Superior (IES) tienen en la industria campos de investigación que seguramente son de utilidad para la misma industria.
Aparte, las ingenierías son, en principio, las profesiones que más inciden en los cambios que el hombre genera en la naturaleza. Por lo tanto, se da un énfasis muy especial a este tema al grado de considerarlo como un atributo en el perfil del ingeniero.
Recomendaciones
Como resultado de estas reflexiones hacemos la siguiente recomendación y estrategia a seguir:
ALIANZA NACIONAL
Es urgente establecer una alianza nacional entre el sector académico, el social y el productivo con la cual, de manera permanente, se den los lineamientos en cada una de las licenciaturas de ingeniería, con el fin de que siempre sean pertinentes con las necesidades de desarrollo del país.
La Academia de Ingeniería y la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Ingeniería (ANFEI), deberían liderar esta alianza.
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