OCDE: Finlandia, No. 1 en Educación.
Educación: llave para el desarrollo.
Mónica Arrizabalaga
Periodista española.
El país nórdico lidera el informe PISA con una enseñanza gratuita que pone en la primaria a los profesores más preparados y más capaces. Por eso los niños finlandeses de hoy estarán el día de mañana entre los profesionales más preparados del mundo. No lo predice ninguna bola de cristal, lo auguran datos objetivos. Desde que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) comenzara en 2000 a elaborar su informe PISA, Finlandia ha acaparado los primeros puestos en Europa por su excelente nivel educativo. Apenas un 8% de los alumnos finlandeses no terminan sus estudios obligatorios.
Dispuesto a dar con la clave del éxito finlandés, hace más de una década el psicólogo escolar y entonces director del colegio Claret de Barcelona (España), Javier Melgarejo, comenzó una investigación de este sistema educativo. Su primera sorpresa fue constatar que menos de la mitad de los niños finlandeses de 4 o 5 años de edad acuden a guarderías y empiezan el colegio hasta los 7 años. Dos años después, sus puntuaciones son mejores que el resto de los países estudiados por la OCDE.
Durante los primeros seis años de la primaria los niños tienen en todas o en la mayoría de las asignaturas al mismo maestro.Es una manera de fortalecer su estabilidad emocional y su seguridad. Hasta 5º año no hay calificaciones numéricas. No se fomenta la competencia entre alumnos y tampoco las comparaciones.
La educación gratuita, de preescolar hasta la universidad, incluye clases, comedor, libros y hasta el material escolar y si el alumno lo pierde el sistema está obligado a pagárselo.
La jornada escolar comienza a las 8:30-9:00 de la mañana, hasta las 3:00 de la tarde, con el almuerzo a las 12:00-12:30 horas. Las horas lectivas en primaria son sustancialmente menos que en otros países de la OCDE, con deberes en casa nada excesivos. ¿Cómo consiguen mejores resultados en menos tiempo?
El “secreto” de ser el primero
“El éxito finlandés en la educación se debe a que en ella encajan tres estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales (bibliotecas, ludotecas, cines...)”, explica Melgarejo. Los tres engranajes están ligados y funcionan en forma coordinada. “Los padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por delante de la escuela” y complementan el esfuerzo que se hace en el colegio.
“En Finlandia el 80% de las familias van a la biblioteca el fin de semana”, añade, para quienes este estímulo de la lectura en casa resulta fundamental. El sistema social contribuye con ayudas oficiales a las familias, que así pueden conciliar su trabajo y la atención a sus hijos.
Hay, además, una herencia cultural luterana, basada en la responsabilidad y fomentada por la disciplina y el esfuerzo, a la que también acompaña una climatología que empuja a ence-rrarse en casa, pero estos factores también están presentes en otros países vecinos, como Suecia o Dinamarca, que disfrutan de mayor nivel económico y sin embargo figuran varios puestos por debajo en las pruebas PISA. “No son las variables socioeconómicas las determinantes”, subraya Melgarejo.
En primaria, los mejores maestros
La diferencia radica en la elevada calificación académica del profesorado, principalmente en educación primaria. “El país considera que el tesoro de la nación son sus niños y los ponen en manos de sus mejores profesionales”.
A los mejores docentes los sitúan en los primeros años de enseñanza, donde se aprenden los fundamentos de todos los posteriores aprendizajes. Se considera que hacia los 7 años el alumno se encuentra en la fase más manejable y es cuando realiza algunas de las conexiones mentales fundamentales que le estructurarán toda la vida. Por eso, se considera esencial seleccionar con extremo cuidado a quienes ayudarán en este trascendental proceso.
Para ser maestro se requiere una calificación de más de 9 sobre 10 en sus promedios de bachillerato y se requiere, además, una gran dosis de sensibilidad social (se valora su participación en actividades sociales, voluntariado..., etc.).
Cada universidad escoge después a sus aspirantes a profesores con una entrevista para valorar su capacidad de comunicación y de empatía, un resumen de la lectura de un libro, una explicación de un tema ante una clase, una demostración de aptitudes artísticas, una prueba de matemáticas y otra de aptitudes tecnológicas. “Son las pruebas más duras de todo el país”, asegura Melgarejo. Al proceso de selección le sigue una exigente licenciatura y periodos de prácticas.
No es de extrañar que los profesores estén muy bien considerados socialmente en Finlandia. “Es un honor nacional ser maestro de Primaria”, aseguró en una conferencia en España, el 25 de septiembre último, Jari Lavonen, director del Departamento de Formación al Profesorado de la Universidad de Helsinki. El “status” social de un profesor de primaria, es más elevado que el de un médico.
Harri Skog, secretario de Estado de Educación de Finlandia desde 2006, resume en una frase la importancia de este proceso: “La educación es la llave para el desarrollo de un país”. Por eso el país nórdico dedica del 11 al 12% de los presupuestos del estado y los ayuntamientos a financiar este modelo de educación. “Una política inteligente que les está dando fruto”, considera Melgarejo, sin las presiones de Corea o Japón, otros países destacados en PISA.
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