Antal Fekete, fundador de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, científico monetario, proponente del nuevo patrón oro y crítico del sistema monetario basado en dinero irredimible (dinero fiduciario o fíat).
Fiduciario: Valores ficticios, basados solo en la confianza de quien los emite.
Fiat: Mandato para que una cosa tenga efecto (o valor)
(...)
Profesor Fekete, ¿por qué decidió fundar la Nueva Escuela Austríaca de Economía (NASOE)? ¿Encontró algo equivocado en la “vieja escuela”? ¿Qué hay de Carl Menger y Ludwig von Mises?
- Lo que encontré fue que los economistas austríacos después de Ludwig von Mises, pero también él, se habían desviado sustancialmente, para mal, de las enseñanzas de Carl Menger. Así que, en mi opinión, es un error gran parte de las investigaciones de los economistas austríacos. Me di a la tarea de criticar por mí mismo la desviación, de las enseñanzas de Menger, y de corregirla. La lista incluye desestimar la Doctrina de las Letras de Oro de Adam Smith, la teoría del interés como distinta de la teoría del descuento, entre otras. La Nueva Escuela Austríaca de Economía fue lanzada bajo el eslogan: “¡De vuelta a Menger!”.
- No apoya las teorías de Keynes ni monetaristas.
¿Por qué están equivocadas? ¿Cuál, su mayor error?
El mayor error del keynesianismo y del monetarismo al estilo Friedman, es que apoyan la desestabilización de la estructura de la tasa de interés, antes estable, pero comenzó a fluctuar y, recientemente, a hundirse en el agujero negro del interés cero. Todo, consecuencia del éxito de ambos en socavar y derrocar al patrón oro.
- Por qué se convirtieron en las predominantes en el mundo. ¿Fueron impuestas por alguien?
- Predominaron por razones de su demagogia. Se diseñaron para apelar al propio sentido de justicia: el antídoto contra la miseria en medio de la abundancia. Sacaron provecho del terrible bajo nivel de educación basado, como es, en la envidia. Se caracteriza por un abandono casi total de las ramas apriorísticas de la ciencia: la lógica, las matemáticas y la economía. Lo digo como matemático profesional. Keynes cautivó a Roosevelt y Friedman a Nixon, y los dos presidentes felices de pisotear la Constitución de su país. Como consecuencia, el patrón oro fue destruido y las divisas irredimibles impuestas a los ciudadanos americanos en 1933, y a cada uno de la Tierra en 1971. Al mismo tiempo el gobierno saqueó el oro del pueblo.
- ¿Puede el capitalismo auténtico prosperar en un sistema de dinero fíat, que se basa en las deudas que crecen exponencialmente?
- Es obvio que no. Las señales de que el gran experimento con la divisa irredimible mundial es un fracaso, sin paliativos, están a nuestro alrededor.
- ¿Es legítimo el llamado “Estado del Bienestar” bajo el capitalismo o es un tipo de socialismo?
- El Estado del Bienestar es un desvergonzado esquema Ponzi, donde los costos son pateados hacia delante y cargados a las futuras generaciones. Un esquema para esclavizar a los que aún no nacen. El hecho de que el electorado permitiera ser estafado para aceptarlo, indica el nivel extre-madamente bajo de educación en el mundo. Ni siquiera merece llamarse “educación”. Un término más preciso sería “entrenamiento de futuros siervos”. En contraste, el socialismo no es un esquema de estafa. Ha sido adoptado por algunas personas muy inteligentes que permitieron que sus acciones fueran guiadas por su compasión y emociones, en lugar de su intelecto y razonamiento frío. Había un dicho en Alemania, a fines del siglo XIX: “Si usted está en sus 20 años y no es socialista, no tienen corazón. Pero si está en sus 40 y sigue siendo socialista, no tiene cerebro”.
- Si nuestro sistema monetario fíat está condenado, ¿deberíamos regresar al dinero sólido usando monedas de oro o plata otra vez? ¿Cómo podríamos tener un “renovado” y práctico patrón oro?
- La transición es más simple de lo que la mayoría piensa. No es necesario desafiar la autoridad de la Reserva Federal (Fed), que sería inútil de todos modos, ni agitar el capote rojo del patrón oro frente al toro de papel. Bastaría con que una jurisdicción, por ejemplo, el Reino Unido con su Soberano (moneda) de oro, Suiza con su Vrenely de oro (moneda de 20 francos suizos), Francia con su Napoleón de oro o Hong Kong con su Panda de oro abrieran su Casa de Moneda a la acuñación de este metal (o plata). En detalle, si se garantizara que una Casa de Moneda permaneciera abierta a la acuñación ilimitada de oro y plata en las buenas y en las malas, en particular, si acuñara todo el oro que le fuera llevado, cualquier cantidad, entonces el problema se solucionaría en gran medida. Las minas de oro de todo el mundo acudirían a la Casa de Moneda a entregar su producción a cambio de Letras de Oro pagadas en la moneda estándar en 91 días (tiempo que toma refinar el metal y acuñar las monedas). Las minas de oro a su vez subastarían sus Letras de Oro al mejor postor (al que ofrezca el descuento más bajo con respecto al precio oficial). Así, se establecería una tasa de descuento de oro creíble, que no estaría amañada por los bancos centrales ni por el sistema bancario. Hay una enorme demanda latente para este tipo de letras de oro, ya que a partir de los últimos ochenta años el mundo ha sido privado, por la fuerza, de la posibilidad de intercambiar oro por ingresos en oro.
Las grandes compañías de seguros y fondos de pensiones se lanzarían a conseguir estas letras de oro, ya que actualmente no tienen buenos activos para cubrir sus crecientes pasivos. Pero también lo harían las grandes casas comerciales que financian el comercio mundial de alimentos, combustible y forraje, debido a que el petrodólar está mostrando fatiga a un nivel peli-grosamente alto y podría colapsar bajo estrés en cualquier momento.
La competencia de otras divisas, por ponerse en los zapatos del petrodólar, es en vano. No pueden competir con la Letra de Oro. Solo pueden participar en la mezquina guerra de divisas.
Del mismo modo, los productores de plata recibirían Letras de Plata en la Casa de Moneda y las subastarían a la tasa de descuento de la plata, prove-yendo así financiamiento alternativo para el comercio de otros productos de primera necesidad. Equivaldría a la remonetización de la plata, que recapitalizaría la economía mundial que hoy tiene su capital hecho un desorden. Sería una increíble reversión de la historia.
La Reserva Federal puede seguir con su irracional inundación del mundo con dólares de papel. Una vez que su monopolio se haya roto, la decisión de elegir la moneda reside en el pueblo, dinero de papel o monedas de oro a cambio de sus productos y servicios. Si el Congreso no está dispuesto o no puede restaurar las cláusulas mone-tarias de la Constitución (de EE.UU.), y si los poderes Ejecutivo y Judicial no pueden cumplir con su deber de proteger al país de los estragos de la degradación de la divisa, a causa del poder ilimitado de la Fed, entonces la gente debe tomar la ley en sus manos, acuñar su oro o plata en cualquier Casa de Moneda que pueda....
NO PUEDES DEJAR DE LEER LA ENTREVISTA COMPLETA EN EL SIGUIENTE ENLACE A NUESTRO MAGAZINE ONLINE (PÁGINA 16) EL PUENTE 21
Profesor Fekete, ¿por qué decidió fundar la Nueva Escuela Austríaca de Economía (NASOE)? ¿Encontró algo equivocado en la “vieja escuela”? ¿Qué hay de Carl Menger y Ludwig von Mises?
- Lo que encontré fue que los economistas austríacos después de Ludwig von Mises, pero también él, se habían desviado sustancialmente, para mal, de las enseñanzas de Carl Menger. Así que, en mi opinión, es un error gran parte de las investigaciones de los economistas austríacos. Me di a la tarea de criticar por mí mismo la desviación, de las enseñanzas de Menger, y de corregirla. La lista incluye desestimar la Doctrina de las Letras de Oro de Adam Smith, la teoría del interés como distinta de la teoría del descuento, entre otras. La Nueva Escuela Austríaca de Economía fue lanzada bajo el eslogan: “¡De vuelta a Menger!”.
- No apoya las teorías de Keynes ni monetaristas.
¿Por qué están equivocadas? ¿Cuál, su mayor error?
El mayor error del keynesianismo y del monetarismo al estilo Friedman, es que apoyan la desestabilización de la estructura de la tasa de interés, antes estable, pero comenzó a fluctuar y, recientemente, a hundirse en el agujero negro del interés cero. Todo, consecuencia del éxito de ambos en socavar y derrocar al patrón oro.
- Por qué se convirtieron en las predominantes en el mundo. ¿Fueron impuestas por alguien?
- Predominaron por razones de su demagogia. Se diseñaron para apelar al propio sentido de justicia: el antídoto contra la miseria en medio de la abundancia. Sacaron provecho del terrible bajo nivel de educación basado, como es, en la envidia. Se caracteriza por un abandono casi total de las ramas apriorísticas de la ciencia: la lógica, las matemáticas y la economía. Lo digo como matemático profesional. Keynes cautivó a Roosevelt y Friedman a Nixon, y los dos presidentes felices de pisotear la Constitución de su país. Como consecuencia, el patrón oro fue destruido y las divisas irredimibles impuestas a los ciudadanos americanos en 1933, y a cada uno de la Tierra en 1971. Al mismo tiempo el gobierno saqueó el oro del pueblo.
- ¿Puede el capitalismo auténtico prosperar en un sistema de dinero fíat, que se basa en las deudas que crecen exponencialmente?
- Es obvio que no. Las señales de que el gran experimento con la divisa irredimible mundial es un fracaso, sin paliativos, están a nuestro alrededor.
- ¿Es legítimo el llamado “Estado del Bienestar” bajo el capitalismo o es un tipo de socialismo?
- El Estado del Bienestar es un desvergonzado esquema Ponzi, donde los costos son pateados hacia delante y cargados a las futuras generaciones. Un esquema para esclavizar a los que aún no nacen. El hecho de que el electorado permitiera ser estafado para aceptarlo, indica el nivel extre-madamente bajo de educación en el mundo. Ni siquiera merece llamarse “educación”. Un término más preciso sería “entrenamiento de futuros siervos”. En contraste, el socialismo no es un esquema de estafa. Ha sido adoptado por algunas personas muy inteligentes que permitieron que sus acciones fueran guiadas por su compasión y emociones, en lugar de su intelecto y razonamiento frío. Había un dicho en Alemania, a fines del siglo XIX: “Si usted está en sus 20 años y no es socialista, no tienen corazón. Pero si está en sus 40 y sigue siendo socialista, no tiene cerebro”.
- Si nuestro sistema monetario fíat está condenado, ¿deberíamos regresar al dinero sólido usando monedas de oro o plata otra vez? ¿Cómo podríamos tener un “renovado” y práctico patrón oro?
- La transición es más simple de lo que la mayoría piensa. No es necesario desafiar la autoridad de la Reserva Federal (Fed), que sería inútil de todos modos, ni agitar el capote rojo del patrón oro frente al toro de papel. Bastaría con que una jurisdicción, por ejemplo, el Reino Unido con su Soberano (moneda) de oro, Suiza con su Vrenely de oro (moneda de 20 francos suizos), Francia con su Napoleón de oro o Hong Kong con su Panda de oro abrieran su Casa de Moneda a la acuñación de este metal (o plata). En detalle, si se garantizara que una Casa de Moneda permaneciera abierta a la acuñación ilimitada de oro y plata en las buenas y en las malas, en particular, si acuñara todo el oro que le fuera llevado, cualquier cantidad, entonces el problema se solucionaría en gran medida. Las minas de oro de todo el mundo acudirían a la Casa de Moneda a entregar su producción a cambio de Letras de Oro pagadas en la moneda estándar en 91 días (tiempo que toma refinar el metal y acuñar las monedas). Las minas de oro a su vez subastarían sus Letras de Oro al mejor postor (al que ofrezca el descuento más bajo con respecto al precio oficial). Así, se establecería una tasa de descuento de oro creíble, que no estaría amañada por los bancos centrales ni por el sistema bancario. Hay una enorme demanda latente para este tipo de letras de oro, ya que a partir de los últimos ochenta años el mundo ha sido privado, por la fuerza, de la posibilidad de intercambiar oro por ingresos en oro.
Las grandes compañías de seguros y fondos de pensiones se lanzarían a conseguir estas letras de oro, ya que actualmente no tienen buenos activos para cubrir sus crecientes pasivos. Pero también lo harían las grandes casas comerciales que financian el comercio mundial de alimentos, combustible y forraje, debido a que el petrodólar está mostrando fatiga a un nivel peli-grosamente alto y podría colapsar bajo estrés en cualquier momento.
La competencia de otras divisas, por ponerse en los zapatos del petrodólar, es en vano. No pueden competir con la Letra de Oro. Solo pueden participar en la mezquina guerra de divisas.
Del mismo modo, los productores de plata recibirían Letras de Plata en la Casa de Moneda y las subastarían a la tasa de descuento de la plata, prove-yendo así financiamiento alternativo para el comercio de otros productos de primera necesidad. Equivaldría a la remonetización de la plata, que recapitalizaría la economía mundial que hoy tiene su capital hecho un desorden. Sería una increíble reversión de la historia.
La Reserva Federal puede seguir con su irracional inundación del mundo con dólares de papel. Una vez que su monopolio se haya roto, la decisión de elegir la moneda reside en el pueblo, dinero de papel o monedas de oro a cambio de sus productos y servicios. Si el Congreso no está dispuesto o no puede restaurar las cláusulas mone-tarias de la Constitución (de EE.UU.), y si los poderes Ejecutivo y Judicial no pueden cumplir con su deber de proteger al país de los estragos de la degradación de la divisa, a causa del poder ilimitado de la Fed, entonces la gente debe tomar la ley en sus manos, acuñar su oro o plata en cualquier Casa de Moneda que pueda....
NO PUEDES DEJAR DE LEER LA ENTREVISTA COMPLETA EN EL SIGUIENTE ENLACE A NUESTRO MAGAZINE ONLINE (PÁGINA 16) EL PUENTE 21
No hay comentarios.:
Publicar un comentario