martes, 12 de noviembre de 2013

Andres Vesalio y la Escuela de Medicina de Padua


Conferencia dictada en la Facultad de Medicina de la 
Universidad Autónoma de Yucatán por 
Georgio Zanchin,
Neurólogo de la Universidad de Padua (Italia) y 
Presidente de la Sociedad Internacional de 
Historia y Filosofía de la Medicina.




En ocasión de esta cátedra extraordinaria de la Historia y Filosofía de la Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán le presentó el perfil de un personaje clave en el avance del conocimiento moderno de la medicina: Andrea Vesalio. Nació en Bruselas, pero que se desempeñó profesionalmente de la manera más elevada en la universidad de Padua en donde yo trabajo como neurólogo.

Vesalio escoge Padua porque descubre el ambiente científico cultural que le ofrecerá las condiciones que buscaba para realizar aquello que se considera, en forma unánime, como el fundamento, el punto de partida de la medicina moderna basada en las pruebas científicas. Escribió “Humani corporis fabrica”, obra en la cual por primera vez la anatomía del cuerpo humano es basada en la disección real de las partes anatómicas. Antes el cuerpo humano era un objeto de especulación abstracta sobre la base naturalista que caracterizaba, desde siglos atrás, la imposición del estudio de la medicina en Padua. Andrea Vesalio construye una base solidísima, origen de nuestra medicina contemporánea.

Podemos ver los albores del inicio de la medicina moderna en el área de Véneto, Boloña, Padua, alrededor de 1300 cuando comienza la disección del cuerpo humano. Antes no era seguida en el occidente europeo por diversos motivos, respeto al cadáver, pero también por un convencimiento de la sustancial inutilidad de estudiar en el cadáver los principios de la vida, evidente objeto de la medicina.

La disección del cadáver es el primer paso. La oposición con una realidad naturalista al conocimiento del cuerpo humano, es el presupuesto para llegar, poco a poco, al desarrollo posterior.

Padua, universidad de la cual provengo, juega un papel reconocido a nivel internacional. Viene custodiada de “cradle of modern medicine”. Es la cuna de la medicina moderna.

Pero apenas un siglo después, tenemos a William Harvey, un inglés que estudia y se recibe en Padua, toma ahí los principios del conocimiento para elaborar los presupuestos de la circulación de la sangre en el cuerpo humano. Y con la “Exercitatio anatomica de motu cordis et sanguinis in animalibus” (1628), el concepto de movimiento circular de la sangre, sustituye el concepto galénico de movimiento en marea, oscilatorio, que antes se aprendía en medicina.

Con este conocimiento, Harvey aportó los fundamentos de la fisiología moderna, tal como Vesalio había dado los fundamentos de la anatomía moderna. Pero aún y siempre en Padua, dos siglos después a mitad de 1700, tendremos la figura de Giovanni Battista Morgagni el cual da los posteriores pasos esenciales de nuestra medi-cina contemporánea, al establecer el método anatomo-clínico, que afirma: “No podemos conocer nada del origen de las causas de las enfermedades, si no confrontamos los síntomas presentados en la vida del paciente con las alteraciones que encontramos en el mismo en la mesa de autopsias”.

Esta afirmación es la base de una revolución científica que de verdad apoya nuestra medicina contemporánea. Modifica completamente nuestra grafía de la medicina y sustituye la medicina humoral hipocrática, la medicina “dolgano”, la medicina soridistica, que permite verificar a través de vitro, con la histología, con bioquímica, llevar informes patológicos, y buscarlos de forma organizada y especifica.




Puedes leer éste artículo y más en la edición 12 de nuestro magazine El Puente No. 12







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