¡Paz, paz, pero no hay paz!
Diagnóstico exacto de la situación del mundo contemporáneo. Nunca se habló tanto de paz como en nuestra época. ¡Sin embargo, nunca hubo tanta violencia!
Las confrontaciones entre Israel y Hamás. El problema de Ucrania. Existe también la amenazante proclamación del Califato en Irak y Siria, el Estado Islámico (EI) creado por fanáticos musulmanes anticristianos, primos de los que entran a torrentes en los países europeos como inmigrantes, y la cualiación de 40 países que lo combate con Estados Unidos al frente.
Nigeria- La persecución mortífera a los cristianos tiene el carácter de genocidio.
Afganistán- Los talibanes imponen por la fuerza de las armas su Corán a una población aterrorizada.
Colombia- Los guerrilleros de las FARC, en su diálogo con un gobierno concesivo y débil, exigen que sus condiciones sean aceptadas.
Bolivia- Indígenas protagonizan verdaderas batallas campales.
Venezuela- El régimen bolivariano se radicaliza.
Rusia- Se preguntan qué hará Putin, el autócrata enigmático, con sus armas atómicas almacenadas.
Brasil- Con la complacencia de las autoridades, los llamados “Sin Techo” crean un clima de inseguridad y de agitación urbana constantes, los cuales sumados a los otros “movimientos sociales” que el decreto 8,243 de la presidenta Dilma Rousef erige en interlocutores del Gobierno, sustituyen de hecho al poder Legislativo. Aún en Brasil y en diversas partes del mundo, la criminalidad aumenta de manera aterradora. La población tiene miedo hasta de salir a las calles.
La ausencia de paz crece, también de modo alarmante, en la esfera privada
Se están volviendo frecuente que los hijos maten a sus padres por motivos triviales. En todo el mundo, madres matan a sus propios hijos antes de que nazcan, por medio del aborto, cada vez más impune. Están siendo usadas “máquinas de la muerte”, en algunos países, para practicar la eutanasia. Estas son manipuladas por computadora por la propia víctima, quien se aplica a sí misma una inyección letal.
Los hijos se voltean contra sus padres, a pesar de saber que a través de ellos les fue otorgada la vida.
Pero para contener la violencia, de nada sirve limitarse a hablar de paz, decir que ésta es necesaria, etc., etc. En este sentido, como en muchos otros, la acción de las organizaciones de derechos humanos, de la ONU, de las ONG’s, y cuantas más se quiera, se ha revelado totalmente ineficaz.
Por otro lado, ¿cómo esperar que la violencia disminuya, con la televisión instigando y llevando diariamente su dosis envenenada de violencia e inmoralidad hasta el corazón mismo de los hogares?
Se impone una restauración moral de la sociedad. Una vuelta a fondo y decidida a los valores de la familia tradicional. (El Puente y agencias)
Pero para contener la violencia, de nada sirve limitarse a hablar de paz, decir que ésta es necesaria, etc., etc. En este sentido, como en muchos otros, la acción de las organizaciones de derechos humanos, de la ONU, de las ONG’s, y cuantas más se quiera, se ha revelado totalmente ineficaz.
Por otro lado, ¿cómo esperar que la violencia disminuya, con la televisión instigando y llevando diariamente su dosis envenenada de violencia e inmoralidad hasta el corazón mismo de los hogares?
Se impone una restauración moral de la sociedad. Una vuelta a fondo y decidida a los valores de la familia tradicional. (El Puente y agencias)
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