jueves, 26 de mayo de 2016

“Las computadoras son el peor 
enemigo del pensamiento crítico”- uno de los “padres” de internet.  




Entrevista del periodista español, José Manuel Sánchez Daze, a uno de los “padres” de internet: Leonard Kleinrock.

Kleinrock se graduó en la legendaria Bronx High School de Ciencias, en 1951, y se diplomó en Ingeniería Eléctrica en 1957 en el City College de Nueva York. Después obtuvo la licenciatura y el doctorado en Informática e Ingeniería Eléctrica en el MIT en 1959 y en 1963, respectivamente. Se unió al personal de la UCLA, donde sigue hasta la fecha. Durante 1991-1995 fue Catedrático del Departamento de Ciencia de la Computación.
Su obra más conocida y significativa es su trabajo en “Teoría de Colas”, con aplicaciones en multitud de campos, entre ellos como fundamento matemático de la conmutación de paquetes (método de envío de datos en una red de computadoras. Un paquete es un grupo de información que consta de dos partes: los datos propiamente dichos y la información de control, que indica la ruta a seguir a lo largo de la red hasta el destino del paquete), tecnología básica detrás de internet. Su contribución inicial en este campo fue su tesis doctoral de 1962, publicada en forma de libro en 1964. Ha descrito su trabajo de la siguiente manera: “Básicamente, lo que hice en mi investigación de tesis doctoral, 1962–1964, fue establecer una teoría matemática de las redes de paquetes...”.
Su trabajo teórico en el campo del encaminamiento jerárquico, realizado a finales de los 70 con su estudiante Farouk Kamoun, juega un papel crítico en la actualidad en la operación de internet.
En 1969 dio el primer paso con el primitivo proyecto Arpanet, base de lo que hoy es “la Red”. Dos ordenadores situados a varios kilómetros de distancia quedaron conectados por una red que proporcionaba 50 kilobytes/segundo, con la que se pretendía enviar la pa-labra “login”. Aunque en el primer intento sólo se recibieron dos letras (I y O), desempeñó un papel importante en el desarrollo de la primera línea de comunicación de datos. Hoy, a sus 81 años, Kleinrock sigue dando clases en la Universidad y es ávido observador del desarrollo de las nuevas tecnologías.

¿Cree que la infraestructura de internet no sea capaz de absorber los datos generados? 
- Gestionar las necesidades de ahora no es problema, pese a la alta demanda. Y viene más. El problema es si las operadoras van a desplegar una cantidad suficiente de esa capacidad, porque el problema no es técnico, es económico, y habrá que ver si se cobrará al cliente para acceder a los recursos de manera justa. 

Defiende entonces la “neutralidad en la red...”
- Se trata que las nuevas compañías puedan competir con las organizaciones ya establecidas y, sobre todo, evitar favoritismos de una operadora con alguna empresa del “establishment”. Por ejemplo, una “startup” que inicia necesitaría lograr acceso a un ancho de banda al mismo precio que vaya a tener una de las grandes firmas del mercado. Por otro lado, como consumidor no deseo que mi operadora me cobre más por los bits de vídeo que por los bits de audio o los que llevan el correo electrónico. La idea de las operadoras es cobrar por contenidos y no por ancho de banda. Y ése no es su dominio, porque, si como cliente tengo que pagar por contenido voy a llegar a un acuerdo con proveedores de contenidos, como Google, Netflix o Amazon… 

Cuando lograron este hito, ¿eran conscientes de lo que estaban creando y lo que acabaría siendo? 
- En algún momento percibí que en el futuro las computadoras tendrían que comunicarse entre ellas. Fue un desafío de ingeniería fantástico. Eso sí, las redes sociales nunca se me ocurrieron. Lo concebía como computadoras hablando entre sí y de personas a la máquina, pero nunca como conexión entre personas. 

¿Se sorprende de la dimensión lograda por la Red? 
- Sorprendido es una manera de decirlo. Estoy agradecido, emocionado, gratificado, complacido, excitado... Tengo la sensación de que seguirá ofreciendo grandes beneficios a la humanidad porque da voz a todos. Ha cambiado nuestra forma de vivir, de jugar, de tratar con los demás, de trabajar, de enseñar, de divertirse... Es un fenómeno maravilloso que, por supuesto, también tiene su lado oscuro. 

¿Les faltó alguna medida para evitar ese lado oscuro? 
- Surgió en una cultura de apertura, de confianza, de ética, de compartir conocimiento entre unos pocos individuos. Y había unas reglas tácticas. Hubo un momento en que conocía a todos los miembros de internet. Eran mis amigos. Si alguien hacía algo mal, nos enterábamos todos y le criticábamos. A nadie se le ocurrió integrar la seguridad. Por otro lado, nunca pensamos que esto llegaría a miles de millones de personas.

¿Ahora, qué se puede hacer? 
- Como tenemos un sistema heredado de miles de millones de computadoras, es casi imposible crear en la actualidad una tecnología de seguridad como un parche que se superponga sobre lo que ya existe, en aras de corregir todo lo anterior. Pero sí hay un desarrollo interesante en este sentido: el cifrado homomórfico, que permite encriptar archivos y programas para transmitirlos sin decodificarlos. De esta manera, aunque se roben esos datos nadie podrá leerlos. 

¿En qué estado de madurez se encuentra internet? 
- Internet está en su adolescencia. Aún tiene un comportamiento errático, desobediente. Tiene tiempo para madurar y convertirse en responsable o transformarse en un ser malvado y criminal. Creo que evolucionará en ambos sentidos a la vez. Me preocupa que estados enteros se hayan unido al lado oscuro. No es solo spam y pornografía..., es la “maldad profunda”. Y lo peor, no se sabe a dónde se dirigirá. Esto puede hacer que las organizaciones se desconecten de internet y empiecen a crear sus propias redes privadas para controlar la seguridad y los datos de las personas. Podemos llegar a una especie de red fragmentada, sin conexión con la red gratuita y para todos. 

¿Predice una sociedad hiperdependiente de internet? 
- Internet tiene los mismos problemas sociales, políticos y económicos que cualquier institución importante, un gobierno totalitario o corporativo. Pero el abuso y la mala conducta social, ya estaban antes de internet. En conjunto es un invento maravilloso. Pero la realidad, hoy, era impensable antes de la Red. Pero tengo una queja: “me parece que las computadoras son el peor enemigo del pensamiento crítico”. Muchas personas dependen demasiado de, por ejemplo, un motor de búsqueda para encontrar conocimiento. Se apoyan en la computadora para pensar, en lugar de crear ideas y procesarlas para hacerlas suyas. ¿Qué hacemos? Recurrimos a las calculadoras, a Google, a la simulación para sustituir la capacidad de pensar en silencio. 

¿Le asusta la cantidad de datos personales que mueven? 
- El abuso de los datos es parte importante de ese lado oscuro. No olvidemos que el usuario cedió de manera voluntaria sus datos la primera vez que puso su nombre completo. Le está dando a las empresas datos de quién es, con quién está, lo que lleva puesto. Manda sus fotos a todo el mundo... Somos lo que hemos permitido que vean de nosotros. Hay que aceptarlo: “La privacidad ya no existe. Es una causa perdida defenderla”.

El lado oscuro...
- Es un poder enorme, por un lado una persona de un país subdesarrollado puede tener voz para hablar directamente al mundo, pero también es la fórmula perfecta para los ciberdelincuentes y el lado oscuro. Se puede usar de las dos maneras, pero el lado positivo es mucho mayor que el negativo. Eso sí, hay que tomar precauciones con mecanismos para protegernos. Tenemos que cuidar nuestra internet, como si fuera nuestro cuerpo. Y no abusar de ella, requiere de una responsabilidad importante, tanto personal como corporativa. 

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