lunes, 6 de enero de 2014

EL FANTASMA DE LA PRODUCTIVIDAD


Tirso Suárez-Núñez*
Nuestro colaborador editorial cumple una estancia académica en Montreal (Canadá), desde donde nos envía su artículo.






*Doctor en Estudios Organizacionales. 
Profesor-investigador/UADY, México. Miembro del Sistema Nacional de Invesigadores.


La productividad es un término que el actual gobierno federal trata de fijar en la conciencia nacional como una preocupación de primer orden. En varios momentos funcionarios de alto nivel han insistido sobre ella, pero hasta ahora no se conocen programas, acciones concretas o políticas públicas específicas, como los expertos acostumbran mencionar. Antes de hacer mención de lo que hasta ahora se ha declarado y tratar de indagar hacia donde se apunta, conviene precisar el concepto productividad, pero es necesario, primero, referirse a la eficiencia que es el concepto de base. La eficiencia surge de la Economía y es la preocupación por hacer un uso racional o inteligente de los recursos tales como tierra, capital y trabajo. Ser eficiente es muy importante para cualquier país, porque por definición los recursos son escasos, de lo contrario no se justifica la Economía como ciencia.

Pronto los estudios por la eficiencia se especializaron, así surgieron la productividad dedicada a buscar la economía de la mano de obra y la rentabilidad del capital, lo que ocurrió con más fuerza en los Estados Unidos, cuando en los primeros años del Siglo XX emergía como la gran potencia capitalista y padecía escasez relativa de mano de obra. Esta circunstancia impulsó a ingenieros, técnicos y hombres de empresa a desarrollar técnicas para hacer más productiva la mano de obra, con Frederick W Taylor a la cabeza. En forma adicional, los estadounidenses invertían en ciencia y tecnología para desarrollar maquinaria y equipo que automatizara los procesos, disminuyera la presión del trabajo y de paso elevara la calidad de sus productos. Pronto los movimientos obreros estadounidenses respondieron presionando al alza los salarios y así los Estados Unidos se convirtieron en un país de mano de obra cara, lo que explica su preocupación permanente por la productividad que miden dividendo la producción obtenida entre la mano de obra insumida. Por eso, mientras más elevada es la productividad, más ahorro logran de su recurso caro. Por otra parte, la inversión en maquinaria y equipo se justifica con la rentabilidad que obtienen por la utilidad que extraen de las ventas, gracias a la calidad de sus productos.  

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