lunes, 12 de enero de 2015

El capital y la economía en nuestro tiempo


Tirso Suárez-Núnez
Doctor en Estudios Organizacionales.
Profesor-investigador/UADYMiembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)



“La economía jamás tendría que haber intentado separarse de las demás disciplinas de las ciencias sociales, y no puede desarrollarse más que en conjunto con ellas. Se sabe poco en las ciencias sociales como para dividirse absurdamente”. Thomas Piketty

La distribución del ingreso en las sociedades ha sido un tema de interés de filósofos, sociólogos y economistas. Su relevancia radica, no sólo en las consideraciones de justicia social implícitas, sino por las conexiones que el fenómeno mantiene con la economía, específicamente con el crecimiento de las actividades productivas, el empleo y el bienestar. Olvidado, desde tiempos de K. Marx y W. Pareto, el tema ha vuelto a la mesa de debates gracias a Thomas Piketty  (1971-    ), joven economista francés cuya obra original -Le capital au XXI siècle, Seuil, Paris- apareció en 2013 y pronto rompió records de venta. A inicios del 2014 la versión en inglés salió a la venta en los Estados Unidos, con un gran éxito comercial. En diciembre de 2014, el propio autor presentó en México la traducción al español durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. 

La tesis central de la obra radica en que las economías capitalistas no crecen porque el ingreso y la riqueza están concentrados en pocas manos. Los datos que respaldan la tesis, se tuvieron con la cooperación de varios académicos de Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, demostrando que entre 1910 y 2010 la concentración del ingreso y la riqueza registraron una trayectoria en forma de “U”, es decir, primero decayeron para, de 1950 al presente, ascender claramente en coincidencia con el tiempo de crecimiento lento de las economías. Esto se explica porque la tasa de rendimiento del capital es tan grande y concentrada en tan pocas manos que tiende a no invertirse de manera productiva, sino de manera especulativa o bien consumirse de manera excéntrica, en joyas y otros productos exóticos, lo que obstaculiza el crecimiento de las economías (“ r>g”, en términos matemáticos, según Piketty).
Aunque los datos de México no están en la obra que nos ocupa, es evidente que nuestro país padece de una gran concentración del ingreso y de capital. Por ejemplo, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en los últimos veinte años el ingreso de las familias mexicanas prácticamente no ha crecido, cuando pasó de $3,322.00 M/N mensuales por familia en 1992 a $3,074.00 en 2012 (Periódico Reforma, 18- diciembre- 2014), mientras el lento crecimiento de la economía nacional es un dato ya muy conocido. La causa es también evidente, padecemos de un “capitalismo de cua-tes”, como lo ha denominado el nobel economista J. Stiglitz, debido a que el capital se concentra en pocas manos y obtiene rentas monopólicas gracias a una alianza oculta entre empresarios y políticos.

En general, si bien la concentración del ingreso y de la riqueza, y su impacto en el bajo crecimiento de las economías capitalistas, teóricamente al menos, ya eran conocidos desde tiempo atrás, el mérito de Piketty fue do-cumentar el fenómeno en los tiempos de la globalización, con lo cual toca un nervio muy sensible del capitalismo y el capital, pues se trata de una promesa incumplida. 

Finalmente, vale la pena señalar otra importante contribución del economista francés relativa a la divulgación científica: con su trabajo demuestra que cuando la economía va de la mano con las ciencias sociales (sociología, historia, antropología, etc.), puede hacer de ella un tema accesible y una lectura disfrutable. Las matemáticas muchas veces, dice Piketty, sólo sirven para dar una apariencia de cientificidad a los estudios de economía y terminan obscureciéndola, tal es el caso de la econometría, muy popular y premiada en Estados Unidos. Por eso y muchas cosas más, les invitamos a culminar este año leyendo El Capital en el Siglo XXI, de Thomas Piketty, Fondo de Cultura Económica (FCE).

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