miércoles, 14 de enero de 2015
Los libros, salvan vidas y también almas…
Mariluz Barrera González
Directora y Fundadora del Instituto Psicoterapéutico de Campeche Hypatia, A.C. Psicóloga con Maestría en Filosofía y Especialidad en terapias Posmodernas. Certificación Internacional en Prácticas Colaborativas.
“Ahora ya sé lo que se siente morir, morí por unos instantes y no sentí nada, pero cuando desperté me di cuenta no solo que estaba vivo, sino que también solo”.
Estas palabras aun resuenan en mi mente. Me las dijo un chico que intentó suicidarse y por suerte está vivo, ya que la soga con la que se colgó a la ventana de su recámara se reventó y sobrevivió.
El vacío existencial de los seres humanos aumenta vertiginosamente, y es que el mundo actual no nos permite ser felices en plenitud, eso me queda claro a diario. Siempre digo que no necesito ir a buscar la realidad, porque siempre viene de visita a mi consultorio todos los días. En cada historia, en cada persona, en cada familia, hay un pedacito de la gran realidad que es todo nuestro universo justo ahí afuera.
Nuestro bienestar emocional es mucho más que una responsabilidad personal, como nos han hecho creer, es también una responsabilidad política y social. Campeche en el Ranking de la Felicidad realizado por la organización Imagina México A.C., en 2012, ocupó el último lugar entre 30 municipios del país encuestados y seguimos en los primeros lugares en índices de suicidios. Sentirse bien es más que una cuestión de actitud, porque nuestra conexión directa con la realidad es lo que nos inyecta de motivos, y el miedo de las personas actualmente no es a morir, como muchos podrían creer, el mayor miedo en estos días es a vivir.
Nuestro estado no se encuentra en las mejores condiciones, pero es el país completo el que parece colapsar. Un simple pensamiento positivo no es suficiente, cuando la realidad te dice a diario que nada es fácil y que todo parece complicarse más.
En lo personal, también me he deprimido y ante tanta realidad escuchada todos los días no es difícil perder de pronto el rumbo y la esperanza, pero aprendí con la experiencia de la vida y de mi trabajo como terapeuta en 18 años, que “hacer” me ayuda a construir y a ir descubriendo ese lado bueno que tengo y también el que tiene la realidad.
Inaugurar hace 5 años el Instituto Psicoterapéutico de Campeche Hypatia, A.C. y, hace unas semanas, nuestra Sala de Lectura: “Prof. Rafael Barrera Ortegón” fue y ha sido para muchos una locura. En medio de tanta incertidumbre, renunciar a mi trabajo en una institución gubernamental para dedicarme a este sueño, y a todos los proyectos que están surgiendo, fue lo que muchos llamaron una tontería que no valía la pena, pero es urgente crear espacios que nos brinden posibilidades, en donde tengamos la oportunidad de descubrir realmente quiénes somos y encontrarnos con otras personas que, como nosotros, intentan desesperadamente que la realidad abrumadora no nos absorba y termine por desaparecer nuestra esencia de ser, y estar mejor, que habita en todos y cada uno de nosotros.
Los libros y la lectura
La felicidad también implica esfuerzo. Que un niño de 10 años con anorexia te diga que, de pronto, encontró en los libros un motivo para escapar de esta realidad que le asusta y descubrir que hay otros mundos, otras posibilidades y no la que nos presentan a diario y, así, superar sus problemas alimenticios, fue darme cuenta que existen opciones y que la lectura, la escritura y la filosofía pueden convertirse en herramientas que salven vidas que, definitivamente, salven almas y que estamos a tiempo justo, ahora, de ya no dar marcha atrás
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